La carrera entre aerolíneas por hacerse con aviones cada vez más eficientes, en un contexto de déficit de capacidad en Airbus y Boeing para atender la creciente demanda, va a tener a la española Air Europa como un actor con fuerzas renovadas. La pretendida entrada del gigante Turkish Airlines en su capital, tras el acuerdo de inversión aceptado por la familia Hidalgo el pasado martes, con 300 millones de euros por el 27%, supone un salto cualitativo para la compañía controlada por Globalia ante los principales proveedores aeronáuticos. Además de la seguridad de mantener el control y del calado de la oferta económica, la tarjeta de presentación de Turkish ante Boeing y Airbus es uno de los puntos que ha convencido al presidente Juan José Hidalgo de que este es un socio ideal.

La turca, controlada en un 49% por el Estado, opera una flota de 495 aviones y goza de un nivel de acceso a los principales fabricantes similar al que atesoran los mayores grupos europeos: IAG, Air France-KLM y Lufthansa. De hacerse con posiciones en Air Europa, será el hermano mayor turco el que hable en el mercado en nombre de la española.

Air Europa pasó por serias dificultades para mantener sus arrendamientos de aviones durante la pandemia y aún le cuesta desarrollar su flota ante la escasez de oferta. Con 57 aparatos (28 de fuselaje estrecho y 29 para el largo radio) y una capacidad financiera de pequeña escala en comparación con los líderes del sector aéreo, la aerolínea de Globalia está esperando la llegada de otros 18 B737 MAX y negocia órdenes para seguir creciendo en la larga distancia. Tener detrás al nuevo accionista ayudará.

La otra palanca industrial relevante para Air Europa es la de su refuerzo en el mantenimiento de aviones, maximizando el uso de su hangar de Madrid-Barajas, abierto en enero de 2024, y el que tiene en Palma de Mallorca. Turkish, que también traspasaría conocimiento en esta área de negocio, encuentra en su participada una plataforma en el Mediterráneo occidental para los cuidados de parte de su medio millar de aparatos.

La compradora ya ha manifestado que estar en Air Europa, aunque sea con un paquete minoritario, fortalecerá su posición en la industria y servirá para crear un puente entre América Latina y España con Turquía. En su hoja de presentación resalta que es la que pisa más países en todo el mundo, con 353 destinos en un total de 131; la novena referencia del sector aéreo por número de aviones; la cuarta que ofrece más asientos, y la tercera por mercancía transportada, con una cuota global del 6%. El aprovechamiento de sinergias comerciales requerirá que la española y su socia compartan la misma alianza, un cambio que está sobre la mesa. En estos momentos Air Europa figura en SkyTeam, junto a Air France, Delta o China Eastern, y Turkish lo hace en Star Alliance, con Lufthansa, Air China, Air India o United.

Permisos

Una vez aceptada la oferta por Air Europa, la operación está pendiente de que la española apruebe la due diligence lanzada por Turkish (ya lo hizo en los exámenes realizados por Air France y Lufthansa) y de tres controles esenciales: el de la dirección general de la Competencia de la UE; la supervisión por parte de la Junta de Inversiones Extranjeras (Jinvex) del Gobierno español, al superarse la toma del 10% del capital en una empresa considerada estratégica, y la revisión de la propia Comisión Europea por si este movimiento entra en conflicto con el reglamento 2022/2560 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las subvenciones extranjeras que distorsionan el mercado interior.

Al margen de estos tres filtros, Turkish ha de obtener permisos de las autoridades de Competencia en distintos países en los que opera y que se consideran trámites menores. El inversor turco ha contado con el asesoramiento financiero de BNP para diseñar su oferta por Air Europa, y tiene al bufete Pérez-Llorca como asesor legal. La tramitación de los referidos permisos puede llevar entre seis y 12 meses, según estimaciones de la empresa.

Fuentes al tanto de la situación aseguran que aún no se ha abierto contacto con el Ejecutivo, que vetó justo hace un año la oferta pública de adquisición (opa) del consorcio húngaro Ganz Mavag sobre Talgo por motivos de seguridad nacional. En este caso, Turkish apunta a una participación minoritaria y la gestión se mantendrá en manos de Globalia, lo que allanaría el visto bueno a este acercamiento pactado. Se da por descontado que Air Europa apoyará el proceso ante los técnicos del Ejecutivo haciendo valer su refuerzo en el hub de Barajas en competencia con Iberia; las nuevas posibilidades de conectividad hacia Oriente, y la capacidad financiera generada para devolver la financiación pública que obtuvo durante la pandemia.

Globalia prevé una ampliación de capital en Air Europa en la que Turkish invertiría 275 millones, al tiempo que esta última también tomará acciones por otros 25 millones de forma directa de manos del holding de la familia Hidalgo. Se trata de movimientos a los que asiste como espectador, de momento pasivo, el grupo IAG, titular de un 20% de Air Europa. El grupo de Iberia y British Airways tendrá derecho de suscripción en la ampliación de capital para proteger su posición del 20% y también tiene derecho de acompañamiento a Globalia en la venta de acciones a Turkish. De momento, el conglomerado que dirige Luis Gallego no ha dado pistas sobre su estrategia en este nuevo capítulo en Air Europa.

El objetivo de los Hidalgo es devolver de forma anticipada el 100% del citado respaldo financiero que le prestó la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en noviembre de 2020. El crédito participativo por 240 millones y el ordinario por 235 millones tienen vencimiento en noviembre de 2026. Su amortización requerirá los 300 millones aportados por Turkish y tirar de una caja que se ha ido recargando desde la normalización del transporte aéreo en 2023.

Air Europa consiguió el pasado mes de mayo amortizar el último tramo de 39 millones del crédito con aval del ICO levantado en mayo de 2020 por un total de 141 millones. La compañía ha estado pagando intereses superiores al 9% por estas financiaciones públicas firmadas para aguantar la crisis del coronavirus.