De nada sirve esconder los hechos, aunque hasta en las circunstancias adversas cabe la opción de contemplar el vaso medio lleno en lugar de vacío … hasta la mitad. La última revolución dentro de la plantilla azulgrana –seis incorporaciones nuevas– trata de enmendar el rendimiento menguante de las dos últimas temporadas. Cursos saldados sin el preceptivo viaje a la Copa para un club del prestigio del Baskonia y el peregrinaje jubiloso de sus seguidores, al margen de las eliminatorias por un título de la ACB que siempre debería de contar con el equipo vitoriano y salvado sólo en la primavera de 2024 por la participación en el ‘play in’ inaugural de la Euroliga. Escaso bagaje en el haber de una entidad que, por delante de Málaga y Valencia, discutió en el pretérito la supremacía de la canasta a los dos transatlánticos del fútbol.
Dentro de ese pasado reciente y sombrío, la gerencia de Zurbano intenta el ensamblaje del grupo a través de una vuelta de tuerca física que le acerque más a la progresiva vertiente atlética del juego. En ella conviene encuadrar los fichajes de Diallo y Diakite, pero también el reconocimiento al buen ojo de la secretaría técnica en la contratación de los bases principales de un tiempo a esta parte. Concretamente los tres últimos ejercicios que han deparado hallazgos muy notables, rentabilizados un año sobre el parqué y también a través de ventas posteriores en los casos de Darius Thompson y Codi Miller-McIntyre. Confiemos en la permanencia de Trent Forrest, otro ‘uno’ de talla alta, una pieza jugosa después de firmar una evolución enorme según transcurría la última temporada en el Fernando Buesa Arena.
Dos bases de nivel
La alianza rota entre Thompson y Henry deparó al equipo vitoriano un dúo del más alto nivel europe
Un buen estudio de mercado por debajo del radar. Lejos de adquirir baloncestistas caros que ya se han lucido en el mejor escaparate continental, el Baskonia rastreó la segunda división que representa la Eurocup. De allí se trajo en el verano de 2022 a Thompson, un director de juego de pulso estable, grácil y elegante que cautivó a la parroquia azulgrana durante aquel ejercicio lúdico a las órdenes de Joan Peñarroya y mal resuelto con el estoque. 10,2 puntos y 6,1 asistencias en la ACB para 14,5 créditos de valoración, números algo superiores a los sellados en Europa. Además, la alianza del de Tennessee con Pierriá Henry, abruptamente rota en enero, revalidó la idea de que el cuadro alavés lucía quizá el mejor dúo de timoneles del continente. Una pareja que recordaba a los fértiles ‘matrimonios’ Bennett-Corchiani, Prigioni-Calderón o James-Adams. Mientras que entre 2017 y 2020, el bloque azulgrana se movía bajo los sones de la recordada terna Huertas-Granger-Vildoza.
Tradicionalmente, los clubes de la Euroliga andan bien servidos de exazulgranas por el rango que tiene Betoño como rampa de lanzamiento deportivo. De ahí que un poderoso como el Anadolu Efes se llevara hasta Estambul a Thompson, como doce meses más tarde haría el inquieto y acaudalado Estrella Roja con McIntyre rumbo a Belgrado. Otro base que aterrizó en Foronda sin un gran cartel y fue convenciendo profundamente a la hinchada. El jugador de Carolina del Norte y pasaporte búlgaro firmó para la eternidad un triple-doble con veinte asistencias la noche que atropelló al Asvel en Zurbano. Pero el lobo feroz en aquella jornada gloriosa hubo de meterse minutadas inclementes entre pecho y espalda por no disponer de escuderos fiables. Promedios por encima de los diez puntos y en torno a las seis asistencias que le supusieron casi trece créditos.
Del cero al infinito
Algo semejante padeció en la última campaña Forrest, guía de ritmo pausado que partió casi de cero en el arranque del curso para rozar el infinito en los exámenes finales. De no mirar a Howard y agotar posesiones mediante la táctica improductiva del yo-yo a ejercer de absoluto jefe de pista por su paulatina visión del juego. Aunque el poderío del de Alabama reside en su capacidad física para anotar en penetraciones a través de un uno contra otro muy difícil de contener.
Forrest
Su capacidad física para anotar en el uno contra otro resulta muy difícil de contener
Sus cifras domésticas superan a las de sus dos notorios predecesores: 12,8 y 4,8 para 16,8 de valoración en la ACB. Un rendimiento atenuado al abrirse las fronteras. En cualquier caso, tres ‘unos’ que han intentado engrasar una maquinaria azulgrana renqueante en otros puestos. Un mal especialmente extendido entre sus hombres grandes.