Francisco José Fajardo

Domingo, 31 de agosto 2025, 13:27

La Inspección de Trabajo y Seguridad Social ha concluido que el accidente laboral ocurrido el 7 de marzo de 2024 en una obra de viviendas en la carretera de Chile, en Las Palmas de Gran Canaria, en el que falleció una técnica de 36 años, se produjo en un contexto de graves deficiencias de seguridad. Entre las presuntas irregularidades detectadas, según los inspectores figuran la falta de planificación en la maniobra de izado del depósito, la ausencia de señalización y protección en la zona de tránsito de trabajadores, el uso indebido de un bidón no apto para ser trasladado con grúa y la carencia de formación específica del gruista que ejecutaba la operación.

Este caso está siendo tramitado por el Juzgado de Instrucción número 5 de Las Palmas de Gran Canaria, que de momento investiga a nueve personas y a la constructora responsable de esta obra.

Según el informe, el siniestro se produjo cuando un depósito de agua con capacidad para 470 litros era trasladado mediante una grúa torre hasta la quinta planta del portal 3 de la obra, donde iba a ser utilizado para abastecer una máquina de proyección de yeso. El bidón había sido llenado previamente de agua y colocado sobre un palé de madera estándar de 120×80 centímetros, sobre el que se habían dispuesto dos bloques de obra y, entre ellos, una caja de herramientas.

La carga se encontraba sujeta por dos eslingas de color verde, que rodeaban el palé y el bidón, con capacidad de hasta 2.000 kilos. No existía ningún otro mecanismo de sujeción adicional. Las etiquetas del depósito advertían expresamente que el bidón no debía trasladarse lleno ni con grúa, algo que, sin embargo, se hizo en esta ocasión.

La operación comenzó en el portal 1, desde donde el depósito fue enganchado a una grúa y trasladado hasta el portal 2. Allí se realizó un cambio de grúa, y posteriormente se utilizó una tercera grúa torre para elevar el depósito hasta la quinta planta del portal 3.

Durante la maniobra final, cuando la carga se encontraba suspendida a un metro de su destino, una de las tablas del palé se fracturó, provocando que el bidón se desequilibrara y se precipitara desde una altura aproximada de veinte metros.

En ese momento, la trabajadora, que ostentaba el cargo de técnico de prevención de riesgos laborales en la obra, se encontraba en la planta baja, junto a las casetas, conversando con otro trabajador. El depósito impactó directamente sobre ella, causándole la muerte de forma inmediata. Su compañero resultó empapado por el agua derramada, pero no sufrió lesiones de entidad.

El informe de la Brigada Provincial de Policía Científica, que acudió al lugar a las 13.35 horas de ese fatídico 7 de marzo de 2024 junto con la Policía Judicial (Grupo de Homicidios), la Inspección de Trabajo y la técnico del Instituto Canario de Seguridad Laboral, describió en su atestado con sumo detalle la escena.

En la base de la escalera metálica que comunicaba las casetas se hallaba el depósito de plástico azul, fracturado, con restos entre el primer peldaño y la superficie inferior. A su lado se encontraba un motor de aire acondicionado dañado por el impacto y la ventana de una caseta rota con la reja deformada.

El palé fracturado permanecía en el balcón de la quinta planta. Presentaba un listón lateral roto longitudinalmente y otras grietas, con los bloques de obra y la caja de herramientas aún sobre él. Las eslingas verdes estaban en buen estado y presentaban etiquetas de fabricación de agosto de 2023.

El cadáver de la trabajadora fue hallado tapado con una sábana del Servicio Canario de Salud, en posición decúbito prono, con fracturas visibles, entre ellas una abierta en el tobillo izquierdo. El informe forense recogió además hemorragia en la zona genital, desgarramiento en la ropa y lesiones traumáticas múltiples compatibles con un impacto de gran violencia.

Responsabilidades

La obra, destinada a la construcción de 85 viviendas, locales comerciales y garajes, estaba siendo ejecutada por Constructora San José, que había subcontratado los trabajos de proyección de yeso a un operario autónomo.

La Inspección de Trabajo constató que la empresa no había instalado una marquesina de protección en la entrada principal a las casetas de obra, pese a ser un área de paso frecuente de trabajadores. Además, el gruista que realizó la maniobra no contaba con la formación de segundo ciclo en prevención de riesgos laborales para operadores de aparatos elevadores, obligatoria en el sector.

El organismo estatal califica los hechos como infracción muy grave en materia de prevención de riesgos laborales y propone la imposición de un recargo del 50% en las prestaciones de la Seguridad Social derivadas del accidente.

El atestado policial y el informe de la Inspección de Trabajo fueron remitidos al Juzgado de Instrucción número 5 de Las Palmas de Gran Canaria, que sigue instruyendo las diligencias previas del caso.

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