«Lo hacemos con mucho amor y porque no podemos evitarlo». Desde Resistencia, Chaco, las palabras de Mempo Giardinelli, la figura detrás de todo lo que viene pasando desde hace ya treinta años -y ahora volverá a ocurrir durante dos intensos días, hoy y mañana- se disparan en múltiples direcciones. Giardinelli habla de lo difícil que fue este año lograr esta «patriada», de las figuras centrales de las letras locales e internacionales convocadas, de la otra «patriada», la de los docentes, bibliotecarios y mediadores de lectura que llegan desde «el interior profundo» del Chaco y desde otras provincias, ávidos de escuchar, formarse y compartir. Contra fuertes vientos y mareas, el 30° Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, organizado por la Fundación Mempo Giardineli, será una realidad en la capital chaqueña. Volverá a provocar su efecto multiplicador, ahora en la especial ocasión de un número redondo, sus tres décadas de realización ininterrumpida. 

María Teresa Andruetto a cargo de la conferencia de apertura, Isol, Camila Fabbri, Eduardo Sacheri, Graciela Bialet, Emilce Moler, María Fernanda Maquieira, Andrés Sobico, el peruano Jorge Eslava, el venezolano Fanuel Hanán Díaz, son solo algunos de los escritores, editores, investigadores, ilustradores y autores integrales que participan. Lo que digan y compartan y debatan en el Auditorio de la Casa de las Culturas será solo una de las patas de este evento, que se completa con otras de de singular importancia: la oportunidad de que todos estos invitados visiten escuelas y bibliotecas, ante auditorios de niños, niñas y jóvenes que vienen leyendo especialmente sus obras, y los talleres que darán para docentes y mediadores. Ambas espacios pensados para impulsar ese efecto multiplicador del que, en todos estos años, hay conmovedoras pruebas y anécdotas. 

Cumpleaños redondo

«El año 30 es simbólico y nos toca en un país tan quebrantado, en una sociedad como la chaqueña que la está pasando muy mal. Los docentes chaqueños son héroes, los esfuerzos que hacen para venir son conmovedores. Gente que viene del interior profundo del Chaco, que junta el mango, se las rebusca, se junta con otros para abaratar transporte, alojamiento. Es emocionante y no puedo si no agradecer a un pueblo que quiere leer y ejercer su libertad de hacerlo», es lo primero que destaca Giardinelli. 

«Yo que soy chaqueño de nacimiento, me siento emocionado con mi pueblo, con estos maestros y bibliotecarias que son heroicos. Todo esto es también el resultado de 30 años de trabajo, de una huella que se ha sembrado y que permanece», sigue agradeciendo. Habla de lo que hubo que «achicar» este año por los recursos más escasos (un día menos, para que sea más accesible el alojamiento para la gente, un lugar más pequeño que el anterior pero nada desdeñable, con su capacidad para casi 400 asistentes). Pero habla, sobre todo, de lo que significa poder seguir haciendo este foro: «La pasión lectora es lo que nos ayuda a levantarnos y nos hace seguir adelante. Y hay mucho amor puesto en juego en todo esto«, asegura. 

Por una ciudadanía lectora

La Fundación Mempo Giardinelli nació en los 90, cuando el escritor decidió «poner a trabajar» el dinero que ganó en el premio Rómulo Gallegos: en su caso, lo invirtió en dar a otros de leer, de múltiples maneras, de los cuales la realización sostenida de este foro es solo una. «Ayudar a construir una ciudadanía lectora, que sepa
ejercer y defender su derecho a la lectura
» es el objetivo detrás de todo el trabajo académico de su Instituto de Estudios Superiores, sus programas de padrinazgos de escuelas rurales y otros como el premiado «Abuelas
Cuentacuentos», un voluntariado distinguido que obtuvo premios internacionales y fue replicado en muchas ciudades argentinas y de Latinoamérica.

En el caso del foro, en sus 30 años de vida convocó a más de mil escritores, editores, pedagogos,
ilustradores, traductores, periodistas y bibliotecólogos de
una veintena de países. La mayoría de ellos, además de compartir ponencias y conferencias, visitó escuelas, dictó talleres, compartió su saber con los chaqueños, en muchos casos tejó redes y vínculos duraderos a partir de lo que allí ocurrió. 

«Algo que le da muchísimo sentido al foro son esos encuentros de los autores con estudiantes de todas las edades en escuelas y bibliotecas de la ciudad», destaca Natalia Porta López, escritora, editora, especialista y alma mater de todo lo que aquí sucede. «No es que simplemente los escuchan, durante meses leen la obra de los autores para sostener con ellos conversaciones informadas. Esta llegada directa es una herramienta de fomento de lectura poderosísima», califica. 

También señala a los talleres como generadores de «un efecto multiplicador muy grande, porque lo que se aprende ahí, se aplica en las escuelas». Y la «estela de recomendaciones, de caminos lectores a seguir» que dejan tras de sí estos encuentros tan cercanos con los autores.  

