Conor McGregor es, pese a sus últimas polémicas fuera del octágono, el artista marcial mixto que puso en el mapa a las MMA. El irlandés es responsable de la mayor parte de la influencia que hoy tiene la disciplina en el mundo, y ha inspirado a miles de deportistas alrededor del globo para replicar su recorrido como profesional. El último competidor de la UFC en admitir que The Notorious fue un modelo a seguir para sus primeros días como peleador ha sido Sean O’Malley.

«Cien por ciento (consideraba a McGregor un modelo a seguir). La forma en que se comportaba en las peleas, la confianza para decir lo que pensaba que iba a pasar: ‘Voy a noquear a este tipo en el segundo asalto’. Me aportó mucho. Pensaba: ‘Vale, puedo tener esa confianza’. Siento que casi me perdí, en cierto sentido, porque quería ser demasiado como Conor en lugar de ser yo mismo«, admitió Sean O’Malley, en el programa Between Rounds.

El peleador irlandés hacía de sus combates toda una cadena de shows en las ruedas de prensa correspondientes. Arremetía contra sus rivales, y alzaba los enfrentamientos hacia una expectación jamás antes vista, mientras trasladaba a la faceta personal el intercambio de declaraciones con sus oponentes. O’Malley quiso tomar ejemplo de aquello que Conor McGregor desplegaba en las previas de sus apariciones en el octágono, pero no consiguió replicar el efecto exacto en su primera pelea con Merab Dvalishvili.

«Esa fue mi segunda defensa del título, y pensé: ‘Quiero que esto sea grande’. No sentí que fuera grande. No sentí que Merab fuera un nombre famoso. Tuve que forzarlo. Fue en The Sphere. Sentí que tenía que crear algo y no me gustó cómo me hizo sentir, en cierto sentido, porque no odiaba a Merab. Me hubiera encantado noquearlo… Siento que lo hice demasiado personal, y no me gustó, pero esa fue la única vez que realmente forcé algo. El problema con ‘Chito’ que sentí fue real. No me gustó. Ese fue real, pero siento que el de Merab lo forcé un poco», admitió.

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Sean O’Malley tendrá ahora que hacer la cola por el título en una división donde llegó a ser el rey indiscutido y la mayor estrella de las 135 libras. Después de caer ante Merab Dvalishvili, el americano tendrá ahora que certificar un regreso que Conor McGregor no fue capaz de formalizar: volver a ostentar el cinturón de las 135 libras del Ultimate Fighting Championship.