Cuando estás en plena prueba a fondo de un coche y la gente a tu alrededor te pregunta qué coche conduces, uno puede intuir que será un modelo deseado. Pero cuando la pregunta recurrente de los curiosos es cómo va ese coche, el éxito comercial de ese modelo se puede predecir sin miedo a equivocarnos.

En esta última semana de prueba a fondo, el Ebro S800 nos ha dado muchos momentos del segundo tipo, gente normal y corriente que ya lo han visto en el escaparate del concesionario o en su anuncio de televisión (con ese impagable discurso motivacional en la voz de Alfonso Vallés), y que dejaban en nuestras manos la suerte de su posible compra, con esa misma pregunta. Cómo va.

¿Y cómo va el Ebro S800? Pues la respuesta la iremos desgranando a lo largo de este artículo pero, por sintetizar, nos hemos encontrado en él un modelo que destaca en la mayoría de aspectos más demandados por el comprador de hoy aunque, en contraparte, también necesitaría mejorar en algunos otros puntos.

Estética y habitabilidad del Ebro S800

Muchos de los puntos fuertes del Ebro S800 tienen origen, precisamente, en su fabricación en la Zona Franca de Barcelona. Las inversiones realizadas en la planta por Chery y los altos estándares de calidad impuestos por Ebro dan como resultado un SUV que transmite una buena sensación por apariencia desde fuera. Y no sólo por sus generosas medidas (en vivo casi impresionan más sus 1,70 metros de alto que sus 4,72 metros de largo), sino también por detalles como la apertura y cierre de unas puertas que pesan mediante los sofisticados tiradores que sólo aparecen cuando nos acercamos.

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En este punto, sólo podemos poner dos peros: el cierre del maletero cuando utilizamos su mecanismo eléctrico, que merece una recalibración porque resulta algo brusco, y quizá un aumento en las llantas de las 19 pulgadas que equipa a las 20, pues consideramos que una llanta más grande y menos perfil de neumático sería un mejor remate a esa imagen maciza pero elegante que trata de transmitir.

Resuelto el exterior, pasamos al habitáculo, quizá el aspecto más destacado del Ebro S800, especialmente por la apariencia y el tacto de todos los materiales que encontramos al alcance de nuestros dedos. En el salpicadero, túnel central y paños superiores de las puertas impera un tejido plástico blando y muy suave, y para encontrar plásticos duros de verdad tendremos que rebuscar a ras de la moqueta, en los rincones más escondidos. Así pues, punto muy en positivo para este SUV, reforzado por el acierto de emplear botones con diseños muy agradables y modernos.

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No obstante, buenos botones no equivale necesariamente a una buena ergonomía, al menos cuando surge la necesidad de reajustar los retrovisores eléctricos exteriores. Y es que, en lugar de ofrecer un mando dedicado (como sí lo hace su pariente asiático, el Chery Tiggo 8), en el Ebro S800 necesitamos acceder primero a un submenú del sistema multimedia para activar la función que permite, a su vez, realizar estos ajustes mediante los dos joypads del volante.

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Ya que mencionamos el sistema multimedia, éste también arroja algunos claroscuros. La pantalla central es sobresaliente por tamaño, mientras que su respuesta y el planteamiento de su interfaz a lo Tesla aprueban con una nota sensiblemente más justa. Lo mismo ocurre al analizar sus funciones: por ejemplo, las cámaras de maniobra y la vista virtual en 540º ofrecen una calidad muy elevada, más la vista lateral que aparece en pantalla para ayudar en los giros cada vez que accionamos el intermitente en ciudad, que es un puntazo. En contraste el equipo de audio Sony, a pesar de venir firmado por semejante especialista de la alta fidelidad, brinda una experiencia de escucha que se queda en lo simplemente correcto.

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Pero ahí mismo terminan los defectos del Ebro S800 en este capítulo, y nos quedamos con su gran virtud: la habitabilidad. Unos asientos tapizados en un símil de cuero vuelto muy suave (al menos, en la variante Luxury que hemos probado) sujetan bien el cuerpo y son confortables. Tanto en la primera fila de asientos como en la segunda, el espacio para los pies casi permite ensayar pasos de baile, de lo que abunda. Abundante encontramos también el maletero, 889 litros que quedan bastante a mano para cargar bultos siempre y cuando no hagamos uso de la tercera fila.

