Muchos son los españoles que recurren a la cirugía LASIK para poner fin a sus problemas de visión. Si bien dicha operación se considera segura desde el punto de vista oftalmológico, un equipo de investigadores de Estados Unidos ha ido un paso más allá con su nueva técnica en la que ya no es necesario «tallar» la córnea para decir adiós a las gafas definitivamente.
Sin láseres, ni cortes y en aproximadamente un minuto, la nueva tecnología emergente, denominada remodelación electromecánica (REM), se vale de una pequeña corriente eléctrica de leve voltaje y una lente de contacto de platino para cambiar el pH del tejido corneal. De esta forma, dado que la composición natural es a base de colágeno, con estas corrientes, se moldea dicho tejido en lugar de eliminarlo, lo que permite que la córnea se pueda adaptar a la forma deseada una vez se retira dicha corriente, restableciéndose la red de enlaces iónicos.
De este modo, el pH regresa a su estado normal y la córnea vuelve a ser rígida. El procedimiento, que por el momento no ha arrojado daños estructurales ni muerte celular, todavía está en una fase muy inicial. Los siguientes pasos son probarlo en animales vivos para después empezar los ensayos con seres humanos.
«Estaba considerando el tejido vivo como un material maleable, y entonces descubrí todo el proceso de modificación química», afirma el profesor y cirujano de la Universidad de California, Brian Wong, mientras que uno de los autores del estudio y profesor de Química en la Occidental College, Michael Hall, sostiene que es un gran alternativa a la cirugía LASIK, que afirma que «es solo una forma elegante de hacer cirugía tradicional», tal y como recoge Xataka, la cual tiene sus limitaciones, como son que solo se puede llevar a cabo a personas con un grosor de córnea mínimo y, tal y como se ha indicado, acaba con el tejido corneal.
Asimismo, sostienen de que resultar efectivas todas las pruebas, la nueva tecnología supondrá un cambio importante en lo que a salud ocular se refiere, pudiendo corregir la miopía en 10 minutos mediante esta técnica «ampliamente aplicable, mucho más económica y quizás incluso reversible», concluyen.