Domingo, 17 de agosto 2025, 20:19
| Actualizado 20:29h.
El catedrático de MicrobiologíaRaúl Rivas destaca la rápida expansión por Europa del virus chikungunya —transmitido por dos tipos de mosquito— y advierte de que su presencia en zonas donde aún no se ha detectado, como es el caso de Salamanca, podría ser solo «cuestión de tiempo».
Las últimas imágenes que llegan desde China recuerdan a las de hace cinco años, coincidiendo con la irrupción del SARS-CoV-2: personal vistiendo equipos de protección individual, cubiertos hasta la cabeza, y fumigando espacios al aire libre para eliminar miles de mosquitos.
Los reportes del gigante asiático hablan de más de 7.000 afectados en el país solo desde el mes de julio. ¿Por qué siempre le toca a China? Rivas considera que «es un país muy grande y con muchas áreas naturales. Cuanta más gente hay en contacto y en condiciones de hacinamiento, más facilidades existen para que surjan brotes epidémicos. Las condiciones de sobrepoblación, como ocurre en India, favorecen estas situaciones».
A diferencia de lo que sucedía con la COVID-19, este virus no se transmite entre personas ni por las vías respiratorias, sino que depende de dos mosquitos concretos: «El Aedes aegypti, conocido como mosquito del dengue, y el Aedes albopictus, el mosquito tigre», apunta Rivas. Sin la presencia de estos mosquitos no es posible la transmisión del virus y, según apuntaba semanas atrás la Junta de Castilla y León, no hay constancia de que este insecto haya llegado a la comunidad. No lo han detectado algunos sistemas cooperativos, como el portal Mosquito Alert, y, por si acaso, se van a reforzar las medidas de vigilancia y prevención, con especial protagonismo de Salamanca.
«En el caso de que haya mosquitos, pero no haya población infectada, el virus no estará en circulación, que es lo que ocurre de momento en España», ha explicado el microbiólogo. Sin embargo, en Francia este año se han registrado «cerca de 50 casos autóctonos», mientras que en Italia se han notificado un par. En territorio español, recuerda, «se ha dado este año un caso autóctono en la zona de la frontera con Francia y algún caso importado».
Sobre la distribución del mosquito tigre, Rivas detalla que entró en 2004 por Cataluña y ahora se encuentra en «toda la cuenca del Mediterráneo, Baleares, muchos puntos de Andalucía, Aragón, puntos de Madrid, en la cornisa cantábrica e incluso en Galicia», aunque en Castilla y León «no hay constancia» oficial todavía.
Para el microbiólogo, su expansión está relacionada con el cambio climático y la disponibilidad de agua, que podría estar retrasando su irrupción en Castilla y León, pero no de manera indefinida: «Yo sinceramente creo que es cuestión de tiempo que termine apareciendo también en Castilla y León».
La ‘enfermedad rompehuesos’
Conocida como la ‘enfermedad rompehuesos’, la infección por el virus chikungunya no tiene una alta mortalidad, pero sí es muy dolorosa. «El tratamiento es sintomático, es decir, lo que existe para tratar el dolor y la fiebre. No suele ser mortal, pero los dolores que provoca son intensos y pueden prolongarse durante meses e incluso años en huesos y articulaciones», explica Raúl Rivas.
Tanto en Estados Unidos como en Australia se han aprobado sendas vacunas que, al parecer, no están mostrando una efectividad óptima. La infección, en cambio, sí otorga inmunidad de por vida.
«Lo mejor es la prevención: evitar que te piquen los mosquitos», recomiendan. Respecto a la detección, se puede diagnosticar mediante PCR o con una serología para buscar anticuerpos frente al virus.
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