La jefa de Sección de Nefrología Clínica y Diálisis del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), María José Soler, asegura que estos test, que «valen menos que un café», podrían prevenir una enfermedad que, en 2100, será la segunda causa de mortalidad, después del alzhéimer. Soler es también vicepresidenta de la Sociedad Española de Nefrología.
¿Qué es la enfermedad renal crónica?
La enfermedad renal crónica se produce cuando los dos riñones no funcionan correctamente y, por tanto, no eliminan las sustancias tóxicas del organismo ni el exceso de líquido. El problema que tenemos con la enfermedad renal crónica es que es silente: hasta que no está muy avanzada, la persona no siente los síntomas.
¿Por qué se produce?
Hay diferentes causas y factores de riesgo. Un factor de riesgo es la susceptibilidad de tener la enfermedad: por ejemplo, las personas de más de 60 años, con diabetes, con obesidad, las que han tenido una enfermedad renal aguda… Otras personas que la pueden sufrir son quienes tienen familiares con esta enfermedad o que sufren una enfermedad cardiovascular, como un ictus o un infarto. Por eso ahora hay unidades cardiorrenales. En Vall d’Hebron tenemos una consulta monográfica que visita cardiología y nefrología a la vez para tener cuidado de estos pacientes.
¿Está aumentando la enfermedad renal crónica?
Sin duda, sin duda. En el mundo hay 850 millones de personas con enfermedad renal crónica. Está tan en aumento, que el pasado mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la enfermedad renal crónica como una prioridad.
¿Qué significa esto?
Significa incorporar la prevención y el manejo de la enfermedad renal crónica como una cobertura universal de salud con la finalidad de garantizar un acceso equitativo a tratamientos. Y también se reiteró la íntima relación que hay entre la enfermedad renal crónica y la diabetes.
Hay una íntima relación entre enfermedad renal crónica y diabetes
¿Cuál es la importancia de la detección precoz?
La detección es muy barata: vale menos que un café. Consiste en un análisis de sangre y un análisis de orina para valorar cómo funciona el riñón y si se eliminan proteínas en orina —no se deberían eliminar estas proteínas—. Los nefrólogos apostamos por una detección precoz sobre todo en estas personas que te he comentado de más riesgo. El Ministerio de Sanidad, empujado por la Sociedad Española de Nefrología, dentro del apartado de enfermedades crónicas, ya ha reconocido la enfermedad renal como prioritaria. Así, Sanidad está apostando por la detección precoz para prevenir que esta progrese y por los tratamientos. La otra pata muy importante es las terapias domiciliarias. Nosotros en Vall d’Hebron tenemos tanto diálisis peritoneal, que es una diálisis que se hace en domicilio a través del peritoneo, como hemodiálisis domiciliaria, en la que se entrena al para hacerla en su casa.
¿Qué es la terapia renal sustitutiva?
Se utiliza cuando los dos riñones dejan de funcionar y entonces se necesita de una estrategia. En la enfermedad renal somos afortunados porque tenemos máquinas que pueden sustituir la función de los riñones para que elimine estas sustancias tóxicas y el líquido que se acumula en el organismo. Hay diferentes estrategias en la terapia renal sustitutiva: la diálisis y el trasplante renal. España es el país donde mejor está el trasplante renal y donde más posibilidades tiene una persona de ser trasplantada.
¿Deberían establecerse los cribados para la detección precoz de la enfermedad renal crónica como se ha hecho con los cribados de mama, por ejemplo?
Sin duda. En personas de más de 60 años, que tengan diabetes, hipertensión arterial, que hayan tenido una enfermedad cardiovascular establecida, que tengan una historia familiar de insuficiencia renal, presenten obesidad, tengan antecedentes de insuficiencia renal aguda. También en personas que hayan sido prematuras al nacer o que tengan un nivel socioeconómico bajo. Estaría muy bien que al cumplir los 60 años, igual que te llega el cribado de mamá o el cribado de colon, se establezca en un futuro próximo un cribado renal. Actualmente se hacen crubados de enfermedad renal en personas, por ejemplo, con diabetes. Pero no se hace de manera organizada a todas las que tengan más de 60 años.
También las personas que sufren ictus o un infarto pueden desarrollar la enfermedad renal crónica. Por eso ahora hay unidades cardio-renales en los hospitales
¿Veremos los cribados renales en España en unos años?
Eso espero, porque solo así seremos capaces de frenar la progresión de esta enfermedad. Se calcula que en el 2100 será la segunda causa de mortalidad, después del alzhéimer.
La enfermedad renal crónica está asociada a la obesidad.
Sí. Por eso el Hospital Vall d’Hebron, que está participando con la Sociedad Española de Nefrología y las sociedades latinoamericana y española de obesidad, ha publicado un artículo muy importante que crea una nueva clasificación de enfermedad renal crónica y obesidad. Lo que no se clasifica e identifica en la historia clínica no se trata.
¿Cuántos pacientes se trasplantan?
Más del 50% de las personas que necesitan terapia renal sustitutiva en España están trasplantados. Somos líderes mundiales en trasplante renal. Ahora deberíamos de ser líderes en prevención y diagnóstico precoz.
¿Aumentan las personas que hacen diálisis?
Sí, en parte por el envejecimiento de la población.
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