El UAE descartó realizar ayer la habitual conferencia de prensa de las jornadas de descanso. Resguardó a sus ciclistas bajo el techo de un lujoso … hotel en Navarrete (La Rioja) y, ya por la tarde, agitó aún más el avispero a su alrededor. Juan Ayuso dejará el conjunto emiratí a final de temporada. Tenía contrato tres temporadas más, hasta 2028, pero ambas partes llegaron a un acuerdo para romperlo. Liquidarlo. El equipo hizo el anuncio y dio sus razones. «Las diferencias en la visión de los planes de desarrollo y en la alineación con la filosofía deportiva del equipo».
El director ejecutivo de la estructura, Mauro Gianetti, fue más allá en el comunicado oficial. Habló sobre «la armonía del grupo y la construcción de un equipo ganador». «Esta decisión es la más coherente con los valores que definen a nuestra organización», justifica sobre el abrir la puerta a una de las mayores joyas de su plantilla. Aunque no la única. Tampoco la más preciada. El alicantino siente que «es el momento de tomar un camino diferente» y se limitó a dar las gracias.
Horas más tardes, ya por la noche, sacó su propio comunicado. Agradecido por «momomentos maravillosos», pero con ganas de mostrar su versión. «Siento que es el momento de encontrar un entorno que se alinee mejor con mi forma de ser y mis valores», expone. Además, explica lo que busca de su próximo equipo. «Un lugar donde pueda desarrollarme con total confianza y tranquilidad, un sitio con mi misma visión». Todavía le queda acabar La Vuelta, en la que Josean Fernández Matxín, su principal valedor, espera que deje a un lado el ego y ayude a Joao Almeida en la búsqueda de la victoria final. Un último servicio controvertido. Un ganador convertido en gregario.
Desde que emplazó el fútbol y la vela por el ciclismo, Ayuso ganó casi todas las carreras posibles. Sobrado de potencia. Matxín le reclutó para el UAE con solo 18 años. Y a los 19 se subió al podio de La Vuelta de 2022. El más jóven en lograrlo en una grande desde el francés Cornet, en el Tour 1904. El equipo emiratí le renovó hasta 2028. El contrato más largo en aquel entonces. Con una cláusula de rescisión de futbolista. 100 millones de euros. Era lo que más condicionaba su cantada salida.
De eso se ha encargado el prestigioso agente Giovanni Lombardi, contratado por Ayuso este verano. Hasta entonces, su padre gestionaba su futuro, que ahora apunta al Lidl-Trek. Le ofrece un contrato largo. Pero muchos más equipos están interesados en él, entre ellos Astana y Movistar. Aunque ayer Usebio Unzúe se resignara a pensar más en 2027 que en 2026 en materia de fichajes. La salida, como dice el equipo, es lo mejor para todas las partes. Ayuso será el jefe de filas del equipo al que vaya, algo que en el UAE estaba supeditado a Pogacar, pero también a Del Toro y Almeida, más dispuestos a echar una mano al prójimo. Como le piden ahora a Ayuso.
Su presencia en La Vuelta no estaba programada. Su sitio era de Pogacar, que renunció. Los dirigentes le pidieron que se esforzara por tratar de hacer la general. Necesitaban dos bazas, Almeida y él, para, sin el esloveno, derrotar al Visma de Vingegaard. Pero Ayuso perdió sus opciones a las primeras de cambio. En Pal, cuando aún quedaban más de 50 ciclistas en el pelotón, y cedió 7 minutos. Al día siguiente arrasó en Cerler y echó leña al fuego con su celebración. Se tapó los oídos. En la etapa llana de Zaragoza también se dejó llevar. Otros cinco minutos perdidos. «El Visma aún piensa que me puedo meter en la general», decía en la salida el domingo, donde no descartaba volver a entrar en la fuga. Antes de iniciar la subida a Valdezcaray, levantó el pie. «Apretar por apretar no tiene sentido», justificó. Más arriba, Almeida le echó de menos. «Al final nadie estuvo conmigo. Es lo que hay». Ayer, en una entrevista en ‘Marca’, trató de quitarle hierro al asunto. «Ya es pasado».
La perla queda libre
Ayuso deja el UAE, el mejor equipo del mundo, el más ganador, por la puerta de atrás. Los nubarrones se cernieron sobre su figura en julio de 2024. Pogacar acudía al Tour con la misión de recuperar el trono y el alicantino debía ser uno de sus lugartenientes. La cuarta etapa incluía el Galibier en la parte final.El UAE preparaba el ataque del esloveno. El portugués Joao Almeida, otro valor sólido y ganador este año de la Itzulia, Romandía y Suiza, fue el que más se sacrificó. Mientras, recriminó de malas maneras que Ayuso no relevara. «El gesto sobraba», dijo el de Jávea al día siguiente. Ambos habían tenido ya un roce en la Volta a Cataluña de 2022.
Pese a que Pogacar ganó, el lío estaba montado. Para la Vuelta, el equipo apostó por Almeida. El Giro de 2025, para Ayuso. Se preparó a conciencia. Llegó a la salida con cinco victorias, entre ellas la Tirreno Adriático. La eclosión de Del Toro, un año más joven, le sofocó. Ahora la perla española queda libre.Sin ataduras. Pero muy criticado. Manolo Saiz y Bjarne Riis le atizaron sin piedad. Individualista y amateur. Su papel en esta Vuelta que hoy sube a Belagua queda en el ojo del huracán.