Rolando Ortega, alias Roco Pachukote, es el ‘frontman’ del grupo mexicano Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio. Llevan desde 1985 fusionando rock, ska, reggae y punk con el folclore tradicional de México. El próximo sábado 6 de septiembre regresan a España en la segunda jornada de la cuarta edición del Vive Latino en Zaragoza, desde las 19.15 horas en el escenario del anfiteatro de la Expo. Aprovecharán para celebrar su 40 aniversario e invitar a su «fiesta de la memoria» a quienes asistan.
-Maldita Vecindad ha participado en seis ediciones del Vive Latino México, incluida la primera en 1998. ¿Qué significa para ustedes regresar a España y ser parte del Vive Latino en Zaragoza?
-Ahorita estamos en una gran fiesta de la memoria, una celebración impresionante porque este año es nuestro 40 aniversario como grupo. La historia de Maldita Vecindad va totalmente de la mano del Vive Latino. Cuando empezamos, el rock en México estaba muy censurado, estaba estigmatizado y perseguido por el gobierno y los jóvenes eran muy criminalizados. Todo comenzó como un proceso subterráneo tras el terremoto de 1985, que fue cuando empezamos. Uno de los primeros festivales que se abrieron fue, precisamente, el Vive Latino. Ahorita, volver a España nos emociona mucho porque nos conecta con aquellas experiencias que vivimos en 1992 y 1993. En esa época hicimos nuestra gran gira con ‘Pata de Perro’, nuestro segundo disco, con el que recorrimos Europa. Regresar nos parece toda una gran coincidencia, una celebración de todos los momentos vividos a lo largo de estos 40 años.
-Hablando de memoria, ¿cómo surgió el nombre de Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio?
-Cuando empezamos en el 85, la mayoría de los grupos cantaban y tenían nombres en inglés. Nosotros éramos unos chavos locos añorando una música que todavía no existía, una música que fuera profundamente de barrio, que tuviera la sabrosura de la cumbia, la picardía de la ranchera, que tuviera el mambo, el son veracruzano… Todas esas músicas con las que crecimos. Pero también que tuviera la fuerza del punk, que fue lo que más nos tocó generacionalmente, sobre todo por su filosofía del «hazlo tú mismo». Como esa música no existía, nos pusimos a inventarla en una bodega de La Lagunilla, el mercado callejero famoso en Ciudad de México. Y claro, una banda así tenía que tener un nombre que reflejara toda esa locura, algo que combinara fuerza, tradición y sentido del humor. Tuvimos nombres como Pepe el Toro y Los Miserables, Chin Chin y Los Olvidados, y así seguimos hasta que llegamos a Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio. Y nos encantó. La vecindad es una forma muy particular de vivienda popular en México, un edificio horizontal donde los patios conectan varios cuartos, y cada patio es más humilde que el anterior. El quinto patio, que está al fondo, era donde vivía la banda más pobre, los recién llegados, los olvidados.
«La música no es simplemente entretenimiento, sino vida, identidad y sanación»
-En la música de Maldita Vecindad se percibe una mezcla de influencias muy característica de la cultura mexicana ¿Cómo describiría esta fusión?
-Cuando hablamos de tradición en México, tenemos que remontarnos a los últimos 500 años, desde la llegada de España al continente americano. A partir de ahí, toda nuestra cultura se ha construido como un encuentro, un proceso constante de mestizaje. Por un lado, tenemos nuestra primera raíz: la riqueza y diversidad de las culturas indígenas. La segunda raíz es la que llegó de España, una España profundamente influida por la cultura árabe. Y la tercera raíz es la africana. África está presente en toda América, y México no es la excepción. México ha sido históricamente un país de encuentros. Tuvimos un emperador austriaco, una invasión francesa, migraciones chinas, libanesas… Cuando entiendes que toda nuestra música viene de la mezcla de diferentes tradiciones, te das cuenta de que eso es precisamente lo que somos: música popular mexicana contemporánea. Maldita Vecindad recibe las influencias de lo que viene de fuera, las abraza y, en ese abrazo, el resultado es algo nuevo.
-Su canción ‘Un gran circo’ dice: «Al terminar la función, allá en el palco de honor, nadie podrá reír». ¿Cree que hoy en día la música sigue siendo una herramienta para visibilizar las desigualdades?
-Sí, totalmente. Siento que en estos momentos tan únicos para la humanidad, en los que somos plenamente conscientes de que vivimos en sociedades profundamente enfermas, la pandemia fue, en realidad, un síntoma de esa enfermedad. Esa situación nos hizo ver que nuestras sociedades están enfermas de miedo, de malnutrición, de desconexión y de consumismo. En medio de este tiempo tan contradictorio que vivimos, creo que ahora, más que nunca, comenzaremos a reconocer a la música como un elemento mucho más importante de lo que habíamos entendido hasta ahora. Por un lado, está toda la gran industria que se ha generado en la cultura, especialmente en la música, que se produce muchas veces con algoritmos y en serie. Pero, por otro lado, esa misma gran industria está dejando de lado una parte fundamental: el papel social, individual y hasta espiritual que la música tiene. Por eso creo que hoy es una de las herramientas más poderosas que tenemos. En estos tiempos, la música no es simplemente entretenimiento, sino vida, identidad y sanación. Es el arte que más directamente convoca y toca el corazón de las personas.
-¿Qué proyectos futuros tiene Maldita Vecindad y cómo planean seguir conectando con su audiencia internacional?
-Ahorita todo lo que estamos haciendo trae una carga de memoria grandísima, yo digo que es como una gran fiesta de la memoria. Estamos preparando nuestro documental, que queremos dejar como legado de la banda, contar esta historia alucinante de 40 años. También estamos preparando música nueva, dos canciones que saldrán el mes que viene. Además, desde hace dos años hemos estado participando en diferentes obras de teatro populares. Ahora, junto con una compañía con la que hemos estado trabajando, estamos planeando crear un musical basado en la historia y las canciones de Maldita Vecindad. En la línea de traer una vez más a este tiempo el pasado, en 1994 grabamos un disco que por cuestiones de la compañía y comerciales quedó enlatado. Entonces, como parte de nuestras actividades de aniversario, vamos a editar ese disco con la alineación original que teníamos en 1994. Fue el disco que grabamos después de ‘El Circo’, un disco inédito profundamente experimental que va a aparecer en 2025.