Habrá domingo en el The Club at Chatham HIlls de Indianápolis, el escenario donde a 18 hoyos, Joaquín Niemann (66), el golfista de las cinco victorias esta temporada, y Jon Rahm (64) se jugarán el anillo del LIV Golf. El de Barrika cumplió la primera premisa, dar caza al chileno en la tabla. Se quedó con 11 bajo par, noveno, a un golpe del líder de los Torque, un puesto que no le vale para revalidar el título. Necesita remontar al sudamericano, abrir hueco y otras combinaciones. (Resultados)
«Tendré que aproximarme a lo que hizo Sebastián Muñoz el viernes (59) y luego tener suerte», contó Rahm al acabar la vuelta. Le valdría calcar el final del sábado, un día de calor, bullicio, greenes receptivos y banderas generosas, al que no exprimió lo suficiente para que le llenase. Principalmente porque perdió ocasiones fáciles al principio, putts de metro y medio, al menos dos, golpes que le tensaron hasta que llegó el último tercio.
«Hablé con mi caddie en el hoyo 18, cuando aún nos quedaban seis», contó Rahm. «Sabíamos que los hoyos finales eran muy alcanzables y Adam me dijo: si hacemos tres birdies, estaremos en una buena posición. E hicimos cuatro». Fue ahí cuando afinó los hierros. Las bolas se frenaban después de describir efectos a un metro o menos de las banderas. Arrancó un póker de aciertos en los últimos cinco hoyos y reforzó sus opciones.
Dustin Johnson da un golpe de salida
Niemann, mientras, dibujó un camino inverso. El golfista del swing elástico escaló desde el comienzo. Con un juego sin una brillantez suprema y dos bogeys consecutivos en hoyos fáciles (4 y 5) vivió su momentum con un eagle y tres birdies a continuación. Pero a raíz de ahí falló golpes de salida, se le congelaron las opciones y sólo en el último hoyo, con un putt de 3 metros, arrancó algo de margen con Jon.
La pelea por el título se acompasó de la lucha por el torneo, donde Sebastián Muñoz (67) vivió su auge y su caída. Siguió en la misma tónica del viernes en los primeros nueve hoyos. Birdie en los cuatro primeros; seis en siete. Hubo un momento que en los últimos 18 jugados llevaba 17 birdies.
Era un brindis de locura al nombre que da este circuito pues, además de porque se juega a 54 hoyos, el LIV se llama así porque 54 golpes se considera la vuelta perfecta en un par 72. Al colombiano sólo le faltaba el 14 para hacer birdie en todos los hoyos en jornada y media. No lo lograría un par de horas después, porque su juego se volvió errático a partir del hoyo 10. Cometió dos bogeys y eso abrió el torneo. Más aún cuando en el hoyo 18, que tiene una calle como la del Valley of Sin de St. Andrews, y en la que mandó la bola fuera de límites. Doble bogey y empate con Dustin Johnson.
El ganador de la primera edición del LIV fue un tormento silencioso. Sin nada extraordinario fue sumando birdies desde el hoyo 6, de dos en dos. Y así se plantó con un 64 para coliderar, aunque a sólo cuatro golpes de una batería de jugadores, Niemann entre ellos, en el que está David Puig.
El de los Fireballs fue uno de los cuatro jugadores que tiró 63 golpes y no firmó la mejor vuelta del día en solitario porque en el par 3 del hoyo 2, no ajustó bien el hierro y se pasó el green hacia el bosque. Pero hasta ese momento todo había sido armonía. Sacó brillantez a la tarjeta con unos putts de mérito especialmente en su momento cumbre, el que vivió entre el 11, el par 3 del desparrame, y el 17, tramo que cubrió en siete bajo par. El de La Garriga tendrá también opciones de conseguir su primera victoria en el LIV Golf.
David Puig, esta semana en IndianápolisGETTY IMAGES
Además, Sergio García firmó 67 golpes y remontó hasta la vigésimo cuarta posición (-6) y Josele Ballester al par es cuadragésimo segundo (-1).