Corrida de Toros Lunes 1 de septiembre - San Antolín 2025. Fotos Sergio LozanoFotos: Sergio Lozano
La baja de Morante de la Puebla planteó un aprieto para los afionados palentinos, pero Castella fue capaz de levantar la tarde en el coso palentino

Dicen que no hay peor nostalgia que la que se sufre por aquello que no se ha vivido. Algo así debieron sentir muchos aficionados palentinos en la tarde del lunes, en la que Morante fue baja tras la cornada sufrida en Pontevedra y no pudo dejar en Palencia la impronta de su histórica temporada. El de la Puebla es uno de los toreros más importantes de la historia del toreo, y su baja planteó un aprieto para la empresa. La sustitución de Castella no estuvo exenta de justificada polémica, entre los muchos nombres que se les ocurrían a los aficionados palentinos. Lo cierto es que el pliego de condiciones de la Diputación Provincial limitaba muchos de los nombres planteados. No lo notó mucho la taquilla, con una gran entrada, similar a la del día anterior. Los toros de Núñez del Cuvillo, de presentación muy justa, astigordos, resultaron flojos en su mayoría. El tercio de varas fue inexistente en toda la tarde, un mero trámite en forma de leves picotazos.

Corrida de toros del lunes 1 de septiembre – San Antolín. Fotos: Sergio Lozano

Largo recibo dio Castella al que abría plaza, por delantales y chicuelinas cerradas con una templada larga. El tercio de varas, un mero trámite sin ninguna emoción, precedió un buen segundo tercio de Chacón, que saludó, y una buena lidia de Viotti. La faena de muleta estuvo marcada por las pocas fuerzas del Cuvillo, que perdió la mano varias veces. Series largas, sin exigir nada a un toro de embestida irregular, aunque mejor por el izquierdo. Se cambió la muleta por la espalda en el cierre, buscando el aplauso fácil, para acabar matando de estocada arriba y de fea ejecución. Cortó una muy generosa oreja

Llevaba Pregonero las cualidades de una clase desbordante, y las fuerzas escasas, como sus hermanos. Largo recibo de Castella, en el que embistió bien el toro. Picó mal Agustín Romero, caído y trasero, en lo que fue un mero picotazo. Gran lidia de José Chacón en el segundo tercio. Vibró la plaza en el inicio, con pases cambiados por la espalda, muy arqueado, en los medios, citando de lejos. Tras ello, se puso de rodillas, en una serie por la derecha, con buenas embestidas de su oponente. Como bien embestía por la izquierda, donde se gustó el francés en correctas series al natural. Acertó toda la faena con las largas esperas entre serie y serie, dando tiempo a un toro justo de fuerzas. Una emocionante serie por la derecha, cerrada con un gran cambio de mano, seguida del arrimón final para levantar al público, y unas manoletinas cerraron la faena. Inexplicable petición de indulto a un toro sin fuerzas sobradas y que aguantó bien la medida faena por el buen hacer con los tiempos del francés. Incitó Castella al público, pero imperó la lógica y acabó entrando a matar, de media estocada.

Acertó el presidente no concediendo ni la vuelta al ruedo a un toro de gran clase, pero con las fuerzas justas y que apenas fue picado. Sorprendente que el público que pidió el indulto apenas protestase la no concesión de la vuelta al ruedo. Dos amables orejas para un firme Castella, con leve petición de rabo, que hubiese sido un exceso. “Este toro le hubiese tocado a Morante, la que hubiese liado” rezaba un aficionado en los bajos del seis. Toda la razón, esa clase iba pidiendo las telas del cigarrero. Aunque quizás sea mejor no pensar en lo que pudo ser de la tarde, y quedarse con lo vivido, que para nostalgias ya habrá tiempo

Poco dijo Manzanares en su primer toro, que llevaba las fuerzas contadas, aunque embestía con cierta clase en los trastos de José Mari. Dos veces entró al caballo, la segunda por accidente, sin dar apenas pelea en ninguna de ellas. El toro propició una faena larga en que Manzanares le cuidó mucho, casi le sujetó, ante las escasas fuerzas.  No embistió mal, y Manzanares, algo acelerado, no terminó de verlo. Mató de estocada caída y descabello tras un pinchazo. Tampoco lo vio en el segundo de su lote, que no iba sobrado de fuerzas, pero fue a más y embistió con clase. Discretas fueron las series por la derecha a un toro de buen embroque, como tampoco fueron lúcidas al natural, por donde el toro embestía algo peor. No terminó de confiarse hasta la última serie, por la derecha, con cierto mando. Esta vez sí lució su nivel con la espada, dejando una entera bien colocada y bien ejecutada. La oreja se antojó excesiva a una faena que podría haber dado más de sí.

Con las fuerzas justas salió también Pregonero, tercero de la tarde. Lo recibió Aguado con una bonita chicuelina, apenas le permitió lucirse a la verónica y acertó Aguado en llevarle a los medios de toreras maneras. Le colocó corto al caballo, donde apenas le dieron, pero el toro se quedó encelado, llegando a apretar, y costó una eternidad a la cuadrilla sacarlo de los lomos del equino. Mal Aguado e Iván García tirando del rabo. Dejó el sevillano momentos toreros con la mano derecha, siempre por arriba, ya que en cuanto bajaba un poco la mano se caía el toro, con las fuerzas contadísimas. Con la izquierda, dos templadas series, también por arriba. Lo mejor llegó en el final del trasteo, donde sucedió ‘cartuchos de pescao’, homenaje a Pepe Luis Vázquez, con buenos naturales y torerísimos desplantes. Bellísimo final con ayudados por alto rodilla en tierra, con un desplante de sabor eterno. Pinchó primero arriba y luego abajo para acabar matando de estocada baja, perdiendo toda opción de premio.

De bonita estampa era el que cerró plaza, de la ganadería de García Jiménez, con algo peor cara, que terminó por ser un inválido. Templado fue el recibo a la verónica, como bellas fueron las chicuelinas para llevarlo al caballo, donde apenas metió las cuerdas Mario Benítez. Ya apuntaba el toro ausencia total de fuerzas, perdiendo las manos hasta siete veces, pero se le acabó manteniendo inexplicablemente entre las protestas del público. Embestía largo y con clase un toro inválido de fuerzas, que no paró de perder las manos en el efímero trasteo del sevillano, que intentó inútilmente aprovechar las embestidas. Nada pudo hacer Aguado con un oponente que no aguantó ni el torero macheteo. Mató a la tercera de estocada baja. A la salida mucha gente no entendía cómo se le pudo mantener en el ruedo mientras otros le daban vueltas todavía a la gran ausencia.

 

  • Plaza de toros de Palencia. 1 de septiembre de 2025. Tercera de abono, segunda de toros. Algo más de tres cuartos de plaza.
  • Toros de Núñez del Cuvillo, de justa presentación, de poca fuerza. El sexto fue de Hermanos García Jiménez, inválido
  • Sebastián Castella, oreja y dos orejas.
  • José María Manzanares, saludos y oreja.
  • Pablo Aguado, saludos y silencio.

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