El toro, la materia prima de la tauromaquia, está siendo este año la asignatura pendiente de la Feria de Málaga. En el día en que … se cumplía un cuarto de siglo del primer indulto que hubo en La Malagueta – ‘Guisante’ de Buenavista, al que perdonó la vida Enrique Ponce en 2000– se repitió la historia de los días precedentes, salvo contadísimas excepciones, y el mal juego, por desrazados y blandos, de los toros del Puerto de San Lorenzo y la Ventana del Puerto marcó un festejo que, fundamentalmente, en su primera parte estuvo también condicionado por las rachas de viento. La raza de Daniel Luque, que entró por la vía de la sustitución –en lugar de Morante–, y salió por la puerta grande y la torería y la actitud de Juan Ortega mitigaron la decepción de uno de los carteles que había despertado mayor interés –fue el primero que el pasado viernes colgó el cartel de ‘No hay billetes’–, mientras que un irregular Talavante volvió a pasar por La Malagueta con más pena que gloria.

Con el hambre de triunfo de un torero que está atravesando un buen momento y debe aprovechar las oportunidades y sabiendo que regresaba a Málaga tras doce años de ausencia por la vía de la sustitución llegó Daniel Luque a La Malagueta. Y salió a por todas. Lo demostró en el quinto. Un animal con el que no pudo lucirse con el capote ya que el toro buscaba, como todo el encierro, las tablas, fue con la cabeza alta y tenía una embestida sosa; sus virtudes fueron la nobleza y la movilidad. Vistas las condiciones del burel en los primeros tercios pocas esperanzas albergaba el público de que pudiera haber lucimiento en la faena de muleta. Sin embargo, Luque apostó fuerte y consiguió el triunfo. Lo hizo a base de quietud, dominio y valor para ir, poco a poco, haciendo al toro hasta lograr arrancarle buenas tandas de muletazos por ambas manos. La fase final del trasteo, se desarrolló en los terrenos de cercanías dejándose pasar muy cerca los pitones, lo que elevó las dosis de emoción de un público anhelante de ver contenido en el ruedo. Mató de una buena estocada que hizo caer rodado a ‘Cantina’, lo que contribuyó a que hubiera una mayoritaria petición de las dos orejas que el palco atendió. ¿Puerta grande comparable a la del día anterior? Distinta y diferente porque distintos y diferentes fueron los toros, las faenas e incluso parte del público. Nadie le quita un ápice de mérito a lo que hizo Luque, pero, para este cronista, la de David de Miranda está muy por delante de la de ayer.

Segundo día consecutivo que se abrió la puerta grande 'Manolo Segura'.

Segundo día consecutivo que se abrió la puerta grande ‘Manolo Segura’.

pacurrón

Una oreja ya había cortado Luque al primero, donde en el recibimiento con el capote hubo más voluntad que lucimiento. Brindó al público un trasteo que comenzó por bajo intentando someter al desrazado ‘Cartuchero’ en una faena donde molestó el viento. A ambos inconvenientes se impuso la muleta y la disposición del diestro de Gerena, que basó el trasteo en el toreo al natural. Unas luquesinas ligadas al final caldearon el ambiente. Mató de estocada trasera.

Tras su actuación en la Corrida Picassiana el pasado Sábado Santo, Juan Ortega cumplimentó este miércoles su segundo paseíllo de la temporada en La Malagueta, una plaza en la que, como ha reconocido en más de una ocasión, se siente muy a gusto. Y con una buena actitud se le vio a lo largo de toda la tarde. Tras un buen quite en el toro de Daniel Luque, Ortega dejó en el recibimiento a su primero una templada y soberbia verónica que supo a gloria; no pudo haber más por mor de la condición de ‘Tatuado’ y del viento. Inició la faena de muleta con unos ayudados por alto con empaque y una trincherilla con sabor. Comenzó con la mano izquierda y pese a la incierta embestida del burel le robó un gran natural. Ya con la franela en la derecha y con el temple como principal arma le enjaretó un par de buenas tandas sabiendo medir la distancia y los tiempos. Incomprensiblemente la banda de música, que en otras ocasiones tocó a destiempo, en esta ocasión no interpretó ningún pasodoble para una faena que fue de menos a más y donde quedó patente la torería y la plasticidad del toreo del diestro sevillano. Mató de una buena estocada que hizo rodar al burel sin puntilla.

