Si cuando hablamos del abordaje del dolor, estamos ante uno de los mayores retos de los sanitarios, si lo hacemos del dolor en pacientes pediátricos estamos ante una delicada situación en la que la enfermera se posiciona como una figura diferenciadora para reducir su impacto y mejorar su manejo.
Así queda reflejado en el estudio ‘Pediatric Pain Management: An Observational Study on Nurses’ Knowledge of Non-Pharmacological Techniques’, publicado en la revista científica Nursing Reports y en el que un equipo de enfermeras investigadoras italianas ha estudiado el papel de la enfermería en la utilización y divulgación de tratamientos no farmacológicos para el manejo del dolor el pacientes pediátricos.
“El dolor representa una amenaza para el bienestar físico y psicológico de los niños, pues afecta negativamente a la calidad de vida de los pacientes durante su hospitalización”, aseguran las investigadoras en el estudio. Además, indican que el dolor debe evaluarse y tratarse de manera regular, y este es un proceso que puede llevar a cabo la enfermera.
Herramientas no farmacológicas
De esta manera, centran el estudio en entender y analizar qué herramientas no farmacológicas de los que utilizan las enfermeras son más comunes y útiles para ayudar a los niños de entre seis y 12 años que se tienen que someter a una cirugía a aliviar el dolor.
En relación a estos tratamientos no farmacológicos el estudio menciona desde intervenciones como visitas de animadores o “payasos” a los niños hasta cosas como el contacto visual y físico de las enfermeras con los pacientes. “Varios estudios han demostrado que el contacto físico puede tener un impacto significativo en la respuesta neurofisiológica, ya que promueven la liberación de mediadores químicos que activan el nervio vago y reducen el estrés y el dolor. El contacto visual activa las neuronas espejo, y la interacción entre dos personas desencadena la liberación de oxitocina y vasopresina, que ayudan a reducir el estrés”, desarrollan las investigadoras.
Asimismo, mencionan intervenciones como la lectura de libros, la participación en actividades artísticas o llevar a cabo alguna de las aficiones del paciente. Se sabe que el uso de libros o cómics para explicar el dolor, especialmente en la fase preoperatoria, es particularmente eficaz”, indican.
Falta de información con el paciente
Este estudio, observacional, contó con la participación con enfermeras pediátricas de las provincias italianas de Rávena, Forlì-Cesena y Rímini. Los datos se recogieron a través de un cuestionario online. El análisis se centró en niños en edad escolar (6-12 años) que se habían sometido a procedimientos quirúrgicos entre febrero y octubre de 2024.
Un total de 46 enfermeras completaron el cuestionario y, en la mayoría de casos, aseguraron utilizar técnicas no farmacológicas para controlar el dolor, aunque su uso es limitado en la fase preoperatoria. Además, se vio que muchas veces tienden a informar a los padres de los tratamientos y no dar la información a los niños. Y que, el trabajo multidisciplinar con otras unidades también ayudaba a la eficacia de los tratamientos.
En general, el estudio refuerza la importancia de los tratamientos no farmacológicos para el dolor, y subraya la necesidad de mejorar la comunicación directa con los niños. “La adopción de un enfoque multidisciplinar eficaz es esencial para garantizar una experiencia quirúrgica menos traumática para los pacientes jóvenes”, concluyen.