Redacción
El final del verano suele traer consigo un aumento llamativo en las consultas relacionadas con patologías venosas. Edemas, varículas visibles, enrojecimiento cutáneo e incluso casos de trombosis venosa profunda registran un repunte de hasta un 30% en septiembre, según datos aportados por la Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular (Sacva).
El fenómeno se explica por la combinación de varios factores propios de la época estival. Las altas temperaturas provocan una dilatación de los vasos sanguíneos que dificulta el retorno venoso. Esto incrementa la inflamación y la fatiga en las piernas. A ello se suman la deshidratación, que aumenta la viscosidad sanguínea y favorece la coagulación, y la inmovilidad en los viajes largos, que reduce el bombeo muscular y agrava la congestión venosa.
“Es muy común que observemos un aumento de hasta un 30% en las consultas tras el verano”, explica el Dr. Javier Martínez Gámez, presidente de la Sacva. El especialista advierte además de que los casos de trombosis venosa profunda también tienden a incrementarse en esta época.
Un problema de gran magnitud poblacional
Más allá de los picos estacionales, el impacto de las enfermedades vasculares es elevado. Se estima que hasta el 50% de la población experimenta síntomas leves de insuficiencia venosa durante el verano. Además, cuentan con una afectación mayor en mujeres (seis de cada diez) que en hombres (cuatro de cada diez).
En términos globales, casi la mitad de la población mayor de 50 años en España padece alguna patología vascular. Estas cifras convierten a estas enfermedades en un problema creciente de salud pública. En Andalucía, se calcula que más de 1,6 millones de personas podrían estar afectadas.
Los especialistas alertan además de que la prevalencia está aumentando en personas jóvenes, ligada a estilos de vida poco saludables: obesidad, sedentarismo, tabaquismo, diabetes, hipertensión o colesterol elevado.
Los especialistas insisten en la prevención: hidratación, ejercicio regular y medidas de compresión bajo control médico
Ante esta realidad, los expertos recomiendan medidas de autocuidado que van más allá del verano: mantener una hidratación continua, realizar ejercicio moderado a diario, estirar las piernas o caminar durante los trayectos largos y, en algunos casos, utilizar medias de compresión graduada bajo control médico.
Además, la insuficiencia venosa crónica, frecuente en uno de cada tres adultos, puede derivar en complicaciones graves si no se aborda a tiempo, como úlceras o trombosis. Por su parte, la enfermedad arterial periférica afecta a cerca del 9% de los mayores de 55 años, con un infradiagnóstico superior al 20%.
“Un enfoque preventivo y de seguimiento reduce notablemente la morbilidad y mejora la calidad de vida”, concluye el Dr. Martínez Gámez.