Venecia
Han pasado más de 40 años desde la primera visita de Carmen Maura al Festival de Venecia. Fue en 1983 con ‘Entre tinieblas’, de Pedro Almodóvar, cuando la actriz pisó por primera vez la Mostra junto a Marisa Paredes, Cecilia Roth, Julieta Serrano y Cristina Sánchez Pascual. Y ahora mira aquel tiempo con cierta nostalgia del lugar que ocupaba el cine y cómo eran los festivales. «Te das cuenta de cómo es el paso del tiempo, y sientes que hay que aprovechar cada minuto porque pasa tan rápido. Me parece que fue hace nada. Era otro ambiente completamente diferente y el mundo estaba completamente distinto. Ha cambiado todo tanto. En el mundo del cine se ha complicado tanto todo, me gusta menos que antes», dice la intérprete durante un encuentro en el certamen.
Ahora presenta en una sección paralela, Venice Spotlight, la película ‘Calle Málaga’, tercer trabajo de la directora hispanomarroquí Maryan Touzani tras ‘Adam’ y ‘El caftán azul’, en la que interpreta a una mujer cuya familia se exilió durante el franquismo a Tánger y ha echado raíces en la ciudad. Allí nació, se casó, tuvo a su hija y también allí tiene previsto pasar los últimos días de su vida. Así arranca este drama que indaga en el sentimiento de pertenencia y comunidad de la colonia española en la ciudad. El personaje de Maura es una de las últimas mujeres de su generación que reside aún en la ciudad. La mayoría ha muerto, otros se fueron, pero ella resiste con una vida tranquila y feliz mientras riega sus plantas, escucha música con sus vinilos y sale al mercado a hacer la compra y saludar a los vecinos. Todo cambia cuando su hija, a la que da vida Marta Etura, la visita después de mucho tiempo. Esta se fue a Madrid, tiene un trabajo precario de enfermera y se acaba de separar con una hija. Ahí está el conflicto dramático de la película cuando la hija exige vender la casa de Tánger para poder empezar una nueva vida en la afueras de Madrid.
«Yo con mis hijos es que no tengo una relación así, tengo una relación completamente diferente. Pero hombre, a mí me sorprende un poco la manera ella que tiene de presentarme el tema», dice Carmen Maura, y sigue Marta Etura. «Es muy bestia. «Yo no tengo para nada tampoco una relación así con mi madre y a mí me costó mucho porque yo cuando leí el guión dije, ostras, vaya tía, ¿no? Y luego lo que pasa es que hice el esfuerzo de para interpretarla, tratar de entenderla y decir, vale, esta tía está desesperada. Lo que muestra a nivel generacional es que los roles estaban establecidos de distinta manera. El hombre trabajaba, traía el dinero, la mujer trabajaba en casa y había como como un trabajo más de equipo. Ahora siento que las mujeres trabajan dentro, fuera, tienes una carrera, tienes que cuidar tu casa, tus hijos y todo. En cualquier caso, creo que tienen una mala comunicación y eso no creo que sea algo representativo», añade la actriz vasca.
La película se sustenta sobre el dilema del personaje de Carmen Maura. Si ayudar a su hija a cambio de renunciar a toda a una vida, o preservar a toda la costa la libertad que tenía hasta ahora. Una reivindicación de la autonomía y la vitalidad en la tercera edad, a la que la directora suma el deseo y la pasión sexual con una trama amorosa. «Eso me encanta, aunque a mí personalmente no me apetece nada que entre un señor en mi casa», aclara entre risas Maura. «Pero es bonito y está bien llegada y se entiende que se gusten y creo que lo hace fenomenal. El chico está estupendo porque va poquito a poquito. Eso para quien le apetezca porque, de verdad, me encanta vivir sola. Me chifla. Sola con mi perra que ya tiene 15 años».
Touzani baña de colores y luz el Tánger de hoy y sus callejuelas, muestra las redes vecinales y retrata a la vez espacios antes no explorados, como una residencia gratuita para los españoles que emigraron. A Carmen Maura le enamoró la ciudad, aunque ya la había visitado para el rodaje de varias películas francesas, pero aquí tuvo una auténtica inmersión al ser la protagonista absoluta del film. «Cuando me di cuenta de que estaba todos los días y en todos los planos, me asusté un poco. Fue muy duro, además porque la directora es muy exigente y repetía mucho. Ha sido la película más dura que he hecho. No sabes la cantidad de cosas que rodé que no están. Fue agotador realmente. Cuando recibí el guion me pareció precioso, pero ella ha cambiado muchas cosas y, sobre todo, yo no sabía que ella me iba a hacer repetir tanto», desliza Maura sobre sus desavenencias con la directora.
La autora hispanomarroquí, que dedica esta historia a su familia, presentó sus dos anteriores películas en el Festival de Cannes y ahora ha entrado en Venecia fuera de competición. ‘Calle Málaga’ participa en la nueva sección Venice Spotlight que el certamen se ha sacado de la manga para premier internacionales. Y en eso también Maura no está muy de acuerdo. «Yo no soy muy de festivales, creo que son peligrosos en general para las películas, porque si sale bien es cojonudo, pero si sale mal, se la cargan. Esto lo he debatido también con la directora», aporta.
Tampoco se guarda Maura otras opiniones rebatibles con hechos. La actriz, que considera que se está haciendo muchísimo cine en España, cree que ahora es «mucho más fácil para las chicas que para los chicos». «Es que yo tampoco estoy muy de acuerdo que, de repente, con todo este cambio y todo eso, que está muy bien, defender la posición de la mujer, pero de ahí a que un chico joven o una chica joven la posibilidad que tiene de hacer una película sea distinta, es un poco injusto. Entonces creo que está llevando un poco demasiado allá. Estoy muy orgullosa de todas las chicas que hacen cine, pero no me parece justo que a un chico joven que va a hacer su primera película le resulte mucho más difícil que a una mujer. Tendría que ser igual. No estoy por la discriminación positiva», concluye criticando el sistema de puntos que simplemente ha permitido, sin discriminación, el acceso de muchas directoras a la financiación de películas como estamos viendo, precisamente, en tantos festivales internacionales.