Ocho ciudades francesas entre las que se encuentran París, Lyon, Lille, Grenoble, Montpellier y Rennes han decidido prohibir el atún en los menús escolares por … la elevada presencia de mercurio en este pescado incluso cuando no se sobrepasan los límites establecidos por la normativa europea. «Una vez ingerido, este potente neurotóxico -en referencia al mercurio- puede alojarse en el cerebro y tener efectos devastadores, en particular sobre el desarrollo neuronal de los más jóvenes, con descenso del coeficiente de inteligencia, problemas de movilidad, de comportamiento y de memoria», aseguraron este jueves en un comunicado conjunto.

El mensaje está extraído directamente de una investigación publicada en octubre del año pasado por dos ONGs galas en las que denunciaban la excesiva presencia de este metal en las conservas de atún. Bajo el título de ‘Veneno en el pescado. Crónica de un escándalo de salud pública’, analizaron 148 de estos productos de las estanterías de supermercados de la propia Francia, España, Alemania, Inglaterra e Italia, y descubrieron que en más de la mitad de los casos superaban los límites admitidos para el salmón o las anchoas. Bloom y Foodwatch -las dos ONGs detrás del trabajo- reclamaban que se rebajasen los niveles desde el miligramo por peso corporal admitido en la actualidad al 0,3 establecidos para los mencionados salmón o anchoas.

Consideraban además que los gobiernos de la Unión Europea deberían prohibir la comercialización si superaban este baremo y evitar su consumo en guarderías, residencias de ancianos, maternidades y hospitales. También en los comedores escolares, como han conseguido ahora en la capital del país y en otras siete ciudades que concentran hasta 3,5 millones de habitantes. Tras conocer la medida, la Federación de Industrias de Alimentos Conservados (FIAC) emitió un comunicado en el que aseguró que las empresas del sector «respetan las normas en vigor y ningún producto llega al mercado si sobrepasa el umbral de un miligramo por kilo».

La autoridades sanitarias europeas recomiendan entre 1 y 4 raciones de pescados y marisco a la semana. En España, Sanidad precisó en 2019 que las mujeres embarazadas, las que estén pensando en estarlo y los niños de hasta diez años no debían comer atún rojo, entre otras especies en las que se habían detectado una mayor presencia del químico.

Los peligros del mercurio se conocen desde que en 1968 se detectó su presencia en la bahía japonesa de Minamata. Allí, una fábrica química había estado arrojando residuos con niveles altos de metilmercurio -una de las formas en las que este metal se encuentra en la naturaleza- desde 1932 que fueron ingeridos por los peces y mariscos, y de estos pasaron a la población. 50.000 personas fueron afectadas y se registraron hasta 2.000 casos de una dolencia neurológica bautizada desde entonces como enfermedad de Minamata. Algunos de sus síntomas son ataxia -descontrol de los movimientos del cuerpo-, deterioro de los sentidos, dificultad en el habla e insomnio. En los casos más graves puede ser mortal.