Este estudio, publicado en una revista médica de interés general, analiza la participación de las mujeres en ensayos clínicos sobre enfermedades del corazón. Lo realizaron cardiólogos de distintos hospitales, principalmente de EEUU, especializados en diferencias de género, y se basa en datos oficiales de ClinicalTrials.gov, la base de registros del gobierno americano.
Se revisaron más de 1.000 ensayos y más de un millón de participantes entre 2017 y 2023, teniendo en cuenta no solo la prevalencia de las enfermedades en mujeres, sino también la edad, la localización geográfica y otros factores. Esto hace que los resultados sean especialmente actuales y representativos.
Entre los hallazgos, se vio que las mujeres jóvenes participan más que las mayores, a pesar de que las enfermedades cardiovasculares aumentan de forma importante después de la menopausia. Además, en los ensayos sobre fármacos las mujeres están menos presentes, mientras que en los que se centran en hábitos de vida saludable hay mayor participación femenina, probablemente, por una mayor sensibilización hacia estos temas.
El estudio también muestra diferencias según la enfermedad: en la obesidad, por ejemplo, las mujeres están mejor representadas tanto por la alta incidencia como por una mayor conciencia social. En cambio, en patologías consideradas de forma errónea como “masculinas”, como la arritmia, la representación femenina sigue siendo insuficiente. En los ensayos sobre insuficiencia cardíaca sí se observa un avance positivo, gracias a una mayor concienciación en los últimos años.
Las diferencias geográficas también resultaron muy relevantes, lo que apunta a la influencia de factores socioculturales en la participación de las mujeres.
En conclusión, aunque se han logrado avances, todavía queda camino por recorrer para que los ensayos clínicos reflejen mejor la realidad de las enfermedades cardiovasculares en mujeres.
Considero que este estudio es importante para conocer dónde radican las dificultades y los problemas en reclutar pacientes mujeres y cómo actuar para corregirlas. Como limitación, señalan que solo se analizaron estudios registrados en ClinicalTrials.gov y que algunas enfermedades no fueron incluidas.