Barcelona»Es el último libro que he leído», dice el barcelonés Víctor F. Clares, uno de los integrantes de Ladilla Rusa, la banda que comparte con Tania Lozano y con la que está recorriendo el país por la gira de conciertos de verano. A pesar de tener la agenda llena e ir arriba y abajo, sigue encontrando tiempo para la lectura. Lee mucho y desde pequeño, y explica que el gusto por la lectura se acentuó durante la adolescencia con el descubrimiento deAmélie Nothomb, la escritora belga capaz de revolverle el estómago. Sin embargo, hoy recomienda El buen mal, de la argentina Samanta Schweblin, una lectura que le ha recordado mucho a la sensación que tuvo con Nothomb.
Cuenta que llegó al libro gracias a una periodista: «Me gusta mucho leer cuentos y hacía tiempo que no lo hacía». El buen mal es una colección de seis breves relatos que exploran la fragilidad de la realidad cotidiana y la tensión entre la necesidad de conexión y el sentimiento de aislamiento. «En las historias hay una tensión muy íntima, y están muy bien escritas», dice Clares, que ha llegado a la autora con el último libro que ha publicado, pero asegura que seguirá leyéndola. También explica que escribir cuentos es «muy exigente porque quien escribe debe gestionar bien lo que explica y el lector debe poner de su parte para entender lo que no se dice». Además de Schweblin, también recomienda otra escritora argentina, Mariana Enriquez, una de las voces más potentes de la literatura de terror contemporánea latinoamericana.
Clares no tiene un horario de lectura, lee antes de acostarse o mientras viaja. Su escritor favorito es John Cheever, considerado uno de los mejores cuentistas estadounidenses y reconocido con el premio Pulitzer por los relatos deThe Stories of John Cheever (1978).