BarcelonaFreida McFadden no es su nombre real, sino un seudónimo. Hay cierta controversia sobre si en sus poquísimas apariciones, casi siempre por videollamada, va con peluca para preservar su imagen e intimidad. Sea como fuere, la escritora estadounidense arrasa, sobre todo con las novelas de la serie The housemaid (La asistenta en las traducciones publicadas en catalán por Rosa dels Vents). Según Penguin Random House, McFadden lleva más de nueve millones de ejemplares vendidos, sus libros se han traducido a más de cuarenta idiomas y se han adquirido sus derechos para la adaptación al cine y la televisión.
La misteriosa novelista ha triunfado con historias de crímenes escritas en primera persona y, sobre todo, con Millie, una asistenta algo turbia y no muy sincera. Como en toda novela de intriga, los finales son inesperados y, sin hacer spoilers, en las novelas de McFadden quien la hace la paga. Nadie se escandaliza por ensuciarse las manos con un poco de sangre. McFadden contaba en una entrevista en el Washington Post que algunas de sus historias se inspiran en situaciones de acoso que vivió en la escuela y en el instituto. «Cuando me enfado por una situación injusta, escribo para devolverme de una manera que en la vida real no podría», explicaba.
Hija de un psiquiatra y una podóloga, McFadden creció en Nueva York y, de pequeña, leía mucho. Cuando le tocó ir a la universidad, dudó entre matemáticas y medicina y, al final, se decidió por la segunda opción. No tenía mucha confianza en su futuro como novelista y se hizo médica especializada en trastornos cerebrales. Madre de dos hijos, tiene un gato negro y vive en una casa grande y vieja frente al mar, cerca de Boston. Esto es lo que explica. A partir de ahí, nunca ha dicho cuántos años tiene ni si tiene alguna asistenta que haya inspirado sus novelas.
Mientras estudiaba medicina escribió dos novelas, y ambas fueron rechazadas. A partir de ese momento decidió autoeditarse. «Mi objetivo no era ser famosa, solo poner mi libro en manos de los lectores. Sólo quería tener un libro físico en las manos. Y cuando hice uno, quise hacer más», explicaba en el medio estadounidense. En algún momento, la historia de sus inicios recuerda a la de una superheroína: de día era médico y de noche escribía con una identidad falsa. Tras el éxito ha ido dedicando más horas a la escritura, y sólo trabaja atendiendo a pacientes un día a la semana.
Médico de día, escritora de noche
La primera novela que se autopublicó, en el 2013, fue The devil wears scrubs [El diablo lleva bata], que combinaba su vida hospitalaria con toques autobiográficos. A partir de ese momento, se fue definiendo su estilo: thrillers protagonizados por mujeres con trabajos ordinarios y problemas domésticos –una cabeza tóxica, una relación que hace aguas, infertilidad– que acaban envueltas en situaciones límite.
Todo cambió cuando el sello digital Bookouture publicó La asistenta (Rosa dels Vents), aunque no se dejó convencer fácilmente: su primer impulso fue decir que no, porque yendo por su cuenta ya le iba bien y le gustaba tener el control, pero al final accedió y el libro se publicó en abril del 2022. Estuvo 83 semanas en la lista de Amazon y 60 en la del New York Times, y la edición en catalán también ha subido a lo más alto de las listas de los más vendidos. La turbia Millie ha protagonizado muchos libros más y ya ha entrado en millones de hogares. Como Millie, otros de los personajes que ha creado McFadden son algo salvajes e inestables. Las aventuras de las heroínas de McFadden son omnipresentes en Amazon –donde ocupa a menudo el número 1 en formato Kindle– y también vende mucho en papel, tanto en librerías como en supermercados. Pese al éxito abrumador, Freida McFadden se mantiene tras un seudónimo. Su identidad real sigue oculta, evita apariciones públicas y ni siquiera realiza actos de firma de libros. Las entrevistas y las videollamadas la incomodan.
A los fans, que se describen a sí mismos como a McFans, les encantaría poder ver más a la escritora que tanto adoran. La invitan a bodas, graduaciones y fiestas de cumpleaños y la ven como a una amiga, aunque no sepan su nombre ni haya aparecido en celebración alguna. Lo que sí tiene claro la mujer que se esconde tras el nombre de Freida McFadden es que sus novelas no tienen ningún significado profundo. Simplemente tiene la ambición de que sean entretenidas. Aparentemente, ha encontrado la fórmula para que algunos las consideren adictivas y quieran cada vez más.