Carlos Alcaraz está volando en Nueva York. Nadie brilla más que él en la noche neoyorquina. Ni Opelka, ni Bellucci han sido capaces de … hacer siquiera cosquillas en el chasis del murciano, mucho más ligero en este US Open. Doblegó al italiano (6-1, 6-0 y mostrando de todo su repertorio: Derechas a mil por hora, dejadas milimétricas, globos de escuadra y cartabón, un revés sólido para dar continuidad a los peloteos y una volea exquisita. Con un nivel de concentración altísimo, para no conceder a la más mínima alegría a su rival, ya está en tercera ronda del US Open, donde se medirá a otro italiano: Luciano Darderi.
Como si no se hubiera marchado de la pista después de su victoria ante Opelka, Alcaraz abrió su partido con Bellucci imprimiendo un ritmo altísimo desde el fondo de pista. Sin tiempo para vacilaciones, sin necesidad de coger temperatura. Ahí estaba el murciano, con su cabeza rapada, pegando derechazos a diestro y siniestro, moviendo al italiano de un lado a otro. No podía sino devolver de cualquier manera Bellucci los trallazos que llegaban desde el fondo de la pista del murciano.
En un abrir y cerrar de ojos, Alcaraz ya tenía un 5-0 en su mano. Apenas habían transcurrido veinte minutos. Gesto serio del palmareño, también de Bellucci. Pero por motivos muy diferentes. Uno había salido a la pista oliendo sangre desde el primer punto, mientras que el italiano intentaba buscar alguna respuesta para poder rebatir el juego poderoso de Alcaraz en el cuerpo a cuerpo desde el fondo de la pista. Quiso desbordado Bellucci con su ‘drive’ cruzado, pero el revés del número dos del mundo respondía con solidez. No se vio sorprendido Alcaraz por enfrentarse a un tenista zurdo, ni mucho menos. Cómodo desde el arranque, abrochó la primera manga en apenas media hora. En un Grand Slam cualquier minuto ahorrado es agua en el desierto.
Tan solo cedió cinco puntos con su servicio en la primera manga Alcaraz, en la buena línea exhibida con esa herramienta en su debut. Pero, si hay que destacar un arma del palmareño en esta buena gira estadounidense, esa es sin duda la derecha. Está recuperando las buenas sensaciones con ese golpe Alcaraz, con el que impresionó al mundo en su irrupción hace ya cuatro años. Santo y seña del murciano, se dejó sentir en la Arthur Ashe. Pelotazo va, pelotazo viene. A la mínima oportunidad, Alcaraz buscaba el centro de la pista para, desde ahí, trazar ángulos imposibles con su ‘drive’. Por potencia y por colocación, Bellucci era incapaz de responder al diálogo que proponía el genio de El Palmar.
Si apenas tuvo historia el primer set, menos el segundo. Después del 6-1 llegó un 6-0. Cada vez más diminuto Bellucci, con solo un juego en su casillero en 61 minutos ante un Alcaraz que no paraba de inventar. Así son los genios. Salía todo a pedir de boca para el murciano, que en un abrir y cerrar de ojos ya rozaba la siguiente ronda. Apretó Bellucci en el tercer set, más atinado con el servicio el italiano, pero fue insuficiente ante un Alcaraz que se desquita de la eliminación en segunda ronda el año pasado en el US Open y ya piensa en buscar el billete para octavos de final ante Luciano Darderi.