El misil ucraniano Flamingo FP-5 puede alcanzar Moscú, San Petersburgo y las bases rusas del Báltico sin la autorización de EEUU. Es un arma que abre un nuevo escenario en el conflicto bélico y da a Kiev la capacidad de alcanzar cualquier instalación capital de los rusos, incluyendo el mismísimo Kremlin. Según el especialista en misiles Fabian Hoffmann —investigador doctoral en la Universidad de Oslo— “esto es la mayor garantía de seguridad para Ucrania: si el país puede disponer de 3.000 a 5.000 de estos misiles, listos para destruir hasta el 25% de la producción económica rusa en 24 a 48 horas, cualquier agresión futura deja de ser viable”, afirma
La revelación del nuevo misil coincide con un cambio radical de estrategia. Ucrania ya no depende de la aprobación estadounidense ni de los satélites del Pentágono para atacar objetivos estratégicos en suelo ruso, rompiendo las limitaciones que Washington y la OTAN impusieron durante meses por temor a una escalada directa con Moscú. Algo que el presidente Volodímir Zelenski recalcó hace un tiempo en una rueda de prensa con el primer ministro canadiense Mark Carney: “A día de hoy, estamos usando armas de largo alcance de producción nacional. Sinceramente, no hemos discutido este tipo de cuestiones con EEUU últimamente”.
TE PUEDE INTERESAR
Una nueva turbina volante china revoluciona la producción de electricidad eólica
Jesús Díaz
Cómo funciona
El FP-5 Flamingo es un misil de crucero de largo alcance capaz de volar hasta 3.000 kilómetros —el doble que el Tomahawk Block V estadounidense— y transportar una cabeza explosiva de 1.150 kilos, dos veces y media la potencia de la variante más reciente del Tomahawk. Concebido y producido por Fire Point, una firma ucraniana formada por ingenieros y técnicos de sectores ajenos a la defensa, el misil es capaz de alcanzar cualquier objetivo dentro de la vasta geografía rusa, incluida Novosibirsk. El diseño emplea materiales compuestos que lo hacen menos visible al radar y una navegación por satélite altamente resistente a la guerra electrónica rusa, lo que le otorga una precisión de hasta 14 metros de error circular esperado.
Desarrollado tras la invasión rusa de 2022, el Flamingo fue presentado en agosto de 2025 durante una prueba retransmitida por la agencia Associated Press. El misil es una bomba de aviación clásica (tipo FAB-1500, Mk 84 o BLU-109/B) adaptada con un motor de turbina y alas rectas. El resultado es un arma que puede producirse de bajo coste de la que la capacidad industrial ucraniana puede fabricar cientos de unidades al mes. Según Fire Point, a día de hoy se produce un misil diario, con objetivo de escalar la fabricación hasta siete al día en octubre, lo que equivaldría a más de 2.500 al año. El color rosa de los primeros modelos, fruto de un error de pintura, dio origen al nombre Flamingo (Flamenco), que ha terminado consolidándose como su nombre de guerra.
El FP-5 destaca por la capacidad devastadora de su cabeza explosiva. Hoffmann advierte que el peso y velocidad terminal permiten que el proyectil penetre profundamente en búnkeres y fábricas antes de detonar, multiplicando el radio letal respecto a drones o misiles de generaciones anteriores. Expertos europeos señalan que la producción masiva, aunque fuera sólo de 30 a 50 misiles mensuales, podría convertirse en un revulsivo logístico capaz de alterar en profundidad la dinámica bélica a medio plazo.
Resumen del FP-5.
Las características técnicas y el sistema de guiado por satélite del Flamingo compensan la ausencia de tecnologías de guiado visual avanzadas —como el TERCOM y el DSMAC occidental— y ofrecen una combinación de simplicidad y eficacia orientada a la producción industrial y al uso flexible en ataques combinados. Aunque los propios especialistas ucranianos reconocen que la defensa antiaérea rusa interceptará parte de los FP-5, la gran cantidad y el empleo coordinado con otros sistemas aumenta notablemente la probabilidad de éxito en misiones contra infraestructuras críticas.
Además de atacar fábricas, refinerías y centros de mando, el Flamingo puede destruir depósitos de armas, instalaciones energéticas y nodos industriales cuya pérdida afectaría severamente la economía de guerra rusa. Su alcance cubre el 90% de los centros industriales enemigos, según los cálculos de Fire Point y medios ucranianos. El diseño aerodinámico —recordando al V-1 alemán y al dron soviético Tu-143— y la estructura de materiales compuestos buscan maximizar la discreción hasta el objetivo final.
Fotograma de una prueba. (Fire Point) Un posible cambio en la dinámica del conflicto
La entrada en servicio del FP-5 Flamingo marca un punto de inflexión en la guerra. Ahora que Ucrania puede atacar en profundidad sin pedir permiso a Washington ni depender de limitaciones políticas y técnicas extranjeras, el Kremlin ve aumentada la amenaza sobre sus principales activos: infraestructura crítica, centros productivos y mando político-militar. La posibilidad de golpear Moscú y otros puntos neurálgicos coloca al Estado Mayor ruso en máxima alerta.
Si la capacidad industrial ucraniana logra producir miles de estos misiles en los próximos meses, la ventaja estratégica cambiará radicalmente. La amenaza de perder hasta un cuarto de la producción económica nacional en cuestión de días podría forzar a Moscú a reconsiderar campañas ofensivas y a negociar en términos mucho más desfavorables para sus intereses. El FP-5 Flamingo es hoy la mayor carta de disuasión de Kiev y en el protagonista inesperado de una guerra tecnológica que ha nacido de la desesperación y el ingenio de una nación con una larga historia aeronáutica y militar.
El misil ucraniano Flamingo FP-5 puede alcanzar Moscú, San Petersburgo y las bases rusas del Báltico sin la autorización de EEUU. Es un arma que abre un nuevo escenario en el conflicto bélico y da a Kiev la capacidad de alcanzar cualquier instalación capital de los rusos, incluyendo el mismísimo Kremlin. Según el especialista en misiles Fabian Hoffmann —investigador doctoral en la Universidad de Oslo— “esto es la mayor garantía de seguridad para Ucrania: si el país puede disponer de 3.000 a 5.000 de estos misiles, listos para destruir hasta el 25% de la producción económica rusa en 24 a 48 horas, cualquier agresión futura deja de ser viable”, afirma