Se dice que la verdadera elegancia no puede fabricarse y Audrey Hepburn (Ixelles, Bélgica, 1929 – Tolochenaz, Suiza, 1993) era la prueba de ello. Con su gracia innata y una mirada que parecía contener todos los secretos de la belleza y del dolor del mundo, conquistó tanto la pantalla grande como los corazones de millones. Pero Hepburn fue más que una estrella de Hollywood. Fue un símbolo de resiliencia tras la guerra, una defensora incansable de la infancia más vulnerable y una mujer que transformó cada paso de su vida en un legado de belleza, empatía y autenticidad. Recordarla es celebrar una vida vivida con propósito. Y eso, precisamente, es lo que hará ‘Buscando a Audrey’, el musical que se estrenará en 2025 en Madrid.

portrait of actress audrey hepburn

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Audrey Hepburn se dio a conocer con ‘Vacaciones en Roma‘ (Wyler, 1953) y a partir de ahí, conquistó a los espectadores de medio mundo con sus papeles llenos de candidez y luz. Entre ellos, en ‘Sabrina’ (Sydney Pollack, 1954), ‘Guerra y paz’ (King Vidor, 1956), ‘Una cara con ángel’ (Stanley Donen, 1957). Su físico, con una elegante postura debido a su pasado como bailarina, contrarrestaba con el modelo de estrella explosiva de sus contemporáneas. Un estilo que inauguró una nueva era que culminaría en los años sesenta, década en la que dejaría personajes para la historia del cine como la Holly Golightly de ‘Desayuno con diamantes‘ (Blake Edwards, 1961) o la Joanna Wallace de ‘Dos en la carretera’ (Stanley Donen, 1967).

En homenaje a una de las actrices más emblemáticas del séptimo arte, Since1953 Productions y Sean Hepburn Ferrer –hijo de Audrey Hepburn y Mel Ferrer– han anunciado el estreno mundial de ‘Buscando a Audrey’. Un nuevo musical que tendrá lugar en navidades de 2025 en Madrid. ¿Y por qué en Madrid? Primero, porque la idea se origina en esta ciudad, y segundo, por la calidad de su escena teatral. La historia, con libreto de José Ignacio Salmerón, música de Fernando Velázquez –ganador de un Goya por la banda sonora de ‘Un monstruo viene a verme’– y dirección de Juan Luis Iborra, hará uso de la comedia musical para forjar un espectáculo que evoca la vida y obra de Audrey Hepburn. Eso sí, «no es una biografía», cuenta su hijo Sean, «porque a mi madre siempre le proponían escribir sus memorias y contestaba: «Pero si no me ha pasado nada. Solo he ido a trabajar y a la gente le ha gustado»».

audrey hepburn in roman holiday

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El musical contará, además, con la última canción inédita del laureado compositor Henry Mancini, ganador de cuatro Premios Oscar y autor del legendario ‘Moon River’, tan vinculado a la actriz. Fue precisamente antes del rodaje de ‘Desayuno con diamantes’ cuando Audrey Hepburn dio a luz a su primer hijo, Sean, fruto del matrimonio con el también intérprete Mel Ferrer. Durante toda su carrera, ha trabajado en diversos departamentos del mundo del cine y, actualmente, gestiona la fundación Audrey Hepburn Children’s Fund al tiempo que continúa preparando el musical para su estreno. Hablamos con Sean Hepburn sobre las películas favoritas de su madre, el amor infinito que ambos compartían y la amistad de la actriz con otras estrellas del momento.

Ya han explicado por qué este musical se estrena ahora y en Madrid, pero me gustaría saber cuál era la relación que tenía su madre con la ciudad y con España. Hay muchas fotos de ella por las calles y restaurantes de Madrid durante los años 60, que era cuando solía venir con su padre, Mel Ferrer.

Sí, aunque solíamos venir más a Marbella. En Madrid estuvimos solo durante el período en que mi padre filmó dos películas. Una de ellas, ‘El Greco’ (Luciano Salce, 1966), se rodó en Toledo así que iba y venía todos los días desde Madrid, en una casa que tenían en La Moraleja. Mi padre también hizo una película con Marisol –’Cabriola’ (Mel Ferrer, 1965)– y otra que se llama ‘Toros bravos’ (Robert Rossen, 1951), pero cuando estuvieron los dos juntos en Madrid fue para el rodaje de ‘El Greco’. Eso sí, luego teníamos la casa en Marbella a donde íbamos de vacaciones.

mel ferrer with audrey hepburn holding newborn sean

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¿Habrá detalles en el musical que el público no conozca sobre Audrey Hepburn?

