Patricia de la Torre

Cuando pensamos en una muela que se cae, un diente que nos extraen o una ortodoncia que requiere quitar premolares, solemos asociarlo a un tema estético o funcional. Pero hay algo que casi nadie te cuenta: perder un diente también puede afectar a tu cerebro. Así lo advierte la dentista Irene Verdugo, más conocida en redes como @dentistaandroide, en colaboración con el divulgador @microbiotadesdecero.

«Cada diente está conectado con el cerebro a través del nervio trigémino», explican en el vídeo. «Y toda esa información sensitiva se procesa en la corteza somatosensorial primaria».

¿La traducción? Tu cerebro tiene un mapa sensorial, y una gran parte está dedicada a la boca. Por eso el dolor de dientes es tan intenso. Pero también por eso, cuando se pierde una pieza dental, la zona del cerebro asociada a ella queda literalmente desactivada.

El vínculo entre salud oral y deterioro cognitivo

El dato ha impactado a miles de personas que han visto el vídeo.

«Se ha visto que la actividad neuronal se empobrece cuando perdemos piezas dentales, y eso influye en nuestra salud cerebral».

Aunque suene alarmante, no todo son malas noticias. Según los estudios que cita, el uso de implantes o prótesis puede reactivar en parte esas zonas del cerebro.

«Si te falta algún diente, no está todo perdido. Reemplazarlo puede ayudar a que esa zona vuelva a recibir estímulos», aclara la dentista.

La conversación ha generado todo tipo de comentarios: personas que se replantean una ortodoncia a sus hijos, pacientes que han sufrido tras un implante, y otras que sienten que a veces es mejor no saber tanto. 

A menudo posponemos visitas al dentista, minimizamos la importancia de una caries o pensamos que una extracción es algo menor. Este vídeo viral nos recuerda algo clave: lo que pasa en la boca, no se queda en la boca. La salud oral también es salud mental.

«Si quieres cuidar tu cerebro, empieza por cuidar tus dientes», concluyen.