Redacción
Las terapias celulares TIL y TCR-T se perfilan como «alternativas prometedoras» para tratar el melanoma metastásico refractario y otros tumores en fases avanzadas, según expertos en la reunión científica Nuevas inmunoterapias para tumores sólidos organizada por la Fundación IOR y celebrada en el Hospital Dexeus de Barcelona.
Las terapias con linfocitos infiltrantes de tumores (TIL) representan una forma de tratamiento de inmunoterapia en oncología y se basan en recuperar las propias células T del propio paciente que ya han penetrado dentro de un tumor, expandirlas masivamente en el laboratorio y reinfundirlas para que ataquen las células malignas.
La ventaja de la terapia TIL es que usa células T del paciente que ya han penetrado dentro del tumor, pero su gran dificultad es su alto coste
La terapia TCR-T, células T modificadas genéticamente con la introducción de receptores específicos de células T, consiste en extraer linfocitos T de la sangre del propio pacientes y modificarlos genéticamente en el laboratorio para que reconozcan y ataquen antígenos específicos presentes en las células tumorales. Un concepto que ya es bien conocido con las terapias CAR-T.
Dra. María González-Cao
Según la oncóloga del Instituto Oncológico Dr. Rosell y coorganizadora de la reunión, María González-Cao, el principal reto para extender la terapia TIL a más pacientes «es su alto coste», y ha dicho que en Estados Unidos, donde ha sido aprobada por la FDA, puede superar el millón de dólares por paciente. En Europa la producción académica en hospitales ha podido reducir ese coste «sustancialmente», y ha considerado que, si los sistemas sanitarios logran organizarse adecuadamente, sería factible en España.
En Estados Unidos, el coste de la terapia TIL supera el millón de dólares, mientras en Europa la producción académica en hospitales ha reducido ese coste «sustancialmente», algo que podría hacerse también en España
González-Cao destaca que la ventaja de la terapia TIL es que usa linfocitos que ya han infiltrado el tumor y han reconocido antígenos específicos: «Eso la hace especialmente útil en tumores sólidos como el melanoma y se está evaluando en otro tipo de cánceres como mama, pulmón o gastrointestinales». Esta terapia, como la TCR-T y las conocidas CAR-T pueden llegar a ser curativas con una sola administración, sin necesidad de tratamientos prolongados posteriores. Además, sus efectos secundarios ya se conocen, gracias a la experiencia con las CART, y «son manejables». La Fundación IOR realiza la TIL en pacientes con melanoma y con cáncer de pulmón avanzado dentro del ensayo clínico que evalúa la terapia lifileucel.
En el caso de la terapia celular TCR-T, la experta admite que, aunque prometedora, se enfrentan a una dificultad estructural: «Los tumores sólidos presentan una heterogeneidad muy alta, las células tumorales no son iguales entre sí y expresan diferentes antígenos», ha dicho González-Cao.
La terapia celular TCR-T, aunque prometedora, en tumores sólidos se enfrenta a la heterogeneidad de las células tumorales y de los antígenos que expresa
«A diferencia de los cánceres hematológicos, donde las dianas suelen ser más claras y uniformes, en los tumores sólidos esa diversidad complica mucho la eficacia de tratamientos como los CART, por ello el desarrollo de terapia TCR-T para tumores sólidos puede ayudar a sortear esta dificultad al dirigirse a antígenos intracelulares que se presentan en la superficie dentro de las estructuras denominadas HLA», ha añadido González-Cao. Esta complejidad biológica, unida al microambiente inmunosupresor que rodea muchos tumores sólidos, sigue siendo uno de los principales desafíos en la inmunoterapia de nueva generación, explican desde la Fundación IOR.
No son las únicas terapias celulares que se investigan para tumores sólidos. Las denominadas ImmTAC también están disponibles para diferentes tipos de tratamientos. Se basan en el uso de la estructura TRC, el receptor del linfocito T, en vez de usar la célula completa. Tras diferentes modificaciones químicas, es capaz de viajar en la sangre hasta las células tumorales ligándolas a linfocitos del paciente. «Nosotros trabajamos
dentro de ensayo, para pacientes con melanoma avanzado«, apunta la Fundación IOR.
La terapia celular ImmTAC, que utiliza el receptor del linfocito T, ya se ensaya en la Fundación IOR en pacientes con melanoma avanzado
Además, está en investigación la utilidad de la identificación de neoantígenos, fragmentos proteicos generados por mutaciones tumorales, para diseñar terapias inmunológicas personalizadas. La idea es detectar estas «huellas dactilares» únicas del tumor y dirigir contra ellas células T modificadas o vacunas específicas. Sin embargo, como advierte la oncóloga, la tecnología para predecir neoantígenos aún es muy preliminar y poco fiable. Por eso, su aplicación clínica generalizada todavía no es viable, aunque la Fundación IOR trabaja en colaboración con otros centros en proyectos de investigación, que intentan diseñar vacunas contra estos neoantígenos tumorales.
Un nuevo estudio con anti-PD1 más inmunomodulador en crema
González-Cao, junto a Susana Puig, del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), comenzará próximamente en 18 pacientes un estudio que explora un tratamiento combinado para el carcinoma basocelular avanzado, basado en administrar un anticuerpo anti-PD1 por vía intravenosa, junto a un tratamiento inmunomodulador tópico o crema (imiquimod), para ayudar a potenciar la respuesta inmune.
«Está dirigido a pacientes con tumores de tipo basocelular grandes, para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía y evitar intervenciones agresivas. Estos tumores se ven sobre todo en personas mayores y, principalmente, en la cara y pueden producir grandes deformidades cuando no se tratan con diligencia», ha explicado la Dra. González-Cao.