Yo lo acoplo siempre con la pregunta: «¿Cómo era tu madre de verdad?» Ella empezó siendo autodidacta y por eso, cuando la ves en todas las películas, es ella, no se convierte en otra persona. Una cosa que la gente no sabe pero debería, por sentido común, es que no llegas a ser una leyenda de ese nivel ni a ser probablemente la mujer más fotografiada del siglo XX siendo un pedazo de papel mojado. Entre el ballet, el hambre de la guerra y todo eso, era una persona con mucha potencia. La ves como una mujer hermosa, pero era súper zen y muy fuerte. No era una persona a la que pudieras empujar fácilmente.

Todos tenemos una película favorita de Audrey Hepburn. Me gustaría saber cuál es la suya y también si su madre tenía alguna predilecta entre todas las que protagonizó.

A mí me hace mucha gracia ‘Una cara con ángel’ (Stanley Donen, 1957). Ella hizo la carrera para ser bailarina y cuando no lo logró, años después, poder demostrar su talento y bailar con Fred Astaire fue muy importante para ella. Creo que, para ella, sus favoritas eran las películas en las que se salió de la huella de la comedia romántica. Por ejemplo, ‘Historia de una monja’ (Fred Zinnemann, 1959) o ‘La calumnia’ (William Wyler, 1969), que rodó con Shirley MacLaine. Eran películas importantes que decían algo y, para ella, eso tenía mucho valor.

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Silver Screen Collection//Getty Images

Cada película era una oportunidad para que pudiera nacer una relación o una amistad que duraría a lo largo de su vida, como en ‘Vacaciones en Roma’ (William Wyler, 1953) con Gregory Peck o en ‘Sabrina’ (1954) con Billy Wilder. Cada película tenía algo muy personal. Cuando le dieron el papel para hacer ‘My Fair Lady’ (George Cukor, 1965) fue algo muy importante para ella, como británica y además después de que luchara mucho para que se lo dieran a Julie Andrews, porque mi madre realmente pensaba que era la persona ideal.

Cuando rodó ‘Desayuno con diamantes’ (Blake Edwards, 1961) yo tenía unos tres meses. Cuando se reunieron los jefes del equipo, un ejecutivo del estudio, en referencia a la canción ‘Moon River’, dijo algo como: «Bueno, creo que lo primero que deberíamos hacer es deshacernos de esa estúpida canción». Mi madre se puso de pie y dijo: «¡Por encima de mi cadáver!». Ella dejó de trabajar en 1967 y entonces yo tenía que ir a la escuela y ya no podía seguirla o ir al set con ella. Años después, sí que estuve con ella y trabajé en los sets de ‘Robin and Marian’ (Richard Lester, 1976), ‘They All Laughed’ (Peter Bogdanovich, 1981) o ‘Lazos de sangre’ (Terence Young, 1979). Para mí fue muy fácil, pero muy difícil para los otros actores, porque ella era una persona que te daba un resultado increíble a la primera toma cuando todos los demás actores estaban calentando todavía [ríe].

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Donaldson Collection//Getty Images

Audrey Hepburn trabajó con los más grandes directores y actores de Hollywood. ¿Alguna vez compartió con usted anécdotas detrás de las cámaras que le hayan sorprendido y que pueda contarnos?

Cuando hizo ‘Sabrina’ era muy joven y, al principio, Humphrey Bogart no se portó muy bien con ella. La consideró la chiquilla del momento y no era muy caluroso. Pero al ver que era trabajadora y que se tomaba su trabajo en serio, empezó a cambiar. Al final fue muy simpático con ella y, paralelamente a eso, nació una gran amistad entre ella y su mujer, Betty Bacall [nombre de nacimiento de Lauren Bacall]. Pero quizás te pueda contar una historia más bonita…

El Screen Actors Guild [SAG, Sindicato de Actores de Cine] solía organizar eventos en grandes mesas para promover una película. Un día hicieron una comida y pusieron a mi madre al lado de Marlon Brando. Él vino, la saludó y, durante el resto de la comida, no le dirigió la palabra. Allá por 1953, mi madre siempre lo lamentaba y le decía a su agente, el mismo que representaba a Marlon Brando: «Nunca tuve la oportunidad de conocer a Marlon excepto esa vez y no me habló durante toda la comida». Años después, en 1993, ella estaba enferma en la cama, con cáncer, y de repente llega un FedEx, una carta. Era de Marlon Brando y decía: «Me ha dicho nuestro agente cómo percibiste esa comida y te quería decir, después de todos estos años, que estaba tan asombrado por tu belleza, te tenía tanto respeto, que me quedé sin palabras. Pero te quiero mucho».

marlon brando

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Precisamente, durante esos últimos años de su vida, Audrey Hepburn se dedicó a la labor humanitaria. Concretamente, con UNICEF. ¿Cómo cree que ella quería ser recordada?