Juan Ortega, al natural.

Juan Ortega, al natural.

pacurrón

El sexto fue un animal muy protestado de salida por un hastiado público –la paciencia tiene un límite cuando uno tras otros los toros que salen al ruedo no propician un buen juego– dada las muestras de blandura de ‘Langostillo’. En ese clima se desarrolló una lidia donde Juan Ortega dejó un par de verónicas rodilla en tierra de buen trazo en el recibimiento y otras dos ya de pie, pero no hubo continuidad por la flojedad del animal. En el primer puyazo, el toro se desplomó y arreciaron las protestas, así como cuando tras la segunda vara perdió las manos. Así llegó a la muleta, donde Ortega lo intentó dando tiempo al burel para que se recuperara y midiéndolo mucho al llevarlo siempre a media altura y sin someterlo, pero no había posibilidad alguna de lograr el lucimiento. Insistió el diestro mientras una parte de los tendidos le pedía que lo matara. Dejó tres pinchazos –en el primero se resbaló al hacer la muerte y cayó en la cara del toro afortunadamente sin consecuencias– y una estocada.

Tres años después de su última actuación en Málaga regresó a La Malagueta Alejandro Talavante y, como ocurrió en 2022, el diestro extremeño volvió a pasar por el coso del Paseo de Reding sin triunfar y dejando la sensación de cierta apatía.

Talavante, en el primero del festejo.

Talavante, en el primero del festejo.

pacurrón

El primero de su lote, que salió dando muestras de su extrema flojedad, fue devuelto después de que se partiera el pitón izquierdo al derrotar contra el burladero del tendido ocho. Le sustituyó un animal que salió andando, suelto y buscando la querencia. No se pudo estirar con el capote Talavante y la cuadrilla no estuvo acertada en la lidia. El extremeño comenzó la faena por bajo intentando someter la embestida del burel, pero el toro no se empleó y, dada su condición de manso de solemnidad, rehuía la pelea. A ello se unió el inconveniente del viento y la distancia con la que citó el diestro. Mató de un pinchazo sin soltar y una estocada ligeramente contraria.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, con varios invitados en el burladero de la Junta.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, con varios invitados en el burladero de la Junta.

pacurrón.

En el cuarto y tras las orejas cortadas por sus compañeros de cartel, Talavante intentó unos lances a pies juntos más voluntariosos que lucidos. Brindó al público una faena iniciada por alto y rematada con un molinete a la que siguieron tandas aceleradas y citando por las afueras, concluyendo por manoletinas. Trasteo largo e insustancial que hizo que sonara el aviso antes de entrar a matar. Dejó un pinchazo sin soltar y media tendida y caída.

FICHA DEL FESTEJO

Lugar: Plaza de toros de La Malagueta.

Ganadería: Se lidiaron toros del Puerto de San Lorenzo, el primero como sobrero, y uno (3º) de la Ventana del Puerto, de correcta presentación, mansos, desrazados y blandos.

Toreros: Alejandro Talavante (nazareno y oro): silencio y ovación tras aviso; Daniel Luque (verde botella y oro): oreja tras aviso y dos orejas tras aviso; Juan Ortega (verde hoja y oro): oreja tras aviso y silencio.

Incidencias: Miércoles 20 de agosto. Séptima de abono. Lleno de ‘No hay billetes’. Tarde de calor, donde hubo momentos en que sopló el viento, condicionando el festejo. Presidió Antonio Roche. Saludó Raúl Caricol tras banderillear al quinto de la tarde.