Gabino Diego sigue conservando su alborotado y abundante pelo. Y, claro, su vis cómica.
– Vuelve con otra comedia.
– Sí, un maravilloso vodevil de … Marc Camoletti. Es una pieza de relojería y una función divertida’.
– ¿No se cansa de hacernos reír?
– Bueno, mi personaje no para de sufrir en esta función.
– ¿Ehhh?
– Toda comedia lleva debajo un drama. Intento encubrir a un amigo que…
– En ‘Pijama para seis’ los cuernos sobrevuelan el escenario.
– Sí, sí. Fernando y Mercedes, mis amigos, pasan por una crisis e intento darles algo de vidilla.
– Está claro que le gusta vivir en zonas de confort.
– Vamos a ver. Los actores acostumbramos a meternos en retos, pero me he dado cuenta, ya voy a cumplir 59 años, de que hacer reír a la gente es maravilloso. No soy partidario de hacer un cine de desgracias, aunque estoy a favor de las funciones que transmiten ternura, amor y simpatía.
– ¿Es capaz de hacernos llorar?
– ‘La hora de los valientes’, de Antonio Mercero, era un drama. Cuando se estrenó descubrí llorando a los guardaespaldas de Ana Botella. ¡Qué gracioso!
– ¿Es placentera la infidelidad?
– En la obra hay infidelidad por todas partes.
– Admitámoslo, tiene una cara muy graciosa.
– No sé qué quiere que le diga.
– ¿Es verdad que Fernando Fernán Gómez le soltó ‘Tú, tranquilo, que mientras tengas el labio colgando, estés inexpresivo y digas ese texto, la gente se reirá’.
– Cuando hice ‘El viaje a ninguna parte’ andaba preocupado y le preguntaba cosas del personaje. Me dijo eso (imita la voz del genial actor).
– ¿Le han dicho algo más sobre su cara?
– Fernando me preguntó también que cómo caminaba.
– ¿Caminar?
– Reconoció que él andaba muy mal porque tenía fastidiado un pie. Recordaba que John Ford solía decir que el cine era ver caminar a Henry Fonda.
– ¿Está contento con su cara?
– No tengo más remedio, debo aceptarme para bien o para mal. Llevo toda mi vida con esta cara. He tenido momentos más feos, pero, como el vino, voy mejorando. Si no me he aceptado a estas alturas, ya no me voy a aceptar.
– Tony Leblanc soltó otra frase memorable sobre usted: «Lo que hace Gabino es muy difícil porque hacer de tonto es fácil, pero hacer de semitonto es muy complicado». ¿Tiene razón?
-Totalmente. El semitonto representa la parte humana del tonto, no es del todo tonto. Y los tontos, a veces, son muy listos.
– ¿Va a salir en la nueva película de Santiago Segura?
-Seguramente esté ahí, pero no puedo contar mucho.
– ¿Iría de cañas con ‘Torrente’?
– ¡Nunca!
-¿Por qué?
– Seguro que me engañaría o me metería en algún lío. Me gustaría ver a ‘Torrente’… ¡pero de lejos!
– Con poca presencia en el cine, ¿es más importante lo que se rechaza que lo que se acepta, como esgrime Javier Bardem?
– Hay gente que lo ha aceptado todo y otra que ha rechazado muchas cosas. Yo, sin ir más lejos, he rechazado muchos papeles.
– ¿Por qué?
– No puedes hacer cosas en las que no crees, Rechazar es jodido porque a veces lo pasas mal económicamente y hay que pagar los zapatitos del hijo.
– Hay que comer.
– Durante tiempo he rechazado y luego me he arrepentido al pasar problemas económicos.
– ¿Se levanta cada día pensando que la película o teatro que va a hacer es una obra maestra?
– Claro. Siempre me levanto creyendo que se trata del papel más maravilloso que había y que era lo que tenía que hacer.
– Suele decir que no fue el primero de la clase, pero sí que se consideraba el más inteligente.
– No, no. Había gente que sacaba todo sobresalientes, yo suspendía todo y de repente pensaba ‘coño, creo que soy un poquito más inteligente que éste’. Con el tiempo, me los he encontrado por la calle y me han dicho ‘joder, qué bien te ha ido’.
– Pese a su cara de niño, ¿se nos ha hecho mayor?
– Es la vida. Lo importante es poder seguir cumpliendo años.
-¿Habría dado todo por ser un músico de talento?
– No, eso lo dijo Woody Allen. Afirmaba que habría dado toda su carrera por ser un George Gershwin o un Cole Porter. Flipaba un poco. Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer. Para eso ya están Gershwin y Cole Porter.
– Confiese el secreto para seguir llenando teatros.
– Nadie tiene la a fórmula
– Colecciona libros de retratos.
– No, de mujeres, animales y niños.
– ¿Por ese orden?
– Toda mi afición empezó porque en mi casa vivió Robert Freeman, el fotógrafo que hacía las portadas de los Beatles. Vino a España y terminó fatal.
– No sería por pasar por su casa,.
– No, en mi casa estuvo bien. El problema del bohemio es jodido. Puedes ser bohemio, pero el problema viene cuando ya tienes una edad. El bohemio ya no funciona. Ahí es donde te vas a tomar por saco.