En 2023, un brote de gripe aviar altamente patógena en aves marinas en Noruega causó una contaminación ambiental considerable en zonas de pastoreo frecuentadas por ovejas locales. Once meses después, en junio de 2024, unos investigadores analizaron 220 ovejas para detectar anticuerpos contra la influenza tipo A y el subtipo H5.

Tras los análisis, documentaron la detección de anticuerpos específicos contra la influenza tipo A y el subtipo H5 de influenza aviar en una oveja. Los investigadores apuntan al brote de gripe aviar en aves marinas de once meses atrás como causante de ello. “Considerando el grado de exposición al material contaminado durante el brote, la corta edad de las ovejas y la limitada exposición al pastoreo en libertad entre el brote y el muestreo, es probable que la respuesta de anticuerpos se originara en esta exposición específica”, explican.

“Una oveja (0,5%) dio positivo por todos los métodos, lo que coincide con una infección de propagación previa. Esto subraya la importancia de restringir el acceso del ganado a las zonas afectadas por brotes para mitigar la transmisión entre especies y el riesgo zoonósico”, inciden.

De la misma forma, los autores de la investigación han hecho hincapié en que la gripe aviar altamente patógena en rumiantes “constituye una amenaza zoonósica, identificándose al ganado como la fuente probable de 41 casos humanos durante el brote actual en vacas lecheras de Estados Unidos”. Por ello, consideran que sus hallazgos en Noruega “se suman a informes previos que aportan evidencia directa e indirecta de la propagación de la gripe aviar de aves silvestres a pequeños rumiantes”.

Por todo ello, destacan la perspectiva ‘One Health’ (Una Sola Salud), incidiendo en que sus hallazgos “subrayan la necesidad de prevenir el contacto del ganado con pastizales contaminados con gripe aviar, aves enfermas y cadáveres, e incluir a los pequeños rumiantes en la investigación y vigilancia de brotes de gripe aviar”.