Acudí de niño a algunas funciones del Bombero Torero en mi ciudad natal de Granada. Eran unas charlotadas que se celebraban en las plazas de toros y remedaban de modo bufo el espectáculo por antonomasia de la España nacionalcatólica de aquel entonces: las corridas de reses bravas. No recuerdo que me provocaran un gran entusiasmo, pero mentiría si dijera que me indignaba que usaran a enanos con fines cómicos. Los que éramos chavales en los años 1950 y 1960 no nacíamos con el sentido de lo políticamente correcto activado de oficio, supongo que tampoco los de ahora.
Me he acordado del Bombero Torero estos días en los que tremendos incendios arrasan los montes de media España. Lo he hecho por los muchos memes difundidos en redes sociales que muestran imágenes creadas con Inteligencia Artificial de toreros vestidos de luces empuñando mangueras o hasta capotes para intentar apagar los fuegos de Galicia, Castilla y León y Extremadura. Subrayan estos memes con sano humor el hecho de que las comunidades gobernadas por el PP, con el inestimable apoyo de Vox, desdeñan el gasto en prevención y extinción de incendios forestales a la par de que se muestran extremadamente generosas en la promoción de un espectáculo cada vez más desfasado y minoritario como es el toreo.