Juan Ortega: «El toreo es un camino, una forma de vidaque me hace feliz»
Juan Ortega, que conquistó a los aficionados con una faena memorable en el coso almeriense en 2024, revive con emoción aquella tarde que lo situó entre los nombres históricos de este prestigioso galardón. «Me han recordado muchas cosas», expresaba al ver las imágenes de su actuación. «Lo primero que fue un gran toro de EL Parralejo. Al final los toreros expresamos cuando te acoplas con los animales, cuando hay esa armonía, cuando hay esa comunión con ellos». Para Ortega, aquel toro fue especial, uno de esos animales que dejan huella y que, con su bravura, le permitió plasmar su tauromaquia más pura. «Hay toros que se te quedan grabados, toros que te hacen sentir cosas especiales y ese fue el toro de Parralejo», recordaba con emoción.
El reconocimiento, que comparte con nombres tan ilustres como los de Manzanares, José Tomás o Julio Robles, tiene un valor sentimental que el torero no esconde. «Desde que era niño lo recuerdo. Siempre asociaba ese capote de paseo a grandes toreros. Y la verdad que cuando me llamaron para decírmelo, me hizo especial ilusión, de corazón». Un sueño cumplido que lo sitúa en un círculo reservado para quienes han dejado huella en el albero almeriense.
En plena temporada, Ortega se muestra sereno y centrado. «La verdad que ya no soy ningún niño y uno va pasando el tiempo y te das cuenta que al final el toreo es un camino. El toreo es una forma de vida y lo único que le pido a Dios y me pido a mí mismo es levantarme cada mañana con ilusión para seguir buscando, para seguir creciendo y para seguir añadiendo toreo a mi tauromaquia». Su discurso, cargado de sinceridad, refleja a un torero que entiende la profesión como un aprendizaje constante.
Sobre los desafíos que atraviesa el mundo taurino, con el crecimiento del movimiento antitaurino, Ortega se muestra firme pero optimista. «Desde que tengo uso de razón, no sé, los últimos 14 o 15 años más o menos que yo recuerde, para mí, yo creo que el toreo ahora mismo está viviendo la mejor época que yo he conocido. Hay gente joven en la plaza cada vez más. Muchísima gente joven. Antes eran las grandes ferias, Sevilla, Madrid, Pamplona… Pero ahora vas a cualquier feria, a cualquier pueblo, y se llenan las plazas».
Consciente del valor de ese relevo generacional que acude a los tendidos, Ortega ve con ilusión el futuro de la fiesta. «Muchos niños, mucha gente joven… No sabría decir bien el porqué de eso, pero sí que lo estoy viviendo. Y como el toreo es mi vida, me hace sentirme muy feliz».
El Capote de Paseo de Almería, símbolo de arte y entrega, ya forma parte de su historia personal. Y, como él mismo afirma, sólo queda seguir caminando en ese sendero donde cada tarde es una oportunidad para crecer, para emocionarse y para emocionar a los demás.