Marcos Fis (1-3-2007. Ciudad Real) certificó en el Mundial Juvenil que está llamado a marcar una época en el balonmano. A sus 18 años, el lateral zurdo confirmó en Egipto su tremendo potencial, siendo uno de los líderes de España.  

No en vano, Fis fue proclamado por la organización como mejor jugador del torneo, siendo el tercer máximo realizador del Mundial con 61 goles en 84 lanzamientos en 8 partidos (7,6 por encuentro con una efectividad del 73%). La espina que se quedó clavada fue no conquistar el título mundial, tras caer en la final frente a Alemania, que se llevó la victoria en la tanda de siete metros, después de que el partido y las dos prórrogas concluyesen con igualdad en el marcador.

«Sabía que tenía que ser un jugador determinante, pero no esperaba acabar a ese nivel», afirma el 7 del equipo español, que considera que pequeños detalles como «no cerrar el partido en la prórroga» les hicieron perder la final. 

Una exclusión en los últimos segundos de la segunda prórroga de la final le impidió lanzar en la tanda de penaltis y ahí entona el ‘mea culpa’: «Me precipité. Son acciones de las que tengo que aprender», confiesa.

Ahora disfrutará de unos pocos días de descanso y espera que este Mundial sea un nuevo paso en su carrera y le ayude a ser mejor jugador en una trayectoria que parece imparable.

Tras conquistar el ascenso con el Caserío y jugar las campañas anteriores en el Alarcos, Marcos Fis debutará en la Liga Asobal con el Granollers, club con el que se comprometió por dos temporadas. 

Ofertas de equipos muy potentes no le han faltado, pero entiende que el Granollers es el mejor equipo ahora para continuar con su carrera deportiva. 

«Es un club que trabaja muy bien con la gente joven y yo voy a debutar en Liga Asobal», recuerda Marcos Fis, que considera que aún debe mejorar en «la toma de decisiones y en el aspecto defensivo». 

ALARCOS Y CASERÍO. Del Alarcos y Caserío solamente tiene palabras de elogio. «En el Alarcos me formé y el Caserío me ha permitido dar un salto hacia el profesionalismo», explica.

Precisamente, su padre es ahora el entrenador del Alarcos, en el que juega su hermano pequeño, Julio, que a pesar de ser juvenil de primer año formará parte de la primera plantilla. «Pienso que pueden hacer un buen año», pronostica, recomendando a su hermano «aprender lo máximo posible» de su padre.

En la última jornada de la primera vuelta de la Liga Asobal, justo antes de Navidad, volverá a la que fue su casa para medirse al Caserío, una fecha muy especial para él y que ya tiene marcada en rojo. «Será un partido muy importante para mí», admite. 

Sobre las opciones del Caserío en su primera campaña en la Liga Asobal, es bastante optimista pues piensa que «ha fichado bastante bien y tiene un buen equipo. Para mí, cuenta con bastantes opciones de lograr la permanencia», admite Marcos Fis, un jugador diferente, con recursos que le hacen ser imprevisible para las defensas rivales, con un presente brillante y un futuro más que prometedor en un deporte al que su apellido está muy unido.