No ha habido sorpresas tras la reunión del sector agrícola con los ministros de Economía, Carlos Cuerpo, y de Agricultura, Luis Planas, que les habían convocado esta mañana para compartir información sobre el acuerdo comercial alcanzado hace cerca de un mes entre la Unión Europea … y la administración estadounidense, y en virtud del cual los productos europeos pagarán una tasa básica del 15% en ese país, sin que los productos estadounidenses vean aumentar los aranceles que actualmente abonan en el Viejo Continente.

En declaraciones a los medios a la salida del encuentro, los cuatro principales sindicatos agrarios han coincidido en que nada de lo que han visto y escuchado les ha hecho estar más tranquilos. «Las reuniones son positivas porque hablas pero no hay ninguna novedad positiva que podamos decir para cambiar la postura que tenemos», ha afirmado Miguel Padilla, secretario general de COAG.

Sobre los 14.100 millones de euros del llamado Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial anunciado por el Gobierno para compensar a las empresas afectadas, el coordinador estatal de Unión de Uniones, Luis Cortés, ha asegurado que «no lo han nombrado», como tampoco ha habido ninguna referencia a las cláusulas espejo; es decir, a medidas que compensen el hecho de que el acuerdo que rubricaron Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abre la puerta a aumentar masivamente las importaciones agroalimentarias de un país que no está sujeto a las mismas normas de calidad, sostenibilidad y bienestar animal que la UE.

Hasta aquí, nada extraño, pues el objeto de la reunión de esta mañana era el intercambio de información, de cara a la negociación en el seno de la UE, pues hay que recordar que el acuerdo arancelario es papel mojado hasta que el Consejo y el Parlamento den el visto bueno al reglamento que lo convierta en ley. Sin embargo, y como ya se ha avanzado, a tenor de las declaraciones de los cuatro portavoces agrarios, se deduce que el Ejecutivo no se ha comprometido aún a una medida concreta que pueda llevar a cabo para modificar el acuerdo durante el período de negociación y, no menos importante, a la naturaleza de las ayudas compensatorias que se puedan aplicar tanto a nivel nacional como de la UE, que al fin y al cabo es la que ha firmado el pacto comercial y, por tanto, la que tendrá que compensar a sus agricultores, ha afirmado Pedro Barato, presidente de Asaja.

«Nos han dicho que falta mucho por negociar, y ahora vamos a ver que hacen», ha incidido Barato, antes de recordar que nada se ha dicho en el encuentro sobre las clausulas espejo. No es un tema poco importante, pues el sector agrícola ha recordado esta mañana que los productores estadounidenses no están sujetos a la misma normativa que los europeos. Es un caso idéntico al sucedido con el acuerdo con Mercosur -todavía en trámite-, que si bien cuenta con el rechazo de todas las organizaciones agrarias en bloque, al menos, «recoge cuestiones que no se les exige a los EE.UU.», ha denunciado Cristóbal Cano, secretario general de UPA. «Bajar los estándares y flexibilizar la normativa cuando tenemos la normativa más exigente (…) es un autentico disparate», ha zanjado, a su vez, Miguel Padilla.

«Ha habido potencias que han respondido, como China; no han negociado y ahora están encauzando esa relación y es probable que salgan mejor parados», ha afirmado Cano.

Lo que está claro es que el acuerdo nunca fue del agrado del Ejecutivo, o al menos así lo ha expresado Cristóbal Cano, portavoz de UPA: «España ha expresado en boca de sus dos ministros que se opone, que no esta de acuerdo a esa firma, y eso tendrán que ratificarlo en las instituciones europeas». Sin embargo, las organizaciones agrarias quieren que ese descontento se convierta en medidas concretas y presión por parte de España en la UE. «Queda un proceso en el que se van a retratar todos los políticos, también los españoles», ha afirmado Miguel Padilla.

También han coincidido los cuatro portavoces en algo que en cualquier caso no es una opinión exclusiva de ellos, que el acuerdo es una claudicación o es «unilateral», en palabras del presidente de Asaja, Pedro Barato, porque «uno pone condiciones y el otro las tiene que cumplir».