F.Z.

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 28 de agosto 2025, 23:02

La artista Irene Hidalgo (2006) inaugura el día 5 de septiembre en el Centro Cultural de Agaete su serie denominada ‘Distancia de pertenecer’, en el marco del circuito de arte Itineraria que impulsa la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario por los diferentes municipios de la isla.

La creadora, parcialmente sorda lo que la obliga a emplear audífonos, señala que en esta serie ha intentado plasmar una dualidad: la certeza y la duda, «ese resquicio donde lo cotidiano se vuelve ajeno sin necesidad de moverse un solo centímetro». Confiesa que recientemente extravió uno de sus audífonos dejándola sumida en un estado de desconexión. «Huérfana de los estímulos habituales. Me vi silenciada, aislada en mi propia percepción distante», agrega.

«Siento que mi pérdida parcial auditiva me ha llevado a desarrollar una sensibilidad especial hacia los detalles y las sutilezas del entorno natural. Al depender en gran medida de mi sentido visual y táctil para percibir el mundo que me rodea, he aprendido a observar con atención los patrones, texturas y colores que caracterizan a la naturaleza», subraya.

«Un aspecto central de mi trabajo es lo que denomino el ‘Diálogo sordo’. Es como una conversación que se produce, pero que nunca llega a ser plenamente recíproco, una especie de distancia que se mantiene incluso cuando estoy rodeada de belleza. Es una forma de ver y sentir, de estar presente, pero siempre un poco al margen. Habitando ese espacio entre lo que veo y lo que realmente puedo percibir», aclara la artista. «En cierto modo, volví a ser espectadora dentro del caos visual que me rodeaba, y es precisamente esta sensación la que intento reflejar en mi trabajo».

‘Distancia de pertenecer’ es una muestra que «no pretende llenar el vacío, sino habitarlo. No da respuestas, solo deja espacio para que la incertidumbre respire. Al final, el cuadro mira al espectador con la misma calma con la que el espectador lo mira a él. No hay exigencias, solo una presencia compartida», añade la también fotógrafa y estudiante de piano y acordeón en el Conservatorio Superior de Música de Canarias. Aunque su práctica se centra en lo visual, la música sigue siendo esencial en su proceso creativo. Por ello, su manera de entender el silencio y traducirlo en imágenes refleja esa formación musical. «En mi obra, lo sonoro y lo visual dialogan, creando atmósferas donde los colores se diluyen, las figuras se desvanecen y lo representado parece estar siempre al borde de lo inasible», comenta Hidalgo.

Irene Hidalgo.

Irene Hidalgo.

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«En cada obra, se puede observar cómo los elementos naturales y urbanos interactúan en un delicado equilibrio, resaltando la lucha constante entre la preservación de la naturaleza y la expansión implacable de la sociedad urbana. El trabajo busca transmitir una sensación de tensión entre estos dos mundos. He empleado contrastes visuales para resaltar la diferencia entre lo artificial y lo orgánico, lo estático y lo dinámico, lo opresivo y lo liberador. Donde la presencia humana se funde con el entorno natural de manera efímera y pasajera», dice. «Desde una perspectiva social, el proyecto aborda cuestiones fundamentales sobre la forma en que la sociedad moderna interactúa con su entorno, destacando tanto la opresión ejercida sobre la naturaleza como la perspectiva inherente a nuestra existencia dentro de ella».

Motivación

«Pinto porque hay cosas que solo existen en la distancia. Uso el óleo sobre lienzo porque me permite tocar lo que se escapa, jugar con la luz hasta que las figuras dejan de ser del todo sólidas. Mi proceso no sigue una línea clara: empieza con imágenes dispersas, fotografías intervenidas, listas de cosas que quizás nunca pinte. Después, las capas de color se superponen como estratos de un recuerdo, cubriendo y revelando a la vez. No busco respuestas ni perfección, sino ese instante en el que algo se sostiene entre la presencia y la ausencia», admite la creadora. «Pintar es soltar. Dejar que la imagen deje de pertenecerme, que muera un poco cuando sale de mis manos y encuentre su propio lugar en la mirada del otro. No importa si se entiende o no, si se descifra o se deja ir. Lo único que importa es que, por un momento, haya existido».

Hidalgo ha trabajado en los últimos tres años diferentes series de pintura, ‘Impermanencia’, ‘Dismantled’ y ‘Memorias’, así como fotográficas, ‘Alienado’, ‘Medio’, ‘Sytético’ y ‘Sensación’. Ha explorado temas como la fugacidad del tiempo y la construcción artificial del significado y sentido de la existencia.

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