Sobre eso siempre decía: «Mi segunda y más importante carrera». Fue entonces cuando empezó a hacerlo a tiempo completo, pero ya había una cultura de eso en la familia, de la misma forma en que yo se lo he pasado a mis hijos. Y mi abuela, la madre de Audrey, ya había hecho cosas para los chicos que regresaban de Vietnam durante la guerra. La abuela se lo pasó a mi madre, mi madre a mí, y yo a mis hijos.

Volvamos a ‘Buscando a Audrey’… ¿Disfrutaba ella del teatro musical?

Íbamos una vez al año a Londres. De hecho, me llevó a ver ‘The Rocky Horror Show’ cuando se estrenó y, años después, trabajé con Michael White, que fue su productor original y una persona a la que he querido mucho. Fuimos a ver también ‘The Elephant Man’, con David Bowie en la producción original. Fue increíble. Él sólo llevaba una manta puesta, ni un gramo de maquillaje, y solo con la posición del cuerpo y la expresión facial, en tres minutos lo veías exactamente como ves al personaje en la película de Mel [Brooks, productor de la cinta homónima de David Lynch en 1980]. Mel siempre me llamaba y me decía: «Tu madre y mi esposa –Anne Bancroft, una mujer excepcional– son iguales, son hermanas, así que me tienes que llamar Tío Mel». Era una persona divina que sabía de qué iba el entretenimiento: te tienes que sentir como un niño. Es por eso que, para mí, el mayor cumplido que le puedo dar a Ignacio [José Ignacio Salmerón] es decir que es el Mel Brooks español.

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Con mi madre íbamos mucho también al teatro en Roma. Un año fuimos al Festival de Spoleto, en Italia, y nos fotografiaron saliendo de uno de los espectáculos. Al día siguiente, en una de estas portadas de prensa rosa, salió la foto con el titular: «Audrey Hepburn con el nuevo amor de su vida». Porque no me reconocieron con la barba y pensaban que era su amante. Ella le hizo un recorte y me dijo: «La primera vez que la prensa acierta. Eres el amor de mi vida».

Headshot of María Juesas

María Juesas es experta en películas y series, especializada en las británicas, asiáticas y, en general, en todo lo que esté bien escrito. También es periodista cultural y miembro de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), la organización que otorga los Premios Feroz. Su amor por el cine empezó con los animales parlantes de ‘Babe, el cerdito valiente’ y, desde entonces, ha crecido entre los horizontes de John Ford, las galaxias de George Lucas y las playas de Agnès Varda. Ávida defensora de que una buena historia puede cambiarte la vida, no tiene género favorito porque su historial cinéfilo no conoce límites (ni vergüenza). Eso sí, nómbrale a Richard Curtis y tendrás conversación para rato.  

Llegó a la redacción de Fotogramas como becaria en prácticas después de trabajar como proyeccionista en el mejor cine de Sheffield (en Reino Unido, donde también formó parte de una granuja Blues Band), y de escribir sobre películas, música, teatro y literatura en medios como la revista Nuebo, Milana o El Generacional. En Fotogramas, ha cubierto festivales como la SEMINCI de Valladolid o los encuentros Rendez-vous de Unifrance en París, además de entrevistar a personalidades como Robert De Niro, Renée Zellweger, Benedict Cumberbatch, Olivia Colman o Richard Gere.  

Apasionada de la música y el cine, desde Vigo llegó a Madrid para estudiar el doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III. Cuenta la leyenda que prefería saltarse clases para ir a algún estreno aunque, si se lo preguntas, lo negará. Tras una breve pero transformadora etapa de formación en Onda Cero Pontevedra, volvió a coger el micro como directora y presentadora del podcast Estrofas en Primer Plano, para después completar un curso de Dirección de Producción en RTVE Instituto. Si no la encuentras, es que estará viendo alguna película de Kurosawa. Da igual cuándo leas esto.