Son muy pocos los afortunados que llegan a formar parte del mundo de la Fórmula 1. En una burbuja en la que el tiempo es … fundamental, la coordinación forma parte del éxito y unos pocos milímetros pueden cambiar el destino de un equipo. Gorka Narbarte (Irun, 1988) es uno de esos privilegiados. Es el jefe de coche del monoplaza número 23 de la parrilla, el de Alexander Albon (Williams Racing), y su función consiste en «hacer que el coche esté completamente listo cada vez que tenga que salir a la pista». Es el encargado de guiar a los mecánicos dentro del box del piloto tailandés y desde esa misión de máxima responsabilidad explica lo que supone formar parte de la élite de las carreras, la exigencia de su trabajo y lo que significa trabajar para una escudería de Fórmula 1.

– Antes de ir al grano, ¿qué estudia alguien para ser mecánico en la F1?

– Estudié en Txingudi Ikastola y en el Instituto Pío Baroja. Después decidí poner rumbo a Barcelona para estudiar en Monlau Competition, un grado superior que se centra en formar a jóvenes específicamente como mecánicos de competición.

Reponsabilidad

«Me encargo de coordinar a los 16 mecánicos del box. Hay técnicos de neumáticos, reglajes, gasolina, fondo plano…»

– ¿Cómo dio el salto a la élite?

– Fue un poco de rebote, ya que no era algo que yo quisiera hacer desde el principio. Al acabar el grado empecé a trabajar en diferentes sitios. Empecé en equipos de karting y conseguí pasar por el Mundial de turismos, Mundial de Rallycross y Mundial de GT.

– ¿Y después?

– Tuve la gran suerte de conocer a una persona interesada en mí que había trabajado para McLaren F1 como director deportivo y que pasó a ser dueño del equipo Von RyanRacing de Gran Turismo. Finalmente ese año no cuadró el tema y esperó un año más para ofrecerme otra vez trabajo. En esa oferta, en vez de trabajar para el Mundial de GT, él pasó al equipo Manor de la Fórmula 1 y quiso llevarme con él.

– ¿Cuál es su función hoy en día en la escudería Williams Racing?

– Soy el jefe de coche de Alexander Albon. El responsable de los mecánicos del coche ’23’. Entre otras cosas indico al monoplaza cuándo tiene que salir a la pista en cada sesión. Dentro de la estructura tenemos un jefe de coche para cada piloto —el de Carlos Sainz y el de Albon—.

– ¿También coordina la plantilla que está en el garaje en cada gran premio?

– Mi función más importante es coordinar a todos los técnicos del box y asegurarme de que el trabajo se hace en el tiempo necesario. Todo esto para tener el coche en las especificaciones correctas en el momento deseado. Somos alrededor de 16 mecánicos dentro del garaje. Hay técnicos de neumáticos, reglajes, gasolina, fondo plano…

Orígenes

«Estudié en Txingudi y el Instituto Pío Baroja. Luego hice un grado en Barcelona para mecánicos de alta competición y aquí estoy»

– ¿Desde dónde le llegan las órdenes?

– Hay procesos estándar que delimitamos a principios de temporada y también revisamos partes específicas dependiendo de lo que abusa cada circuito. Tenemos varios ingenieros repartidos por el circuito y otros tantos que operan desde la base central de la escudería, situada en Inglaterra. Ellos trabajan a las mismas horas que nosotros, independientemente de si la carrera es en Singapur o en China. Están conectados desde la nave para medir muchísimos factores que pueden decidir la trayectoria del equipo en una carrera: desde la meteorología hasta la carga aerodinámica del resto de equipos.

¿Cuántos trabajadores hay en Williams Racing?

– Somos aproximadamente unas 1.150 personas las que trabajamos para la escudería.

– Además se encarga de cambiar las ruedas en las paradas que se hacen en carrera.

– Sí, pistolero del neumático trasero izquierdo. Entrenamos mucho tiempo y cada año desarrollamos las herramientas que utilizamos en las paradas. El objetivo es ser cada vez más rápidos y eficientes.

– ¿Qué piensa cuando ve el coche entrando en el ‘pit lane’?

