El verano es una época especialmente beneficiosa para los pacientes con psoriasis, una enfermedad crónica no contagiosa de la piel que se caracteriza por la aparición de manchas rojas y escamosas, que, si bien mejoran con el sol, quienes las padecen suelen ocultarlas por temor al rechazo.

Iscar, un paciente de 28 años, diagnosticado con psoriasis desde su adolescencia, ha relatado que “lo mental es lo que más cuesta”, pues considera que “todavía hay bastante rechazo” debido al desconocimiento sobre la enfermedad y a que las personas aún no comprenden que la psoriasis no es contagiosa.

Para la vicepresidenta de la Asociación Acción Psoriasis, Montserrat Ginés, quien también padece esta enfermedad, la patología implica “una afectación emocional muy importante, pues a menudo los pacientes tienden a esconderse, a no mostrarse y a autoexcluirse”.

Ginés ha detallado que “todavía hay muchas personas con psoriasis que sienten inseguridad al mostrar su piel en verano, por miedo al rechazo y al estigma que existe por desconocimiento”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la psoriasis como “una enfermedad crónica, no transmisible, dolorosa, desfigurante e incapacitante”, que actualmente padece entre el 2 y el 3% de la población, con una prevalencia que va en aumento.

En España aproximadamente el 2,3% de sus habitantes, es decir, más de un millón de personas, padece psoriasis.

AFECTACIÓN PSICOLÓGICA Y DE CALIDAD DE VIDA

Los efectos de esta patología van más allá de lo físico, de acuerdo con los resultados de la encuesta NEXT Psoriasis a la que han respondido 1.265 pacientes residentes en España.

Según revela esta encuesta realizada por la Asociación Acción Psoriasis, esta enfermedad podría estar asociada con el desarrollo de otras enfermedades concomitantes, entre ellas algunas de carácter psicológico.

Según la encuesta, con frecuencia los pacientes presentan falta de autoestima, ansiedad y un mayor riesgo de depresión.

Del total de los encuestados, el 26 por ciento dijo padecer ansiedad, mientras que el 10 por ciento señaló experimentar depresión.

Para la dermatóloga del Hospital del Mar de Barcelona Marta Ferran, “los pacientes con psoriasis tienen un estigma muy grande por tener esta enfermedad, pues aparte de la afectación física, la afectación psicológica y a la calidad de vida es muy grande”.

Los encuestados han manifestado que la psoriasis tiene un impacto relevante sobre su calidad de vida, el 34,6% señaló afectaciones a nivel emocional, el 25,6 por ciento sobre la capacidad de mantener el sueño, y el 24,4% en sus relaciones con la familia o pareja.

Sin embargo, la encuesta sugiere que la atención psicológica brindada a los pacientes es residual, pues según el informe solo un 3% de los casos dijo haber recibido atención por parte de especialistas de la salud mental.

La doctora Ferran ha manifestado la necesidad de hacer “un control de la enfermedad de manera holística, no solo de la parte propiamente médica (inflamación de la piel y articulaciones) sino también de la parte emocional que conlleva el sufrimiento de la enfermedad”.