Abrir la cocina al salón se ha convertido en una de las decisiones más habituales en las reformas actuales. Eliminar tabiques para ganar amplitud, integrar espacios y fomentar la vida social en casa es un deseo común entre quienes buscan actualizar su vivienda. Pero, como bien saben los arquitectos e interioristas, no todo es tan sencillo: unir dos espacios con usos tan distintos plantea siempre un reto de diseño, técnica y funcionalidad.

Para Abel Pérez, arquitecto de ÀBAG Studio, la clave está en lograr que esa unión se perciba como un todo armónico. No se trata solo de abrir metros y dejar que el salón y la cocina convivan, sino de conseguir que ambos dialoguen entre sí, que tengan coherencia estética y que, al mismo tiempo, resulten prácticos en el día a día.

En esta entrevista, el arquitecto desgrana los principales errores que suelen cometer los clientes cuando imaginan una cocina abierta, las estrategias que él emplea para ordenar visualmente estos ambientes y la importancia de pensar también en aspectos técnicos, como la ventilación o la posibilidad de cerrar la cocina en determinados momentos. Una conversación que revela que abrir la cocina al salón es mucho más que una moda: es un ejercicio de equilibrio entre estética, funcionalidad y estilo de vida.

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Pablo Sánchez-Montañés Quintana

Una conversación sobre abrir la cocina al salón, con el arquitecto Abel Pérez ÀBAGStudio Folguelores

Foto: ÀBAGStudio

¿Cuál es, para ti, el principal reto al abrir una cocina al salón en una reforma?

El principal reto es integrarlos, es poder conseguir que el espacio se perciba como una unidad, no como dos espacios que no dialogan entre sí.

Más allá de lo estético, ¿qué hay que tener en cuenta a nivel técnico o funcional en
este tipo de integración?

Pues que todos los sistemas de renovación de aire funcionen a la perfección y, dependiendo del uso, la posibilidad de poder cerrar los ambientes en algún momento. Cuando se pretende tener una cocina de alto uso y una que está abierta al público, optamos por proponer una cocina técnica y una representativa que, si bien estará igual de equipada, se usa de una manera más social.

¿Qué errores cometen habitualmente los clientes cuando imaginan una cocina abierta?

Bueno, yo diría que las cocinas abiertas, bajo mi punto de vista, requieren siempre un poco más de cuidado y resolución espacial. Es algo que a veces hay que hacer entender a los clientes, debe funcionar estéticamente, ser práctica en el día a día y fácil de mantener, sin que termines siendo esclavo del orden o la estética.

ÀBAGStudio Villaroel

Foto: ÀBAGStudio

¿Qué estrategias utilizas para mantener cierto orden visual entre dos espacios tan distintos?

Utilizamos elementos como biombos, y cuando el espacio lo permite, semitransparentes para crear la sensación de dos zonas integradas pero diferenciadas. Algún elemento que permita ver a través, pero que también aporte cierta privacidad.

¿Has tenido casos en los que recomendaste no abrir la cocina al salón? ¿Por qué?

Nuestras recomendaciones siempre van de acuerdo con las necesidades del cliente, los escuchamos, analizamos lo que desea y ordenamos las ideas. Nunca hay una única buena opción; el éxito radica en que cumpla las necesidades del cliente.

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