Carlos Alcaraz llegó la noche del lunes a Nueva York, listo para disputar el US Open, aunque su debut en el torneo mixto junto a Emma Raducanu terminó en derrota. Pese a ello, su agenda no ha dado respiro y ha tenido numerosos compromisos con sus patrocinadores.
Uno de los momentos más sorprendentes llegó durante un acto con Babolat, la marca de raquetas que utiliza en pista. Allí, Alcaraz se enteró de que una carta firmada por él tras ganar el Indian Wells 2024 había sido por una cifra estratosférica, que ni él mismo podía acabar de creerse.
Se trata de una muestra más del enorme interés que genera la joven estrella del tenis, no solo por su talento en la pista, sino también por su valor como figura pública. Coleccionistas y aficionados están dispuestos a pagar cifras astronómicas por objetos firmados por el murciano.
El propio tenista intentó adivinar la cifra: “30.000, 70.000, 150.000… 250.000”. Cuando le confirmaron el monto exacto, su reacción no tuvo desperdicio.
Alcaraz: «No lo entiendo»
“Gracias pero no lo entiendo que una carta mía valga tanto”, mencionó tras enterarse que lo que para él es una simple carta, un papel cualquiera más, que firmó allá por 2024, le haya supuesto la friolera de 222.000 dólares a su comprador.
El fenómeno no se limita a las cartas. La revista Forbes publicó recientemente su informe anual de los jugadores de tenis mejor pagados, y Alcaraz lidera la lista por segundo año consecutivo, con 48 millones de dólares en ingresos totales.
De ese total, 35 millones provienen de contratos publicitarios, lo que subraya su popularidad y el atractivo comercial que ha construido desde que irrumpió en la élite del tenis mundial.
La reacción de Alcaraz refleja tanto su humildad como su incredulidad ante la magnitud del fenómeno que le rodea. Para él, la cifra de 222.000 dólares sigue siendo difícil de comprender, pese a ser consciente de su estatus como estrella global.