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Y hablando de la tercera fila, si bien no rompe con la tradición de ser plazas más apropiadas para niños o personas de baja estatura, tampoco transmiten esa sensación de asientos improvisados que sí suele percibirse en otros SUV de este tipo. Eso sí, los mecanismos para abatir el respaldo de la segunda fila y acceder resultan algo toscos de manejar, e imposibles con una mano ocupada, cosa acostumbrada entre los padres de familia.

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Conduciendo el Ebro S800

Para probar en carretera el Ebro S800 como se merecía, decidimos ponerle en aprietos con una ruta variada que incluía tanto autopista y ciudad como carreteras comarcales de un solo carril por sentido, y con diferencias de elevación sensibles entre varias de la poblaciones que atravesamos.

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Por la parte del motor 1.6 TGDI gasolina, sus 145 CV se notan tan pronto como nos acostumbramos al peculiar tacto del acelerador. Si estamos dispuestos a asumir la contrapartida de un consumo elevado (nuestra media después de esta ruta se quedó en unos 8,5 litros a los 100 km), obtendremos toda la potencia que necesitemos para realizar adelantamientos y recuperaciones, acompañados de un sonido a motor tradicional que no resulta demasiado molesto y que, francamente, echábamos de menos.

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Desgraciadamente, todas estas virtudes del motor sólo salen a relucir con el coche ya lanzado a la velocidad de crucero que deseemos llevar. Y es que buena parte del carácter voluntarioso de esta mecánica queda ofuscado por el comportamiento algo errático de la transmisión automática Getrag que la acompaña. En la mayoría de ocasiones, especialmente en carreteras de un solo carril por sentido, mantiene una marcha más corta de la que podría llevar (con el consiguiente impacto en el consumo), y en autovía tarda bastante en llegar a engranar la última de sus siete velocidades. Después de mucho reflexionar sobre las posibles causas, nos inclinamos por pensar que el problema está en el software de gestión de los cambios, el cual merece un replanteamiento.

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A nivel dinámico, el S800 transmite una sensación de aplomo en curva superior a la de la mayoría de SUV con origen en China. El balanceo de la carrocería no es acusado, si bien está conseguido mediante unos amortiguadores muy duros que se hacen notar en baches y guardias tumbados. Ya hemos mencionado antes la conveniencia estética de aumentar el tamaño de las llantas a 20 pulgadas, pero esta sugerencia sería igualmente conveniente por los beneficios que podría aportar en marcha, en especial a una dirección que no se muestra muy comunicativa.

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En definitiva, las autovías y autopistas de peaje serán el terreno favorito de este Ebro S800, aunque el funcionamiento del control de crucero adaptativo debería mejorar: cuando la cámara del parabrisas intuye que nos aproximamos a una curva, el sistema reduce la velocidad con demasiada contundencia, incluso en curvas muy abiertas que el coche podría tomar perfectamente a la velocidad que habíamos programado.

Ebro S800: Nuestra valoración

Por su precio base de 32.990 euros, según la propia web de la marca, es muy difícil encontrar un SUV de siete plazas que pueda igualar al Ebro S800 en calidades, habitabilidad, confort o equipamiento, lo que lo convierte en una opción más que atractiva para quien necesite lo que este modelo ofrece.

Dicho esto, y aun reconociendo su atractivo como producto, si nos ponemos en el punto de vista de un comprador corriente quizá la mejor alternativa sería conceder un cierto tiempo a la marca española para que vaya resolviendo los diversos defectos que hemos encontrado durante nuestra prueba. Una evolución que, incluso, podría estar ya disponible con el novísimo Ebro S800 PHEV, la variante híbrida enchufable que, por un precio de 32.860 euros, ofrece todas las ventajas de la etiqueta ‘0’ de la DGT gracias a una mecánica mucho más refinada y que nos ha convencido en nuestros primeros contactos con ella.

  • A favor: Diseño atractivo, buena calidad percibida, habitabilidad sobresaliente, maletero con 5 plazas, confort, silencio a bordo, detalles tecnológicos, precio.
  • En contra: Funcionamiento del cambio, consumos elevados, dureza de la suspensión, tacto de la dirección.

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Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.