Javier Castaño se despidió este domingo de Navarra tras 24 años en el toreo . No lo hizo por la puerta de atrás, ni mucho menos, se marchó bajo la ovación del público de Tafalla que presenció cómo fue capaz de cuajar dos toros de Sobral , uno de nota excelente y otro de calidad exquisita hasta llegar al corazón de público y aficionados.
La tarde era especial, un mano a mano de Javier y Damián, dos hermanos en el ruedo y lo que tiene retarse en familia, que es como competir en el patio de casa, un Castaño borró al otro.
Porque un cuarto de siglo de actividad taurina dan para mucho. Para ser figura de los novilleros, torero de cámara de las grandes empresas, caer en el ostracismo, renacer con las corridas duras o para innovar la cuadrilla y dar la vuelta España. Pero también para reponerse tras recibir muchos golpes, sobrevivir a un cáncer y ser el descarte de última hora de tantos carteles de feria.
Pero al Castaño del oficio, ese que vimos en Estella, se sumó este domingo el Javier que supo ver un toro de vacas desde que pisó el ruedo, medirlo en varas sabiendo perfectamente lo que tenía delante y cuajarlo en varias tandas con la montera puesta, mientras acertaba con la duración de la faena para no pasarse de la raya. Tanto entró el público en la labor, que acompañaba con palmas el pasodoble Churumbelerías.
Con la espada anduvo fino, matando con más de media estocada en buen sitio, dando honores al toro acertando con el descabello. El palco sacó el pañuelo azul y se quedó corto con el blanco pues la faena era de dos orejas en cualquier plaza.
Al quinto, un bombón sujeto con pinzas le dio unos derechazos templados y kilométricos, pero el Presidente quiso negarle hasta la música y por supuesto, la oreja pedida por la mayoría de la plaza. Ni siquiera pensó en que pudiera haberse equivocado.
El desatino de la presidencia, mezcla de juventud y afición, no provocó ni una sola mueca en Javier pero sí el abucheo del público. Probablemente tras más de 25 años en las plazas, con profesionalidad, pero también con afición, Castaño sepa que para moverse en el toro es imprescindible ser sensible para con los que llegan, pero también para los que se van. Ser aficionado a los toros, o profesional, no consiste en ser el más fundamentalista de la sala, aunque quizá esa sea la opción más fácil y en ocasiones la más fullera.
Este domingo despedimos en Navarra, con una corrida Sobral de enorme interés, a un matador que ha formado parte del periplo vital de cientos de aficionados.
Seguro que el Presidente, dentro de 25 años, recordará una faena a un toro blanco de aquel matador que se llamaba de nombre Javier y apellido Castaño.
GANADO
6 toros de Sobral. Muy bien presentados, varios ovacionados de salida. El 3º Traquino fue premiado con la Vuelta al ruedo. 5º y 6º fueron ovacionados al arrastre.
DIESTROS
Javier Castaño, silencio, Oreja y vuelta al ruedo tras petición.
Damián Castaño silencio, silencio y silencio.
PRESIDENCIA
A cargo de D. Oier Zalacaín Esparza, asesorado por Pablo Lacunza en el terreno artístico y Javier Martínez en el veterinario. Mal, como Cagancho en Almagro.
INCIDENCIAS
Plaza de Toro de Toros de Tafalla 3º de feria, más de dos tercios de entrada sobre el aforo legal. El público sacó a saludar a Javier Castaño tras el paseíllo.