Entre los invitados, Porta López destaca por ejemplo al escritor y director de la Biblioteca Nacional de Paraguay, Marco Augusto Ferreira, y al nuevo director del Libro, Lectura, Literatura y Bibliotecas de Brasil, Jéferson dos Santos Assumção. «Tenemos que aprender de Brasil, de cómo se recuperaron las políticas públicas de lectura, o mejor dicho, de cómo se están organizando para recuperarlas, porque esas cosas no se recuperan de un día para el otro. Y en Brasil se están dando todo un proceso participativo detrás de una política del libro», observa la ex coordinadora del Plan Nacional de Lectura.  

Está orgullosa de una programación que llevó meses delinear. «Me gusta poder mostrar en una mesa una cierta manera de entender la memoria. Vamos a hablar sobre lo que pasa en el aula con la lectura que cruza memoria y ficción, pero entendida no sólo pensando en el momento de la dictadura, sino también la historia más reciente, con la presencia de Camila Fabbri, por ejemplo, que toma Cromañón, de Andrés Sóbico con Malvinas, Francisco «Teté» Romero con la masacre de Napalpí. Una forma muy integral de pensar la memoria en la que tenemos que iluminar algunos períodos que no son tenidos tan en cuenta. Creo que nos debemos contarles los 90 a nuestros estudiantes», formula. 

En Resistencia

«El derecho a pensar» se llamará la conferencia magistral con la que, adelanta María Teresa Andruetto -la única escritora argentina que ganó el Premio Hans Christian Andersen, conocido como «el pequeño Nobel», el más importante de la literatura infantil y juvenil- participará por segunda vez en este foro. 

«Me siento muy honrada por esta invitación del foro a pensar en el momento actual, de ahí el título de mi conferencia, como un derecho que a veces pareciera que vamos perdiendo», expresa. «Sé que el momento es muy difícil, y es muy difícil para la fundación también hacer, seguir, llevar adelante este foro, que es un encuentro inmenso, con una vocación de congregación de personas interesadas en la lectura y en la literatura, muy grande. A todo esto yo lo resumiría bajo la palabra del territorio que lo cobija, y que nos cobija a los invitados y a los participantes, que es Resistencia», define.

También Isol -otra premiada de la LIJ, distinguida en 2013 con el prestigioso Astrid Lindgren, entre otros reconocimientos- estuvo antes en el foro, unos quince años atrás. «Me gustó ir, fue como una sorpresa. Disfruto estar con colegas y con gente de la literatura de muchos ámbitos diferentes, es una comunidad muy estimulante. Y también me sorprendió la cantidad de asistentes, de todo el país, el interés que despertaba», recuerda la autora de Petit, el monstruo. 

«En aquella ocasión conocí a personas que probablemente no hubiera conocido de otro modo, colegas que quizás no están en el mundo del álbum Ilustrado o de la LIJ. Y fue buenísimo tejer esas redes sensibles, que generan muchas cosas, hasta colaboraciones que no se te ocurrirían. Y eso es algo que en cualquier nivel está buenísimo, porque te enriquece un montón, y además es muy cálido el foro. Se siente como ‘un lugar del bien’. Con unos valores que uno comparte y un entusiasmo y ganas de hacer. Y eso es hermoso», destaca también.

El Woodstock literario

La que tiene «asistencia casi perfecta» es la cordobesa Graciela Bialet: «De los 30 años que ahora cumple el Foro de Fomento del Libro y la Lectura, yo he ido a 28, porque el primero había ya sido y yo me enteré de él conociéndolo a Mempo en la Feria del Libro de Córdoba, un mes después. Y otra vez que coincidió con un viaje mío: esa fue la única ‘falta con aviso’ y después he estado en todos, ¡en todos!», repasa. 

«Esa primera vez que fui quedé totalmente enamorada de lo que ahí sucedía, yo que vengo de una generación medio hippie, siempre lo identifiqué con el festival de Woodstock, ¡pero en vez de música, literario!», se ríe la autora de Los sapos de la memoria. «He conocido a autores y autoras que en mi vida hubiera podido conocer, en esa intensidad de la palabra, y en los días y noches que pasamos intercambiamos ideas, asimilamos cada manifestación, cada mirada y cada sonrisa como un hermanamiento entre países, provincias, ciudades, representadas ahí a través de sus mejores autores». 

Bialet cuenta que se hicieron «fans» del foro con Graciela Cabal y Angela Gorodsicher, «ellas dejaron de ir sólo cuando se mudaron de cielo», las recuerda. «Fue una amistad entrañable de la cual surgieron muchísimos otros proyectos, incluidos los apoyos solidarios al Plan Nacional de Lectura, la creación de planes provinciales, la producción de antologías gratuitas repartidas por el Estado. Cuando el Estado no era mala palabra ni había que pasarle motosierra, cuando era el manto que abrazaba a los niños, jóvenes y al pueblo».