«La espera ha sido larga, pero por fin vuelvo al ruedo con la ilusión de siempre», había dicho Cayetano Rivera en la víspera tras dos meses de ausencia de la arena al sufrir una lesión en un tentadero. Pero ya ha vuelto y lo hizo con un gran triunfo en la plaza de toros del manchego pueblo de Tomelloso. Hubo triunfo total, con salida a hombros incluida, pero silencio en lo personal y cara de pocos amigos a pesar de la aclamación popular experimentada.
Reapareció Cayetano Rivera para reanudar su larga despedida de los ruedos. Lo hizo más delgado y sin ocultar sus nervios después de semanas mordiéndose las uñas en casa por no hacer lo que más le gusta y con mucho tiempo para ver lo que se publica de él en estos días, con numerosas alusiones a aquel incidente de madrugada en una hamburguesería de Madrid y que dio con sus huesos en el calabozo.
«Muy contento» es todo lo que dijo a su llegada cuando los numerosos reporteros, taurinos y no taurinos, le preguntaron a su llegada a la plaza de toros de Tomelloso. Saludó a sus fans con cariño, por supuesto, y firmó algún autógrafo. Mientras lo hacía, se coló alguna pregunta. «¿Cómo está el asunto de tu detención?», por ejemplo. A lo que él respondió sin levantar la vista: «No es el momento». Quería concentrarse para ponerse delante del morlaco, claro.
Una puerta grande que se quedó pequeña
Luego salió a la arena, se enfrentó a los cuernos y triunfó. Y eso que en algún momento se le vio renqueante de la fractura de falange del pie izquierdo que le ha mantenido ausente de los ruedos durante estas ocho semanas. Pero eso no impidió que la plaza se derritiera con sus pases y el presidente se pusiera a airear su pañuelo con gusto. Cortó tres orejas, una a su primero y dos al quinto, y salió a hombros junto a El Fandi y Antonio Linares, con quienes compartió cartel en esta corrida de la Feria y Fiestas de Tomelloso, con toros de la ganadería Manuel y Antonio Tornay. La puerta grande se quedó pequeña.
Tampoco hubo palabras de Cayetano Rivera tras su triunfo y de nuevo bajó la mirada y puso cara de palo cuando le preguntaron por el incidente con la policía en un conocido local de comida rápida situado en la calle Atocha de Madrid a altas horas de la madrugada y que derivó en detención.
Mucho silencio
De hecho, ha sido muy poco lo que ha dicho desde entonces. Su primera reacción pública fue. «Ante determinadas publicaciones aparecidas en algunos medios, me veo en la necesidad de aclarar que en ningún momento he protagonizado ni participado en ningún acto de agresión hacia agentes de la autoridad. Lamento profundamente que se estén difundiendo versiones infundadas sobre unos hechos que, en ningún caso, ocurrieron como se ha insinuado».
Luego publicó un extrañísimo mensaje en sus redes sociales en el que apareció con la cara tapada y a pecho descubierto con una canción de fondo que decía: «Deja que se eleve desde la tierra hasta los cielos infinitos / Deja que se eleve, deja que se eleve / Somos la luz que nunca muere».
Más tarde llegó su lesión, que le obligó a suspender varios compromisos, y ahora se ha producido su regreso a los redes después del percance mientras se entrenaba para torear. La espera ha terminado y ha tenido la puerta grande más silenciosa de su carrera.
Reportar un error