– Es cierto que los nervios están ahí, pero somos un poco como robots. Cuando llega el momento, lo último que quieres es ponerte a pensar si va a salir bien o mal. Lo practicamos tantas veces que sale de manera natural. Antes de afrontar una parada de boxes cada uno tiene su ritual.

– Con todas estas funciones, ¿tiene tiempo para vivir fuera de los circuitos?

– Son 24 carreras repartidas por diferentes países del mundo. No es fácil compaginar este trabajo con la vida personal. Tengo familia, mujer e hijo y es muy difícil cuadrar todo. Más que un trabajo es un estilo de vida. Paso muchos fines de semana fuera de casa. A principios de año puedo estar hasta casi un mes en la fábrica de Inglaterra. La parte positiva es que cuando estoy en casa con ellos estoy libre.

Forma de vida

«Son 24 carreras por todo el mundo y tengo mujer y un hijo. Paso mucho tiempo fuera de casa y es difícil de compaginar con la familia»

– ¿Cómo lleva el inglés?

– Estudié en la ikastola y a partir de ahí no he vuelto a ir a una academia, no porque no quisiera, más bien porque no tenía tiempo. Fue en 2012 cuando empecé a trabajar en Gran Bretaña y me tiré a la piscina. A base de practicar y ver películas he conseguido un buen nivel de inglés.

– El coche de este año parece que funciona…

– Sí, va mejor que otros años. Es cierto que en estas últimas carreras nos está costando bastante, pero estamos progresando. El problema de la Fórmula 1 cuando un coche parece que no avanza es que mucha gente piensa que esa escudería tiene malos técnicos, pero eso no es así. Realmente las diferencias son muy pequeñas e ir una décima por vuelta más lentos que tus rivales puede hacer que acabes la carrera varios segundos por detrás.

– ¿Qué circuitos diría que son los más favorables y los que más les benefician?

– Al coche le conviene competir en circuitos rápidos como Monza o Zandvoort. Eso de tener que parar el monoplaza y girar en curva lenta no se nos da del todo bien, como por ejemplo Qatar. Esto lo miramos por los números a principio de año, después pueden llegar piezas nuevas que cambien el desarrollo del coche.

– ¿En Williams piensan ya en el monoplaza de 2026?

– Algo que juega a nuestro favor es que no nos estamos jugando nada en este Mundial. Está claro que lo queremos hacer bien, pero estamos completamente centrados en el coche del año que viene. Como el resto de escuderías, tenemos mucho trabajo en encontrar el límite de las regulaciones.

– Ahora mismo son todo incógnitas…

– El año que viene cambia por completo la normativa y eso deja todo en el aire. Es muy, pero que muy importante saber lo antes posible dónde estarán los límites. Aquel que dé con la tecla tendrá mucho trabajo adelantado y al resto le tocará seguir esos pasos. Si somos nosotros los que nos diferenciamos, será mucho mejor.

– ¿Cree que estará todo más igualado?

– La parrilla se estira cuando hay una regulación nueva y cuando van pasando los años todo se junta otra vez. Es cuestión de desarrollar.

– Carlos Sainz y Albon parecen dos pilotos que ayudan mucho al equipo, ¿verdad?

– Son muy parejos. Ambos hacen un gran trabajo. Albon está realizando una gran temporada y quizás Carlos esté teniendo algo más de mala suerte en estas últimas carreras. Los dos tienen una calidad extrema. Son bastante parejos y piden cosas muy similares en sus coches, lo cual ayuda mucho al trabajo de los mecánicos. El problema es cuando tienes dos pilotos muy diferentes y la línea de trabajo está muy difusa: no sabes si seguir a uno u otro. Pero sí, estamos muy contentos.

– ¿Seguirá muchos años más en la Fórmula 1?

– Cada vez hay más carreras y es difícil compaginar eso con la vida personal. Es cierto que poco a poco uno encuentra el balance para poder pasar el tiempo en casa completamente libre. Es un mundo muy sacrificado, pero también es gratificante, ya que el nivel tecnológico y satisfacción personal es muy alto. De momento estoy muy contento.