El Norte

Miércoles, 20 de agosto 2025, 21:34

La vigésima etapa de la Vuelta Ciclista a España vuelve a poner en el centro del debate la compatibilidad entre grandes eventos deportivos y la protección de los espacios naturales. Ecologistas en Acción, a través de su federación serrana, ha solicitado la suspensión de los últimos tres kilómetros del recorrido previstos en el Alto de Guarramillas -conocido popularmente como la ‘Bola del Mundo’- por su afección al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

La organización ecologista aclara que no plantea eliminar la etapa, sino trasladar su finalización al puerto de Navacerrada, como ha ocurrido en numerosas ocasiones, o incluso a alguno de los pueblos de la vertiente madrileña, siguiendo las indicaciones recogidas en el anexo XII del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional. Lo que consideran «un despropósito» es que la carrera vuelva a concluir en un espacio de alta montaña «frágil de por sí y cada vez más alterado por la crisis climática».

En el pasado, la Vuelta ya finalizó en la Bola del Mundo en dos ocasiones, en 2010 y 2012. Ecologistas en Acción sostiene que no debe reiterarse la experiencia porque supone «repetir errores» que comprometen la conservación de un ecosistema de alta montaña de 2.265 metros de altitud.


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La solicitud de los ecologistas fue remitida hace unos días tanto al Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN) como a distintas entidades de la Comunidad de Madrid. En su respuesta oficial, fechada el 12 de agosto, el director del OAPN, Javier Pantoja, traslada la petición a la Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal de la Comunidad de Madrid, que es la administración competente en la gestión ordinaria del Parque Nacional. El escrito advierte de la preocupación que genera el planteamiento de que la etapa finalice en la Bola del Mundo y no en un enclave urbano, como exige expresamente el PRUG. «La etapa discurrirá por carreteras abiertas al tráfico rodado a través de distintos tramos del Parque Nacional y su Zona Periférica de Protección. Parece preocupante que la llegada de la carrera no se haga en un enclave urbano (…) lo que hace prever posibles afecciones por ruido, residuos y masificación de personas y vehículos», señala el documento oficial.

El OAPN subraya además que, para autorizar este tipo de actividades, resulta necesario la emisión de un informe preceptivo de impacto ambiental, conforme al artículo 92 del PRUG sobre medidas preventivas frente a actividades incompatibles en el exterior del parque. Este trámite corresponde a las autoridades ambientales de la Comunidad de Madrid, a quienes compete decidir si la etapa puede celebrarse en esos términos y bajo qué condiciones.

Recuerdan que el PRUG exige que las etapas ciclistas finalicen en enclaves urbanos

Para Ecologistas en Acción, la clave está en que «no se trata solo de proteger la piedra o la vegetación de la sierra, sino de preservar un espacio natural que forma parte del patrimonio común y que no debe verse degradado por decisiones coyunturales». La asociación insiste en que existen alternativas viables y ya probadas para mantener el espectáculo deportivo sin poner en riesgo los valores naturales del Parque Nacional.

De este modo, la responsabilidad recae ahora en la Comunidad de Madrid, así como en la gestión conjunta que mantiene con Castilla y León en el ámbito del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. «Las autoridades responsables no deben cometer una y otra vez los mismos errores», concluye el comunicado de Ecologistas en Acción, que espera que esta vez prime la protección de la montaña sobre el interés mediático y comercial de la prueba ciclista.

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