Alcalá de Henares, 1 de septiembre de 2025.- La angustia se apoderó de los tendidos en la tarde del domingo 31 cuando el quinto toro de la tarde, de la ganadería de Román Sorando enganchó a Fernando Adrián cuando se encontraba realizando una serie de muletazos con la derecha. El madrileño quedó a merced de los cuernos a los cuales se agarró y de los que en un primer instante se zafó. Pero el toro, que mostró como sus hermanos en la corrida grandes dosis de bravura, lo volvió a agarrar en el suelo ya desarmado Adrián y lo levantó por los aires volteándolo en unos momentos espeluznantes que hacían temer al público por lo peor.
Cuando las cuadrillas sacaron al toro del lugar de la cogida, quedó Fernando Adrián en el albero complutense del que fue levantado por varios subalternos y llevado en volandas a las tablas ante la congoja en los tendidos. Pero para sorpresa y tranquilidad de todos el torero se puso en pie demostrando que la espectacular cogida fue sólo un susto. Se quitó la dañada chaquetilla y retomó los trastos para completar la lidia, matar al toro con solvencia y cortar dos orejas y rabo en una faena para el recuerdo.
Fue sin duda lo más llamativo del mano a mano entre los dos jóvenes toreros de la Comunidad de Madrid que mejores sensaciones están dejando esta temporada. Víctor Hernández, el torero de Los Santos de la Humosa, se proclamó vencedor el año pasado de la copa Chenel y en este año 2025 fue el torero revelación en la feria de San Isidro, donde cortó una oreja a un complicadísimo toro ante el que se jugó la vida con garantía. Fernando Adrián completó en Alcalá un mes de agosto soñado con importantes triunfos. Atención a los dos en las próximas temporadas.
Ya decimos que Fernando Adrián cortó al quinto de la tarde dos orejas y rabo pero el primero de la tarde, un magnífico ejemplar puesto en el albero complutense por Román Sorando, le saco lo mejor que tenía. Consiguió una oreja y que el público pidiera con insistencia la segunda, que la presidencia le negó.
En el tercer toro de la tarde en el mano a mano, Adrián volvió a cuajar una excelente faena, con hondura y sabia interpretación de las condiciones del astado para cortar otra oreja. Cuatro orejas y rabo fueron los trofeos del torero.
La cogida puso épica en la tarde de Fernando Adrián, pero la hondura, la valentía y la pureza fueron la esencia de la magnífica tarde del santero Víctor Hernández. En su primer toro, el segundo de la tarde, quizá el más difícil de corrida, ejerció su dominio para llevarse una oreja. Al segundo lo recibió a portagayola con valentía y dominio del capote. Lo toreó con belleza y una sabiduría poco vista en un torero tan joven, y cortó dos orejas.
El único fallo de una excelente tarde del de Los Santos fue en el último toro, al que volvió a hacer una lidia espectacular en cuanto a los recursos utilizados. Pero la espada le privó de conseguir al menos una oreja que sin duda tenía ganada antes de la suerte última.
Al final, el ganadero salió a hombros junto con los dos toreros por la puerta grande.