Sabrina Carpenter ha lanzado este viernes, 29 de agosto, su séptimo álbum de estudio, titulado Man’s Best Friend. Junto a su publicación, la artista estadounidense ha elegido Tears como sencillo, una canción que, aparte de hacer un guiño a films como The Rocky Horror Picture Show, Jeepers Creepers o Striptease en su videoclip, aborda otra forma de llorar; sin duda, un juego de palabras a los que la cantante ya nos tiene más que acostumbrados y que nos encanta escuchar.

Ahora bien, el disco esconde un total de 13 pistas (incluyendo Such a Funny Way como bonus track) que navegan a través del pop más chicloso, entre sintes y pinceladas de música disco.

El proyecto, creado por la propia Sabrina en colaboración con Amy Allen, Jack Antonoff & John Ryan (que también co-producen), trata cuestiones parecidas a su disco anterior Short N’ Sweet que merece la pena analizar: corazones rotos, encuentros esporádicos, relaciones sin etiquetas.

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Pero vamos por partes, en primer lugar, hay que mencionar el nombre del proyecto: Man’s best friend o, lo que es lo mismo, El mejor amigo del hombre. No es casualidad que la intérprete de Manchild haya estado desvelando el tracklist en compañía de perros, ni que ella misma sea quien simule ser este animal ―de forma irónica― en la principal portada de su trabajo discográfico.

Sin embargo, una vez escuchado el disco, lo que nos viene a decir Sabrina es que ella es un animal salvaje imposible de domesticar, y que no va a estar bailándole el agua a su pareja o a su situantionship de turno. Es más, aquí es ella quien toma las decisiones, quien domina y quien pone las normas.

Ella conoce a la perfección su valía y, después de pasar por tantas malas experiencias en el amor, ha sabido replicar todos esos comportamientos tóxicos y abusivos que ha sufrido por parte de un hombre. Y es que mientras en Tears «le excita» que su pareja muestre inteligencia emocional y responsabilidad afectiva; en Don’t Worry I’ll Make You Worry promete hacer refuerzo intermitente, ghosting, ley del hielo y mucho más. Porque donde las dan, las toman.

Sabrina Carpenter en 'Man’s Best Friend'

Sabrina Carpenter en ‘Man’s Best Friend’

AmpliarSabrina Carpenter en 'Man’s Best Friend'

Sabrina Carpenter en ‘Man’s Best Friend’

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Del mismo modo, Carpenter vuelve a salirse de los moldes y de los estereotipos al componer canciones divertidas, con letras ingeniosas e irónicas, que toca temas personales que una mujer (y menos de un aspecto aparentemente tan dulce, petite y femenina como ella) no «debería airear» públicamente: «¿Cómo una señorita va a cantar (una y otra vez) sobre las ganas de tener sexo?», se preguntará, escandalizado, el lado más conservador de la sociedad.

La artista vuelve a confesar que tiene un libido alto, que le gusta pasárselo bien y sin compromiso; aunque también denota ciertas actitudes de dudosa moralidad: celos, superficialidad, ganas de beber y deseo sexual. Y eso está bien: no es perfecta. Y, en esencia, le vuelve más humana. Lo vemos en canciones como Sugar Talking, When Did You Get Hot o Go Go Juice, entre otras.

Sabrina no es la mejor amiga del hombre, ni lo quiere ser, en lo que respecta a su proyecto artístico. Ella quiere serlo todo sus gays & girls y poner banda sonora a todas sus crónicas y series de catastróficas desdichas en el plano amoroso, así como impulsar su autoestima.

La maestra de los dobles sentidos

Si Short ‘N Sweet nos dejó boquiabiertos con sus versos cargados de metáforas y juegos de palabras de alto ―y, a veces, nada sutil― contenido sexual, en Man’s Best Friend perfecciona la técnica.

El ejemplo más claro es House Tour. En esta canción, Sabrina Carpenter utiliza algo tan banal a simple vista como enseñar la casa como alegoría de su propio cuerpo. «Podría llevarte a la primera, segunda y tercera planta y te prometo que nada de esto es una metáfora. Solo quiero que entres dentro, pero nunca por la puerta trasera», reza el estribillo.

«Sí, me he gastado una pequeña fortuna en encerar el suelo (¿en depilación con cera?) […] Bueno, cariño, si vienes fuera, te dejaré entrar», añade. La artista dice pocas cosas, pero creemos que se la entiende, que diría Noemí Argüelles.