Como a la primavera y las flores del poema de Pablo Neruda, la política (y todas sus polémicas) no para nunca, pero los políticos sí. Por mucho que el comentario (sarcástico) de Alberto Núñez Feijóo sobre que las vacaciones están «sobrevaloradas» haya sido carne de meme y reproche en el asador de las redes sociales, la agenda institucional evidencia que los políticos descansan y lo suelen hacer en agosto, como la mayoría de sus representados. Pero, ¿hacen lo mismo que sus electores? ¿Son más de playa o de montaña? ¿Prefieren viajar o asentarse en kilómetro 0? Y sobre todo, ¿la polarización llega también a la forma de enfocar las vacaciones o es el descanso estival el Santo Grial del consenso político?
Uno de los últimos en irse oficialmente de vacaciones este curso ha sido el ‘president’ de la Generalitat. Carlos Mazón ha mantenido agenda institucional hasta esta misma semana y según explican fuentes de su equipo, salvo acontecimiento que tuerza los planes como los incendios, prevé descansar esta tercera semana de agosto, del 18 al 24 antes de retomar las reuniones del pleno del Consell. Serán unos días de descanso con su familia dentro de la Comunitat Valenciana donde seguirá atento a la actualidad y que aprovechará para salir a correr, una de sus aficiones, y leer, especialmente Stefan Zweig, uno de sus autores favoritos.
Mazón acude al incendio de Teresa de Cofrentes, el martes. / Levante-EMV
El choque entre el jefe del Ejecutivo autonómico y el PSPV suele ser de alta tensión, sin embargo, de cara a afrontar las vacaciones hay ciertas coincidencias con su líder, la también ministra de Ciencia, Diana Morant. Según explican fuentes de su entorno, la dirigente socialista pasa sus días de descanso en Gandia, su localidad natal, con su familia y amigos, donde se la puede ver habitualmente compartiendo momentos con sus sobrinos en la playa además de aprovechar para ir a festivales de música por la Comunitat Valenciana a los que es muy aficionada. El descanso, no obstante, fue interrumpido la semana pasada ante el incendio en Teresa de Cofrentes.
Lo mismo le pasó a Vicent Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, quien antes de los fuegos no estuvo muy lejos de la ministra. En concreto, el también alcalde de Gavarda ha pasado 15 días en Oliva. Ha sido un cambio de rutina respecto a otros años, habituado a hacer viajes hacia el norte, con Asturias con destino predilecto. Este trayecto ha sido sustituido por alguna excursión por parajes de la zona, pero todo con vacaciones de kilómetro cero, explican fuentes de su equipo. Eso sí, una parte de su cabeza estará en los Andes con la novela ‘Viven’ donde se cuenta la historia del equipo de rugby que quedó perdido en estas montañas tras un accidente aéreo (y que Bayona inmortalizó en ‘La sociedad de la nieve’).
Fichajes y libros de humor
Ese kilómetro cero también marca la hoja de ruta del síndic del PPCV, Juanfran Pérez Llorca, quien cuenta que este año no hay viaje, aunque sí desconectará un poco. En su rutina por Finestrat, pueblo que gobierna, hay deporte y naturaleza por las mañanas, madrugón incluido para evitar el calor, con caminatas y bicicleta, alguna visita al despacho del ayuntamiento y lectura de noticias políticas, pero sobre todo, del mercado de fichajes del Elche en su regreso a Primera. Y para acabar las vacaciones: fiestas patronales del 21 al 24 de agosto. «Y yo soy de los que se las disfruta», añade.
La ministra Diana Morant, en el incendio de Teresa de Cofrentes. / Germán Caballero
Algo más lejos se han ido los otros dos portavoces de las Corts con los que Pérez Llorca se tiene que pelear (parlamentariamente hablando). El síndic socialista, José Muñoz, tras erigirse en representante del PSPV en la ‘tourné’ por todo tipo de fiestas locales en estas primeras semanas de agosto, muestra el apego al Mediterráneo y hará una escapada a la isla griega de Corfú. Playa, relax y quizás paso a Albania, justo enfrente. La desconexión, admite, es complicada, sobre todo con las redes sociales, pero para eso también ayudará la relectura de ‘Wilt’, una saga de novelas humorísticas de Tom Sharpe.
«Devorador» de noticias
Quien no cierra la ventana con la política es el síndic de Compromís, Joan Baldoví, que se declara «devorador de noticias compulsivo», aunque sí trata de desconectar algo de las redes por «salud mental». No es la única actividad que marca sus vacaciones. Ha hecho una escapada a un cámping en Dinamarca con su mujer, país que le ha parecido «impresionante». Ya más en casa, aprovecha para estar con la familia, hacer muchas paellas, ir al campo y nadar en el mar. También ha podido leer «Cavall, atleta, ocell» de su paisano suecà, Manuel Baixauli, un libro de aforismos de Joan Fuster y ha dejado pendiente una novela negra de Simeon. Por último, en formato audiovisual es muy de series de época y está viendo la de la familia de Jane Austen y “La canción” de Eurovisión.
Su compañera de partido, Àgueda Micó, admite que las vacaciones se le quedan «cortas». Primero, las empezó en Lanzarote y después se ha quedado en l’Olleria, su localidad natal, donde compagina visitas a fiestas populares con compañeros de partido y algún avance de cara al regreso de la actividad parlamentaria en el Congreso en septiembre a la que espera llegar con fuerzas tras los moros y cristianos de su pueblo. Por su parte, sin viajes a la vista, para el otro diputado en el Congreso, Alberto Ibáñez, no ir en unas semanas a Madrid ya supone cierto descanso aunque la actualidad no pare. Burriana aparece como su destino para desconectar entre lecturas a ‘El alumno’ y ‘La era de la revancha’ y avisa: «No, las vacaciones no están sobrevaloradas».
Suscríbete para seguir leyendo