No hay que ser apocalípticos. Los datos lo demuestran: cada vez hay más lectores. El 65% de la población lee en su tiempo libre, según el Ministerio de Cultura. Sin embargo, a mí me cuesta ver a gente con libros en espacios públicos.

Como muchos aficionados a la lectura, tengo la costumbre de buscar a mis iguales. Lo mismo da que sea al viajar en avión, en el centro de salud o mientras se espera en la entrada del cine. Y, claro, luego intento averiguar cuál es. Sin embargo, quitando los trayectos en metro, en los últimos años me he dado cuenta de que cada vez hay menos personas con libros en las manos.

Sí suelo ver lectoras solitarias en cafeterías o en los parques. Digo lectoras y no lectores porque quienes más leen son las mujeres jóvenes con estudios universitarios. A nadie le sorprenderá este detalle, basta con visitar cualquier librería para comprobarlo. Es más, la mayoría de pódcast culturales los presentan mujeres y en casi todos los clubs de lectura son una clara mayoría.

Es algo curioso porque en los últimos meses se habla del performative reading. Una moda que siguen algunos hombres para ser más atractivos. Fingen que leen en espacios públicos con la intención de llamar la atención y parecer más cultos y sensibles. Además, suelen ser libros clásicos.

De momento no tengo claro si es una moda en nuestro país o solo una tendencia extranjera de la que estamos haciéndonos eco. Pero choca con lo que comento. Quién sabe, todos conocemos a personas capaces de hacer lo que sea por ligar…

Lo que sí está claro es que los hábitos de lectura han cambiado a causa de los móviles. Estos son perfectos para los tramos de espera con interrupciones y siempre están en nuestros bolsillos. Sería absurdo criticarlo. Cuando ves a alguien con su dispositivo es imposible saber si está leyendo, trabajando, en redes sociales, viendo series o simplemente mirando las fotos que sacó en sus vacaciones.

En fin, hay que alegrarse por la cifra con la que comienzo este texto. Porque un país que lee siempre es mejor que uno que no, pero (como cotilla que soy) sigo echando en falta ver más libros en las manos. Sea para fingir que lees, porque eres adicta a la lectura o porque consideras que es un buen entretenimiento para las horas muertas… Me gusta verte con un libro en las manos.