22/08/2025
Actualizado a las 16:54h.
«Esta ronda la pago yo». Una frase que muchos camareros añoran seguramente, porque cada vez resulta más infrecuente, ya que se extiende la tendencia a tener que cobrar por separado a varios clientes de una misma mesa. Una auténtica pesadilla y no sólo para el personal de la hostelería, también a menudo para los propios consumidores.
«Al final siempre hay problemas, porque al último le quedan por pagar cosas que los demás no han pagado», describe Alex Fratini, portavoz de la Asociación de Bares, Restaurantes, Cafeterías y Ocio Nocturno de Benidorm y Comarca (Abreca).
Por esa incógnita de a quién le toca lo que falta por abonar, entre otras circunstancias usuales, «también hay discusiones», añade el dueño del Restaurante Pinocchio, quien lamenta también que se está convirtiendo en «un gran problema» porque, en definitiva, «se pierde mucho tiempo».
En el resto de destinos de la Costa Blanca alicantina ocurre igual y corroboran que este hábito entretiene inútilmente en el servicio. «Lo hacen mucho, sobre todo, la gente joven, como los italianos y es molesto, porque tienes que pararte, dejarte otras mesas de atender», relata María del MarValera, presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de la Hostelería de Alicante (APEHA).
Suele ocurrir que «paga cada uno con tarjeta», aunque, de todas maneras, en el sector la aceptan: «En muchos sitios, les decimos ‘haceros Bizum entre vosotros’, pero cómo se lo explicas a los extranjeros». Y es que este sistema de pago desde el móvil sólo se utiliza en España, por lo que no resuelve nada en momentos de temporada alta o en los destinos con mucho turismo internacional.
En esto de las nacionalidades también se ven matices. «Los ingleses, o paga uno o se arreglan entre ellos, y los franceses te piden dividir la cuenta entre los que son, a partes iguales por persona, así no está mal», compara.
Tampoco arregla gran cosa que, de antemano, quienes van a pagar hagan sus pedidos por separado. «Es perder el tiempo y, en la misma mesa, si tienes que hacer diez comandas, estás en la misma, no lo veo ninguna salida, es frustrante», reflexiona Valera, del Restaurante Caldero, en la isla de Tabarca.
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