«Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros», escribió George Orwell en su novela Rebelión en la granja. El libro es una historia satírica que critica con ferocidad las estructuras de poder de la Unión Soviética que regía con puño hierro Stalin.


Los Beatles en concierto en París en 1965

Con su reconocible estilo crítico y visionario, Orwell recreó en una granja los mecanismos de opresión que constituían, en realidad, las aparentes igualdades (huecas, en el fondo) de las que presumía Rusia en sus años comunistas. La historia cuenta el ascenso al poder de unos cerdos después de que asaltaran el poder en su granja.

Más de dos décadas después de la publicación de Rebelión en la granja, los Beatles, en su doble disco homónimo (conocido popularmente como The White Album), decidió homenajear al libro con su canción Piggies (cerditos, en inglés). El tema hace referencias explícitas a la obra de Orwell desde el mismo título.

«Para todos los cerditos la vida está empeorando. Siempre con barro para jugar, ¿has visto a los cerditos más grandes, con sus camisas blancas almidonadas?», reza la canción. Esta es la historia de cómo los cerditos a los que cantaron los Beatles se inspiraron en los del autor de Rebelión en la granja.

Hay cerdos y cerdos

Musicalmente, Piggies se caracteriza por su inicio con clavicordio, bajo y batería. Gracias a estos arreglos se crea una atmósfera casi barroca que contrasta sobremanera con la aguda y satírica temática que trata. La canción distingue claramente los «cerditos» de los «cerditos más grandes», que representan a la clase dirigente comunista.

George Harrison firmó la canción como una crítica al autoritarismo, pero las referencias a Rebelión en la granja son claras desde el título mismo del tema. En la novela, los cerdos son los líderes de una revolución que se malogra cuando triunfa y los animales llegan al poder. Cuando tocan el sol, los cerdos se vuelven déspotas igual que los granjeros a los que derrocaron.

Tanto en la canción como en el libro, este animal es el símbolo de la corrupción del poder. Orwell utilizó su granja como alegoría del colectivismo soviético, y Harrison retoma este paradigma para componer la canción. Solo que, en el segundo caso, los cerdos no son otros dictadores, sino los privilegiados que se aprovechan de sus congéneres.

El tema, no obstante, no reivindica la violencia y llama a la rebelión, sino que apela al humor negro y a la alegoría, igual que el libro, para remarcar las contradicciones que emanan de una sociedad jerarquizada y deshumanizante.

Tanto Piggies como Rebelión en la granja se valen de los animales como símbolo para mostrar las carencias de las estructuras de poder. Y ambas reivindican, además, el poder del arte para subvertir y señalar y hacer pensar.