David Sánchez de Castro

Madrid

Sábado, 26 de julio 2025, 20:24

Lando Norris saldrá desde la pole de un Gran Premio de Bélgica que, salvo la aparición del líquido elemento, arriesga a ser bastante predecible. Ni siquiera ver en tercer lugar de la parrilla a Charles Leclerc puede considerarse una sorpresa, habida cuenta de que los sábados son su especialidad. Los McLaren están en una posición de poder en este momento.

Más allá del puro resultado deportivo, algo no funciona bien en este campeonato si en el mejor circuito del calendario no se vive gran emoción. Y es que en un día con carrera sprint de la mañana poco se puede contar, porque no pasó mucho. Max Verstappen se hizo con la victoria de manera absurdamente fácil, ya que solo tuvo que pasar a Oscar Piastri en la recta de Kemmel por puro rebufo para ponerse primero.

Y desde ahí, las quince vueltas restantes fueron una procesión sin cambios de posición con respecto a a la parrilla. Solo el prematuro abandono de Pierre Gasly por motivos mecánicos y una mínima e insuficiente remontada de Lewis Hamilton propiciaron cambios atrás. Los españoles llegaron a meta tal y como salieron: Sainz fue sexto y Alonso, decimocuarto. Bien hubieran firmado tanto el madrileño como el asturiano haber repetido ese resultado en la clasificación.

Unas horas después de la carrera sprint, la disputa de la clasificación -que es algo mucho más relevante para todos- deparó pocas sorpresas, pero sonadas. La primera llegó en la Q1, con la eliminación no de uno sino de los dos Aston Martin. Que Lance Stroll caiga entraba dentro de lo previsible, pero no así que lo hiciera Alonso. El asturiano solo puede salir satisfecho porque superó a Stroll y porque la Q1 fue extraña para varios. No en vano, cayeron eliminados también Hamilton -como le ocurrió en la clasificación sprint- y Andrea Kimi Antonelli. En un fin de semana donde Aston Martin llevaba un gran paquete de evoluciones, está claro que no les está saliendo nada. Y lo que es peor: no entienden qué está fallando.

Pendientes del cielo

Para sorpresa de casi nadie, la progresiva mejoría de la pista en términos de rendimiento no fue aprovechado por todos por igual. Carlos Sainz no salió en el momento óptimo, lo que le dejó el mal sabor de boca de verse superado por sus rivales directos conforme avanzaban los instantes finales de la Q2. Entre ellos estaba Alexander Albon, su compañero, que se tomó venganza por verse por detrás en la sprint. La decimoquinta no era la posición de salida que esperaba Sainz aquí, aunque tenga opciones de mejorarlo el domingo, especialmente si llueve como se espera. Junto a él, por delante, se quedaron sin Q3 también Nico Hülkenberg, Gasly, Oliver Bearman y Esteban Ocon.

La pole se decidió entre dos contendientes claros, y ambos iban de naranja. Norris y Piastri demostraron por qué han colocado a McLaren donde está, incluso por delante del siempre peliagudo Verstappen. Pero no será él quien parta iniciando la segunda línea de la parrilla sino Leclerc, que consiguió una vuelta mejor de lo que esperaba para quedarse muy cerca de los coches de Woking en esta clasificación.

La pole fue para Norris, por poco, frente a Piastri. De nuevo será una batalla intestina, aunque tendrán que revisar bien los retrovisores -y las nubes- este domingo para evitar enemigos indeseados que puedan estropear su más que posible doblete.

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