En el acto también se entregó la Medalla de Honor de la Ciudad al guitarrista y cantaor flamenco Ricardo Fernández del Moral
Isidro Díaz de Mera, entre la concejala de Festejos, Alicia Loro, y el alcalde, Leopoldo Sierra Ayto.
23/08/2025
Actualizado a las 14:49h.
La plaza de España de Daimiel volvió a vestirse de gala este viernes, con motivo de la cercanía de la Feria y Fiestas en honor a la Virgen de las Cruces, en un acto en el que se entregó la Medalla de Honor de la Ciudad al guitarrista y cantaor flamenco Ricardo Fernández del Moral y en el que el árbitro de fútbol de Primera división Isidro Díaz de Mera Escuderos pronunció el pregón. Además, se coronó a las damas y reinas infantiles y juveniles y cerró la velada la Banda Municipal de Música.
El alcalde, Leopoldo Sierra, agradeció a los vecinos la «comprensión, apoyo y confianza depositada» en una gestión de la que hizo balance y donde anunció la inminente climatización del Pabellón de Deportes David Córdoba Ortega y la colocación de graderío en el Pabellón La Espinosa. Asimismo, expresó su deseo de estrenar en 2026 nueva plaza, con mayor belleza y funcionalidad.
Tras recibir la Medalla de Honor de la Ciudad, el daimieleño Ricardo Fernández del Moral agarró su guitarra, ‘La Contreras’, para hacerse con el escenario y el público, que premió con sonoros aplausos su actuación. El cantaor recordó que apenas tenía ocho años cuando su padre le puso por primera vez una guitarra en las manos y «desde entonces la música ha sido mi vida».
Dijo Fernández del Moral, que en su día ganó la ‘Lámpara Minera’ del Festival Internacional del Cante de las Minas, que «hay algo que para mí vale más que cualquier premio: el cariño de mis vecinos en el día a día». «Todos estos gestos de cariño son la prueba de que no camino solo con mi música, mi voz y mi guitarra, sino que estoy acompañado siempre por la fuerza y el respaldo de mi pueblo», señaló. Y se despidió interpretando el fandango ¡Viva Daimiel!
Por su parte, Isidro Díaz de Mera Escuderos se presentó como «el hijo de Angelines e Isidro, crecido en el barrio de Las Alcantarillas», recordando que se inició en el arbitraje con 17 años cuando realizó el curso de iniciación. Asimismo, comentó sus vivencias en la Feria y Fiestas, que «siempre he asociado a la palabra ‘amigos’» y durante la cual, en el 2006, conoció a la que sería la madre de su hija. «La Feria nos regala momentos que quedan para siempre en el corazón», comentó.
Además, afirmó, Daimiel es mucho más que su Feria; es también historia, naturaleza, patrimonio y tradición, con la emotividad y la belleza que genera la Semana Santa.
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