Las librerías de Sevilla confirman que la narrativa domina las ventas, las mujeres son las principales compradoras y las redes sociales se han convertido en el nuevo escaparate literario «marcando la tendencia».
Los datos del Ministerio de Cultura afirman que la población que lee libros en España «supera el 65%, el 75% de los jóvenes entre 14 y 24 años leen y la mujer joven con estudios es el perfil de lector en el país», pero, ¿ocurre lo mismo en Sevilla?
Según el librero Rafael Rodríguez, de ‘La Botica de Lectores‘, con cinco establecimientos repartidos por los barrios de Sevilla, «la chica de 20 años compra narrativa juvenil, el caballero de 50 años una narrativa histórica o policíaca y las personas mayores, narrativa».
Esta tendencia se repite en diferentes barrios de la capital hispalense, adaptándose a cada contexto. En la calle Feria triunfa la «narrativa independiente», en Santa Catalina el «tema local» y en República Argentina «se vende de todo».
Actualmente, Rafael explica que la saga ‘La Asistenta’, junto con novelas de Isabel Allende y María Dueñas, lideran las ventas.
«Las mujeres compran más libros que los hombres»
«En los últimos años, la tendencia mayoritaria es que las mujeres compran más libros que los hombres», explica el dueño de la librería.
Para Rafael, esto se debe a que «el libro se ha convertido en un producto de consumo y quien consume más es la mujer».
«En las asociaciones de lectores y en las actividades literarias, suele haber mayoría de mujeres«, explica.
Sin embargo, reconoce que «esto no quiere decir que los hombres no lean», pero considera que «el mercado está más focalizado a la mujer».
El librero reconoce que las redes sociales están cambiando la forma de comprar en las librerías: «El clásico boca a oreja que existía en las librerías se traslada a las redes, y las editoriales lo saben».
Este fenómeno ha transformado el libro «de una cuestión cultural a un producto de consumo, sin perder ese valor cultural».
En verano predominan los libros «tranquilos y fáciles de leer»
Mientras que en otras épocas del año se opta por tratados históricos o libros más densos, en los meses estivales predominan títulos «tranquilos y fáciles de leer» para pasar el rato.
El calor y las vacaciones cambian los hábitos de los lectores sevillanos. «En verano se tiende a buscar una lectura más de evasión, un poco más liviana, por si estás en la piscina o en la playa y tienes que estar atento a tus hijos», explica Rodríguez.
La sección de autoayuda ha multiplicado su espacio en las estanterías y el interés del público. «Antes ocupaba una balda, ahora son dos muebles y medio», afirma, señalando que este tipo de libros son hoy «más llevaderos y no tan técnicos».
Algo similar ha ocurrido con el cómic, que «ha pasado de ser para frikis a estar dirigido a todos los públicos».
La visión de las bibliotecas
Desde la Red de Bibliotecas Municipales destacan que los adultos leen sobre todo narrativa actual, autoestima e historia, mientras que los niños optan por libros ilustrados y manga.
El público juvenil, por su parte, consume «mucha narrativa escrita por gente joven». El perfil más habitual en estos espacios es el de la «mujer entre 30 y 40 años», que además participa más en las actividades y se lleva más libros a casa.
La Biblioteca Pública Infanta Elena ha experimentado un notable aumento de visitantes en el último año. Entre enero y mayo de 2025 recibió 113.201 visitas, frente a las 83.713 del mismo periodo de 2024. El número de préstamos también creció, aunque de forma más moderada, pasando de 37.882 a 38.127.
Actualmente, la biblioteca cuenta con un 53,35 por ciento de usuarias y un 46,65 por ciento de usuarios, incluyendo a los lectores infantiles.
Aunque hay más mujeres inscritas, la diferencia se reduce en el uso: entre enero y mayo de este año, los hombres realizaron el 49,7 por ciento de los préstamos y las mujeres el 50,3 por ciento.
En cuanto a los gustos literarios, las estadísticas muestran claras tendencias por edades. Los jóvenes se inclinan por la novela romántica y la fantasía, mientras que las personas mayores optan principalmente por la novela histórica. El público adulto, por su parte, reparte sus préstamos entre todo tipo de géneros.
Librerías de segunda mano
En las librerías de viejo, como ‘Boteros‘, el rango de edad de los clientes va de 30 a 50 años, con costumbre lectora y un interés especial por ofertas, ediciones descatalogadas y coleccionismo.
Su propietario, Daniel Cruz, señala que es «grato ver jóvenes que entran a descubrir libros«. Sin embargo, también reconoce que en muchas ocasiones ve a «adolescentes que no están acostumbrados a moverse por estos espacios».
«La gente que viene habitualmente está concienciada de que para que se mantengan estas librerías hay que venir a comprar aquí», afirma Daniel.
Cruz también destaca el «turismo para visitar librerías de viejo», y es que a ‘Boteros’ entran «muchos clientes que son de fuera».
«Los datos no están completos»
Los datos de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) apuntan a un descenso de la lectura en Sevilla en los últimos años.
No obstante, Rafael Rodríguez discrepa y comenta que «ninguna ciudad de Andalucía tiene cuatro Casas del Libro que no aportan datos al CEGAL», por lo que «los datos no están completos».
Añade que la diferencia del número de lectores con el norte es la idiosincrasia de cada lugar. «Allí a las 18:00 es de noche y está todo cerrado, aquí a las 20:00 seguimos trabajando y luego queremos socializar».
Durante la pandemia, continúa, en Andalucía se incrementó la compra de libros, mientras que en el norte «no hubo cambio porque lo hacen siempre».
Rafael concluye señalando que su impresión es que los sevillanos «leen más que hace unos años».