A sus 37 años, Carmen Jordá se ha convertido en una de las figuras más reconocidas -y también más controvertidas- del automovilismo femenino.

Su nombre, junto al de María de Villota, figura entre las únicas españolas que han llegado a ocupar un rol oficial dentro de la Fórmula 1.

Sin embargo, el camino hasta esa cima ha estado lleno de renuncias personales, transformaciones impuestas y conflictos emocionales que han dejado huella en su carácter.

En una íntima conversación con Vicky Martín Berrocal para el episodio número 49 del podcast «A solas con«, Jordá expuso como nunca antes su lado más humano.

Durante más de una hora, la piloto desnudó su pasado, sus inseguridades, su relación con los hombres y con su feminidad, y las duras condiciones que tuvo que enfrentar desde su infancia para abrirse paso en un entorno hecho a medida para los hombres.

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El precio de querer encajar

Con solo 10 años, Carmen Jordá tomó una decisión radical que simboliza el inicio de su metamorfosis emocional: se cortó el pelo sin decir nada a su madre para parecerse a los chicos del circuito.

No lo hizo por rebeldía, sino por necesidad: «Cuando iba al circuito los chicos eran niños, obviamente, y lo típico de cuando eres pequeño, pues que los chicos no quieren jugar contigo porque eres una niña«.

Este gesto marcó el comienzo de una etapa en la que ocultó su parte femenina durante años, construyendo una coraza emocional que la alejaba de su esencia.

«Soy una mujer muy sensible, aunque no lo parezca», confesó a Vicky, antes de añadir: «Ahora mismo no me escondo de nada, soy como soy y no pido perdón ni permiso a nada».

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Amor por la velocidad

Uno de los momentos más sorprendentes de la entrevista llega cuando la piloto reconoce que su mayor miedo no ha sido jamás enfrentarse a un monoplaza a más de 300 km/h, sino abrirse emocionalmente en una relación. «Tengo miedo a las relaciones», admitió con sinceridad.

Jordá explicó que su carácter fuerte puede fascinar a un hombre al principio, pero con el tiempo se convierte en un obstáculo: «Esa fortaleza después es una debilidad y puede incluso odiar esa fortaleza tuya«.

Las dos relaciones que mantuvo con personas del mundo del motor fueron, según relata, difíciles. Especialmente una con un piloto con quien vivió una «rivalidad constante de competir hasta en la cocina«.

Jamie Chadwick, campeona de las W Series.

Desafíos familiares

A los 21 años, Carmen decidió irse sola a Estados Unidos para seguir su carrera. Su padre, José Miguel Jordá, también expiloto, le dio una dura advertencia: «Hasta aquí llego yo, si quieres seguir tú misma… Esto no va a llegar a nada, si te vas tú misma«.

A pesar de ese corte abrupto de apoyo, fue él quien detectó su talento desde los cinco años y su mayor referente en las carreras.

En ese periodo de soledad en América, Carmen encontró en la meditación una herramienta para reconstruirse interiormente, iniciando una búsqueda espiritual que, según dice, a veces es malinterpretada: «La gente puede pensar que estás loca por hablar de estas cosas».

Machismo, presión y poder

Cuando Vicky Martín Berrocal le preguntó si había vivido situaciones de acoso o abuso de poder en el automovilismo, Carmen fue tajante: «Sí, he pasado por momentos muy incómodos y momentos que no me gustaría que ninguna mujer tuviera que pasar«.

En un deporte donde «o pasas por aquí o no pasas», ella decidió mantenerse firme y nunca ceder a ese tipo de chantajes.

Jordá ha sido una firme defensora de los campeonatos femeninos, una postura que ha generado no poca polémica.

Defiende que las diferencias físicas entre hombres y mujeres son determinantes en categorías como la F1, donde la fuerza del cuello y los brazos es fundamental.

Carmen Jorda, Formula E

«Por mucho que tú entrenes 24 horas al día y 7 días a la semana, nunca vas a tener ni el cuello ni los brazos que tiene Hamilton«, le decía su entrenador suizo, quien había trabajado con figuras como Vettel o el propio británico.

Apoya iniciativas como la F1 Academy, impulsada por Liberty Media, y considera esencial que haya más referentes femeninos para las generaciones futuras: «Lo que más me inspira es poder ayudar a niñas y a chicas a no tener miedo«.

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Disciplina como estilo de vida

Lejos de la imagen glamurosa que muchas veces se asocia a la Fórmula 1, Carmen nunca ha sido aficionada a las fiestas ni al alcohol.

Ha llevado una vida dedicada al entrenamiento físico y mental. «Prefiero una buena conversación en una cena a una noche de fiesta», confesó.

Carmen Jordá, durante su época como piloto reserva en Fórmula 1 en la escudería Lotus

Carmen Jordá, durante su época como piloto reserva en Fórmula 1 en la escudería Lotus

Su entrega y disciplina la han llevado más allá de las pistas: en 2024 fue contratada por Tom Cruise como consultora en un proyecto cinematográfico y ha sido embajadora de marcas internacionales.

Más allá de las críticas o controversias que haya generado, Carmen Jordá ha abierto caminos para otras mujeres en el automovilismo, enfrentando estigmas, prejuicios y limitaciones estructurales con una mezcla de determinación y vulnerabilidad.

Marta García en un momento de las W Series de Hockenheim

Hoy, desde su rol en la Comisión de la Mujer de la FIA, trabaja para que ninguna niña tenga que cortarse el pelo ni esconder su esencia para subirse a un coche de carreras.

Su historia no solo habla de motores y velocidad, sino también de resistencia interior y del derecho a ser una misma sin pedir permiso.